Luces y sombras de las medidas europeas: baja la compra de crudo ruso pero aumenta el uso del carbón
El tope al precio del crudo ruso parece haber acelerado la compra a otros países exportadores
Un último regalo antes de la Navidad. Ese parece ser el plazo máximo que los líderes de los europeos han establecido al consejo de Energía, que se reúne el próximo lunes, para alcanzar un pacto que limite el precio del gas en el mercado comunitario. Sin embargo, los responsables comunitarios tienen una buena noticia con la que llegar al encuentro: el tope al precio del petróleo ruso ha generado en la primera mitad de diciembre una caída de alrededor del 90% de las exportaciones por vía marítima.
La agencia S&P Global estima que las importaciones por vía marítima de petróleo ruso han caído hasta los 123.000 barriles diarios, muy lejos de las 1,5 millones antes de la guerra. Para satisfacer la demanda interna, las refinerías europeas han aumentado sus compras desde Kazajistán, Azerbaiyán, Brasil, Noruega y Guyana.
La interrupción de las compras europeas no fue compensada por mayores envíos a China, como esperaba Moscú. "El impacto de la prohibición de importación de la UE fue inicialmente absorbido por una caída en los envíos salientes", destaca el centro de estudios CREA. En particular, los analistas precisan que "Rusia no ha encontrado alternativas a los buques asegurados en los países que participan en el tope de precio".
Además, la decisión implementada por el G7 ha permitido una caída en los precios del crudo ruso. El precio del barril ruso (Ural) continúa cotizando por debajo del límite de 60 dólares, con una clara tendencia a la baja,
Al mismo tiempo, el precio del barril Brent, el de referencia en Europa, cotiza este viernes por debajo de los 80 dólares el barril.
El éxito de la medida acordada por la UE y el G7 no esconde otras consecuencias negativas de la nueva política energética implementada desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania. El consumo de carbón a nivel global se ha elevado a 8.000 millones de toneladas en el año, el mayor dato histórico registrado por la Agencia Internacional de Energía. En particular, los Veintisiete han aumentado su demanda un 6% en comparación al 2021, lo que supone un fuerte contraste con los planes "verdes" de la Comisión Europea.
Los expertos sí destacan que, pese a la actual situación, el uso de carbón para la generación eléctrica continuará su trayectoria a la baja hacia 2025, con una caída de hasta el 29% para el bloque comunitario.
Excepciones grises
El éxito comunitario en su intento por reducir la dependencia del petróleo ruso no está exenta de polémicas o distinciones poco claras. Por ejemplo, la prohibición para importar crudo a través de tuberías exceptúa a Bulgaria, que continúa importando el hidrocarburo directamente.
Lo mismo sucede con otros productos derivados del petróleo. Las importaciones desde Turquía e India, dos grandes compradores de crudo ruso se han triplicado desde el comienzo de la guerra, asegura el análisis de S&P Global Commodities.