Los criptoperdedores afrontan 2023 entre la cárcel y una fortuna mermada
La caída de FTX no es más que otro hito en la historia oscura del sector
La quiebra en 2019 de la criptoplataforma QuadrigaCX, que fue el mayor exchange de monedas digitales en Canadá, despertó en su momento los temores de una recesión del sector. 180 millones de euros se habían esfumado sin dejar ratros ni consuelo a los usuarios. Sin embargo, el comienzo del confinamiento solo tres meses después y los precios récords del bitcoin permitieron acallar las dudas de los analistas. Hoy, la suerte parece haber cambiado radicalmente.
El fundador de Binance, Changpeng Zhao, el de FTX, el actualmente detenido Sam Bankman-Fried y el director ejecutivo de Coinbase, Brian Armstrong, han visto como sus fortunas personales se desinflaban desde marzo de este año y las pérdidas estimadas superaban los 102.000 millones de euros, según una investigación de Statista.
La caída en desgracia de Bankman-Fried (SBF), actualmente en libertad bajo fianza, es la más icónica. En solo un año cambió los pasillos del Congreso estadounidense, desde donde predicaba sobre las bondades de FTX y la necesidad de una regulación amigable, a estar confirmado en la casa de sus padres. Fueron sus progenitores quienes pagaron los 250 millones de la garantía exigida por la Justicia estadounidense, aunque esta solo representara el 4% de su fortuna a principios de 2022. Los tiempos han cambiado, y mucho.
La mancha del exlíder de FTX aún no se detiene. Sus exsocios Gary Wang y Caroline Ellison han firmado el 19 de diciembre un acuerdo de colaboración con la fiscalía. Los reguladores también sufren el golpe: Dan Berkovitz, asesor general de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (la SEC) anunció su salida de la entidad después de que salieran a la luz sus frecuentes cenas junto con SBF.
Líderes espirituales
El drama de FTX obligó al resto de los ejecutivos del sector a reinventarse. Zhao, el CEO de la mayor plataforma global según el volumen de operaciones, ha apostado por un perfil mesiánico para calmar las aguas. Frente a retiradas por parte de sus usuarios que llegaron a 1.140 millones de dólares en solo una jornada, Zhao ha insistido en que el “temor, incertidumbre y dudas” nos ayudan a crecer.
Una salida más práctica ha intentado Armstrong, que lidera Coinbase, el mayor exchange en Estados Unidos. Desde mayo se ha convertido en un predicador en pos de la regulación del sector “para evitar otro FTX”. El problema es que el historial no perdona: solo en mayo de 2021 Armstrong aseguraba que la reglamentación era una “amenaza”.
Otros jugadores del sector, como Chris Larsen del exchange Ripple, han buscado una posición más agresiva. Su firma apuesta por criticar a las autoridades por su accionar contra SBF mientras presenta una actitud benevolente con otros actores del sistema financiero, como los grandes bancos.
Menos afortunados
No se trata solo de los grandes líderes de las criptofirmas, sino de otros prescriptores del sector. Es el caso de Michael Saylor, el CEO de la firma de software MicroStrategy, que se había convertido en una referencia por las inversiones de su compañía en Bitcoin. Sin embargo, las cuentas no cierran: la cotización acumula un desplome del 63% en lo que va de 2022 y ha perdido más de un 50% en sus inversiones en bitcoin.
Saylor es solo un ejemplo de los perjudicados por la tormenta perfecta que afecto a los criptoactivos este 2022. La caída de FTX solo fue la última crisis del sector: el desplome de las monedas estables Terra USD y Luna en mayo fue el verdadero punto de inflexión de la crisis. La desaparición de más de 45.000 millones de dólares en inversiones en estas monedas generó también la huída de su fundador, Do Kwon, lejos de las autoridades de Corea del Sur que aún lo buscan por fraude. La rápida subida de los tipos de interés posterior y la creciente inflación dieron el tiro de gracia a los pequeños clientes de las plataformas.
En enero pasado, tras los anuncios del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de próximos cambios en la política monetaria, el mercado pensaba que el bitcoin no bajaría de los 39.000 dólares. Hoy cotiza a menos de la mitad, después de dejarse un 64% en los últimos 12 meses.
Pero la esperanza no está del todo perdida para ninguno de los involucrados, como prueba el caso de QuadrigaCX. 1,5 millones de euros en forma de bitcoins asociados a la empresa fueron transferidos pocos días antes de Navidad. Cuatro años después de su quiebra, la defraudación a sus 155.000 clientes y la sospechosa muerte de su fundador, Gerald Cotten, el nuevo movimiento prueba que la última palabra nunca está dicha en este sector.