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La tribuna de los fondos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Es diciembre un buen momento para hacer cambios en las carteras?

Lo que debería marcar nuestras decisiones siempre es la detección de una buena oportunidad de inversión y no la urgencia de tener que hacer algo

Llegamos al momento del año en el que solemos hacer repaso del ejercicio que está a punto de concluir, rendir cuentas y publicar las recomendaciones de inversión para el siguiente ejercicio. Nos inundan estos días los outlooks de las gestoras y casas de análisis con sus precios objetivo de los índices para el año que viene.

El último mes del año es, probablemente, un buen momento para hacer repaso de las carteras, lo que ha funcionado bien o mal, y actualizar la visión de mercados y el posicionamiento.

No recuerdo un año en el que nuestro equipo haya realizado tantos cambios, tomado tantas decisiones de gestión como en este 2022. La elevada volatilidad en las Bolsas, a la que estamos algo más acostumbrados, en la renta fija y en las divisas –estas dos no tan frecuentes– ha generado más oportunidades que en años pasados.

Hemos arrancado 2022 con coberturas en renta variable –una especie de seguro anticaídas–, las hemos quitado en febrero –invasión de Ucrania– y las hemos vuelto a poner. Hemos estado casi todo el año reduciendo la exposición al dólar en nuestras carteras para, recientemente, empezar a aumentar su exposición en las mismas. En renta fija, después de empezar 2022 con un posicionamiento muy conservador, hemos ido incrementando el riesgo paulatinamente conforme caía el precio de los activos, añadiendo algo de duración, es decir, vencimientos más largos, e incrementando el riesgo de crédito comprando bastante bono de buena calidad crediticia y algo de high yield.

Ya se ha comentado mucho durante los últimos meses lo dañina que ha sido la caída de la renta fija, sobre todo para las carteras conservadoras, por lo que no me voy a extender en el asunto. Aunque mirando hacia atrás ha sido doloroso, el panorama actual ha cambiado significativamente. La renta fija se había vuelto imposible, un activo sin rentabilidad y únicamente riesgo. Ahora, encontramos opciones de inversión que, con riesgo razonable y en activos de calidad, ofrecen rentabilidades próximas al 4% anual. Este último matiz es relevante, porque estamos hablando de anualizar, componer, al 4%, algo muy distinto a recibir un 0% anual por tiempo indefinido, como teníamos hace un año.

Pero volvamos al tema del calendario. En principio, hablando de carteras o de inversiones, diciembre debería ser un mes como otro cualquiera. Aunque en el mundo de los mercados financieros se habla de momentos de mejor o peor estacionalidad –el famoso “sell in May” o el rally de Santa Claus, por ejemplo–, es bastante peligroso pensar en estos patrones como reglas de oro que siempre se cumplen. Diciembre suele ser un buen mes para las Bolsas, pero en 2018 cayeron un 10%. A nosotros nos gusta decir que los mercados hacen lo que les da la gana, a lo que habría que añadir cuando les da la gana y, probablemente, cuando menos se espera.

Diciembre, como mes previo al año natural, puede ser un buen momento para hacer un repaso a los mercados o al posicionamiento con vistas al año siguiente, pero no tiene que ser necesariamente el momento idóneo para realizar cambios en las carteras.

Dice Warren Buffett que la Bolsa debería parecerse al beisbol y que no deberíamos batear todas las bolas que nos lanzan, sino aquellas que nos llegan en las mejores condiciones. El problema cuando eres gestor de fondos, continúa Buffett, es que tus fans siguen gritando: “¡Batea, vago!”.

Estos últimos días, estamos asistiendo a nuevas caídas de las Bolsas. Estamos transicionando desde un escenario de temor a la inflación a otro de miedo a la recesión, como atestigua también la fuerte caída reciente del precio del petróleo. Es posible que se nos presente una nueva oportunidad de batear antes de final de año. Quizás no.

Lo que debería marcar nuestra decisión, en cualquier caso, es la detección de una buena oportunidad de inversión y no la urgencia de tener que hacer algo.

Cambiando de deporte, algunos estudios sugieren que la estrategia óptima de los porteros de fútbol, en los lanzamientos de penalties, sería elegir quedarse en el centro, sin lanzarse hacia lado alguno. En la práctica, los porteros, por razones psicológicas, tienden a la acción sobre la inacción. Quedarse en el centro hace sentir mal al portero, le hace sentir como un tonto, que no se esforzó lo suficiente o que no supo qué hacer, y se expone a críticas y burlas de seguidores y comentaristas deportivos. Podría decirse que la elección de lanzarse a un lado sigue la senda de menor arrepentimiento. Ante un resultado incierto, tenderíamos a elegir la opción que nos produjera el menor daño emocional.

No quería terminar sin desearles una ¡muy feliz Navidad y un próspero 2023!

Ángel Olea es Socio y director de inversiones de Abante

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