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Mercado de divisas

El dólar frena su rally ante la moderación del tono de la Reserva Federal

La divisa europea recupera máximos de julio, pero cede un 8,5% en el año

El billete verde emprende la corrección
Infografía: Belén Trincado

En un año de caídas en renta fija y en renta variable el dólar se ha convertido en el activo refugio estrella junto con las materias primas. La subida de tipos ejecutada por la Reserva Federal y la escalada de los precios energéticos ha impulsado a la divisa estadounidense frente al resto de divisas, que acumulan fuertes retrocesos en el año. Sin embargo, la reciente moderación mostrada por la Fed y el hecho de que se prepare para una ralentización en el ritmo de subida de tipos en la próxima reunión –el mercado estima que eleve las tasas en 50 puntos básicos– está ejerciendo de correctivo para dólar frente a las divisas del G10.

Donde mejor se percibe esta tendencia es en su cruce frente al euro y la libra. Desde los mínimos de 20 años registrados en septiembre la divisa comunitaria repunta un 8,5%, hasta los 1,04 billetes verdes. Después de varias semanas haciendo equilibrios en la paridad, el euro apunta a los 1,05 dólares, niveles que no registraba desde finales de julio, cuando Christine Lagarde puso fin a seis años tipos cero con la primera subida de las tasas en la eurozona en 11 años. A pesar de esta recuperación, la moneda única acumula unas pérdidas del 8,5% en lo que va de 2022.

Más llamativa es la recuperación de la libra. Desde finales de septiembre rebota un 13,5%, hasta los 1,21 dólares. La divisa británica logra sobreponerse a la sacudida experimentada meses atrás. La propuesta de rebaja fiscal que le costó el puesto a la primera ministra Liz Truss aceleró la venta de activos británicos, llevando a la libra a mínimos de 1985 mientras el repunte de las rentabilidades de la deuda abocó al Banco de Inglaterra poner en marcha un programa de compra de activos para calmar los nervios y devolver la estabilidad.

Además de la política monetaria, en la recuperación experimentada por el euro y la libra intervienen los fundamentales macroeconómicos. Dentro de la eurozona una de los indicadores más destacados es la confianza de los empresarios alemanes (IFO). Aunque las cifras siguen siendo bajas, las perspectivas dejan atrás los mínimos históricos. Un otoño inusualmente cálido y unas instalaciones de almacenamiento de gas que están casi al límite de su capacidad permitieron al índice firmar su segundo mes consecutivo de mejora al repuntar a los 80 puntos desde los 75,9 de octubre.

Con la vista en los próximos meses, el departamento de análisis de Deutsche Bank cree que el predominio del dólar está a punto de desaparecer. Los expertos de la entidad consideran que el agresivo ciclo de subidas en EE UU ya está descontado y esperan que el euro se estabilice. Mientras la Fed se prepara para rebajar el ritmo, la elevada tasa de inflación en la zona euro, complica la tarea al BCE, que ser verá obligado a ser más restrictivo.

Frente a Deutsche Bank, los analistas de Goldman Sachs apuntan que todavía hay margen para que se mantenga la fortaleza del dólar frente al resto de divisas. Un mensaje similar al que mantienen en UBS, donde apuestan por el dólar y el franco suizo –cae un 3,2% frente a la divisa estadounidense en el año– “por ser activos considerados seguros”.

El banco de inversión suizo considera que los altos tipos de interés en EE UU y la desaceleración del crecimiento mundial deberían contribuir a la solidez del dólar en los próximos meses. Así, según sus estimaciones, el euro se situará en los 0,98 dólares a mediados de 2023 y la libra, en los 1,13 dólares. Para finales del próximo año, sitúan la divisa británica en los 1,21 dólares. A medio plazo, eso sí, desde UBS confían en que el dólar se deprecie, ya que reconocen que está un 30% sobrevalorado frente a divisas como el franco suizo, el euro, el yen y la libra esterlina.

En Santander AM consideran, por su parte, que de continuar la escalada del dólar frente al resto de divisas podría provocar una situación de estrés en los emisores que han emitido deuda en esta divisa, aumentando la probabilidad de que ocurran crisis en ciertos países emergentes.

Alivio para los emergentes

Caídas. A excepción del peso mexicano y del real brasileño, que en las últimas semanas han logrado sacar partido del resultado electoral, la fortaleza del dólar frente a las principales divisas es generalizada, algo que abarca a países desarrollados como Japón o Suiza, así como emergentes como China e India. Además de los problemas intrínsecos de cada economía, durante los últimos tres años los inversores han tenido que lidiar con la pandemia, la guerra de Ucrania y los temores de recesión, lo que ha llevado a los inversores a buscar refugio en activos seguros. Dentro de estos el dólar ocupa un papel destacado. Aunque los riesgos siguen siendo elevados, Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes, señala que un dólar más débil es un alivio para los países emergentes que ya están lidiando con una mayor deuda por las medidas puestas en marcha tras la pandemia. Aunque las últimas actas revelan la intención de moderar el alza de tipos, la experta ve probable que la Fed se sienta incómoda con una prematura relajación ya que la inflación sigue siendo muy alta.

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