Una fórmula para elevar los salarios sin aplicar el café para todos
La evolución del salario medio pactado en convenio colectivo durante 2022 despeja posibles dudas respecto a si los incrementos salariales han ejercido de gasolina para alimentar el rally de la inflación. El año pasado las nóminas de más de nueve millones de trabajadores crecieron un 2,78%, lo que supuso casi el doble de lo que avanzaron en 2021, pero constituye un incremento moderado en el marco de una economía que cerró 2022 con una tasa de inflación media anual del 8,4%. De ese total de asalariados, el 20% cuenta con cláusulas de garantía salarial para compensar todo o parte del aumento de los precios. El resto, unos siete millones, han perdido una media de seis puntos de poder de compra, según la estadística de los convenios. Una brecha que se reduce a 2,6 si la comparación se realiza con el IPC interanual.
El crecimiento medio de los salarios el año pasado constituye un argumento central de negociación en un contexto de creciente dificultad para el diálogo entre los agentes sociales. CCOO planteó ayer públicamente a la CEOE una fórmula para ligar parte del incremento salarial a la marcha de empresas concretas en cada sector mediante el uso de un indicador objetivo. La iniciativa es una reformulación de las cláusulas de garantía salarial que las organizaciones patronales rechazan frontalmente, que se ha convertido en el gran escollo de la negociación en 2022 y que probablemente lo será también este año. La propuesta del sindicato es pactar una subida del 4% para 2022 y de entre el 2,5% y el 3,5% para 2023 y 2024, incluida la cláusula de revisión salarial bajo esa nueva fórmula.
El caballo de batalla de la negociación salarial para el año que viene pasa por buscar una fórmula razonable que rija la evolución de los salarios y los márgenes de beneficios de las empresas. Una vez fracasado el intento de alcanzar un pacto de rentas, que la patronal rechaza y los sindicatos dan por perdido, la mesa de diálogo social tiene que buscar un punto de encuentro sostenible en medio del entorno de crisis actual. Los datos sobre los salarios medios dan margen para un aumento en 2023 que permita reducir la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y alimentar un necesario círculo virtuoso entre salarios y consumo para un año que se presenta menos oscuro de lo que se preveía, pero complejo y lleno de retos. En ese contexto, avanzar hacia un modelo de incrementos ligados al desempeño concreto de las empresas, en lugar de atrincherarse en un inaplicable café para todos, es una vía que vale la pena explorar.