Alejandro Mateo: “En España se gasta mucho en cuidado capilar”
Su ‘ecommerce’ de productos de belleza de alta ama llega ya a más de 30.000 usuarios y prevé facturar más de 1,5 millones de euros
La idea de crear Mipelazo nació de la unión del experto en marketing digital Alejandro Mateo (Barcelona, 1987) y su marido, el estilista y peluquero Noé Puigpey. “Llegó un momento en el que nuestros amigos empezaron a casarse. Nos contaban el dinero que valía una boda y nosotros pensábamos: ‘Ese dinero mejor lo invertimos en algo”, cuenta Mateo. Decidieron destinarlo a un proyecto propio que nació como el salón de belleza La 29 by Noé Puigpey, y que más tarde traspasó las fronteras digitales para convertirse en Mipelazo, un ecommerce dedicado a la venta de productos de belleza más punteros y de mejor calidad.
- R. ¿Cómo fue el salto al comercio online?
- R. Hace siete años abrimos la peluquería y dos años después la tienda online. Fuimos creciendo, llegó la pandemia y la peluquería tuvo que cerrar, pero hicimos un salto muy heavy en el ecommerce. Desde enero hasta noviembre, en 2019 llevábamos facturados 350.000 euros. Este año, de momento, llevamos 985.000, muy por encima del año pasado, y el Black Friday está al caer [la entrevista se celebró a mediados de noviembre]. Yo creo que en dos días llegaremos al millón de euros, y estamos hablando de champús, donde el ticket medio son 60 euros. No es lo mismo facturar un millón de euros en una tienda de colchones o de sofás que en una de champús a 25 euros. Los números de 2022 prometen ser muy buenos y a final de año prevemos superar el millón y medio de euros con la peluquería y el online. Otros amigos que también tienen tiendas online las están pasando canutas y nos daba mucho miedo, pero los números nos dan una luz muy positiva.
- R. ¿Dónde está la clave del acierto?
- R. Hoy en día todo el mundo puede ir a un supermercado, a una tienda de peluquería o a cualquier web a comprar un champú. Pero nosotros trabajamos de la mano con la marca y dándole un enfoque muy profesional. Es decir, cualquier producto de la marca ICON te irá bien, pero si te asesora un profesional, acertará. Trasladamos el trabajo que se hacía en la peluquería al canal online explicando el producto, el paso a paso y, sobre todo, habilitando un chat para personalizar el servicio. La gente nos contacta a través de WhatsApp, nos envía fotos de su cabello y de lo que quiere y nuestras coloristas hacen un diagnóstico y les pasan un carrito con el color exacto y las formulaciones. Muchísima gente nos dice que le ha quedado mejor como le hemos dicho nosotros que en el salón donde se lo hace normalmente.
- R. ¿Es esa personalización una forma de diferenciarse de los grandes ecommerce?
- R. No somos un Amazon, somos un grupo de 24 trabajadores y no tenemos robots, somos nosotros mismos los que estamos gestionando los pedidos. Nosotros estudiamos tu pelo, tus necesidades y te preguntamos qué es lo que quieres lograr y te hacemos una rutina. Y la verdad es que la gente está encantada. Al final, tenemos el 50% de la facturación de clientes nuevos y el otro 50% de clientes que repiten. Que confíen en lo que decimos pasa una vez, que luego repitan es porque tiene resultado.
- R. ¿Qué es lo que más demandan?
- R. Es curioso que los domingos por la mañana las ventas se disparan mucho, por ejemplo, en hombres que compran champú anticaída. Supongo que es gente que ha salido el fin de semana de fiesta con los colegas y se ha visto algún complejillo. Es interesante analizar esto. Y también tenemos picos de ventas para cuidado facial en mujeres a primeras horas de la mañana, desde las seis hasta las ocho. Son datos curiosos.
- R. ¿Cuál es el perfil de sus clientes?
- R. Tenemos un posicionamiento de lujo, y no todo el mundo se gasta 25 euros en un champú cuando en el supermercado este tipo de producto, sin la misma calidad, cuesta 3. Por eso, me sorprende cuando veo que hay chicas de 20 años que se han gastado 250 euros en productos para el pelo. Tenemos los dos rangos, desde gente bastante joven a gente mayor que no sabe comprar por internet y nos llaman directamente. Nos preguntan, nos piden, se lo enviamos y no tienen que hacer nada más. Saben que al día siguiente les llega, tienen que tener el dinero justo porque los repartidores no llevan cambio y ya está. Sí que vemos que es gente con un poder adquisitivo medio alto. Son sobre todo mujeres que, tengan la edad que tengan, dan prioridad a cuidarse con algo bueno.
- R. ¿Se cuidan mucho el pelo las españolas?
- R. En España tenemos un nivel de cultura del cuidado del cabello muy fuerte. Aquí, las mujeres pueden llegar a ir a la peluquería una, dos o tres veces al mes, mientras que en Londres, por ejemplo, nos consta que van una vez cada seis u ocho meses. Ahí el ticket medio es mucho más elevado, pero si te paras a pensar en la recurrencia del cliente, al final las españolas se gastan mucho más en el cabello que una inglesa o una francesa. Así que aquí estamos en un muy buen mercado.
- R. ¿Se han planteado expandirse como comercio físico?
- R. Lo hemos pensado y distintos amigos con negocios similares nos recomiendan las pop-ups porque les funcionan muy bien. Se van a Madrid, a Sevilla o a Valencia y abren una tienda temporal. Pero, hasta ahora, nosotros hemos decidido apostar por la imagen en online. Si para una pop-up tienes que invertir 20.000 euros en un alquiler de tres días, preferimos hacer una campaña con estrategia digital que me ampliará mucho más el horizonte. Así que, de momento, no.
Sobre la firma
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.