Una nueva movilidad para las ciudades del mañana
Se prevé que el mercado europeo de movilidad aérea urbana mueva 4.200 millones en 2030 y acapare una cuota del 30%
Los trenes y automóviles han moldeado las ciudades más que cualquier otra innovación. Los avances en la tecnología del transporte y su capacidad para eliminar distancias han tenido un impacto fundamental en la vida urbana y en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, hoy, inmersos en una dura crisis energética y de emergencia climática, debemos darnos cuenta más que nunca de que la forma en la que hemos construido nuestras ciudades y nuestros sistemas de transporte no es sostenible, ni económica, ni social ni ambientalmente.
También contribuye en gran medida a la dependencia que la UE tiene de los combustibles fósiles. En Europa, el transporte consume el 67% del petróleo, y el transporte por carretera por sí solo el 48%. En este sentido, la COP27 ha vuelto a poner de relieve la urgencia de implementar los compromisos climáticos internacionales, y la movilidad urbana puede tener una contribución esencial, no solo mediante la transición a energía limpia, sino también a través de la reducción del consumo de energía en general.
Son muchos los debates abiertos en torno al modelo de ciudad y de movilidad urbana que necesitamos. Uno de ellos es la ciudad de +- 15 minutos, que hace referencia a una trama urbana en la que la mayoría de las necesidades diarias se pueden realizar con un trayecto caminando o en bicicleta desde los propios hogares. Este modelo ha sido visto como una forma de reconstruir mejor las ciudades a raíz de la pandemia. Después de haber sido defendido por París, ha sido adoptado por muchas otras ciudades europeas, como Utrecht, Milán o Roma. Sin embargo, hoy en día todavía la mayoría de las urbes tienen barrios con áreas separadas para negocios, vivienda o entretenimiento. Como resultado, muchas personas deben realizar largas distancias para participar en las actividades de la vida diaria.
La estrategia de ciudad de 15 minutos promueve un desarrollo más denso y de uso mixto en torno a los servicios de transporte público y la peatonalización. Este concepto ofrece una visión de un nuevo estilo de vida urbano que podría encontrar una aceptación a gran escala, especialmente porque las restricciones derivadas de la pandemia han obligado a las personas a reorientar sus estilos de vida para volverse locales y redescubrir su vecindario.
Por otra parte, la transición hacia un modelo de cero emisiones y la sostenibilidad económica deben entenderse como dos caras de la misma moneda. La transición verde es la oportunidad para que Europa fortalezca su competitividad global y se posicione como líder mundial. La movilidad será, en este sentido, uno de los principales motores del crecimiento futuro. Una cifra sorprendente es que, de media, cada euro invertido en movilidad innovadora sostenible puede generar beneficios de hasta 3,06 euros para 2030.
Otro elemento clave a tener en cuenta en este contexto es la movilidad aérea urbana (UAM en sus siglas en inglés) que, gracias al rápido ritmo con el que avanza la innovación, se espera que sea en una realidad en Europa en los próximos tres o cinco años. Se prevé que el tamaño del mercado europeo de movilidad aérea urbana sea de 4.200 millones de euros para 2030, con una cuota mundial del 31%.
Ahora bien, aunque se trata de una oportunidad clara para el crecimiento económico y la creación de empleo en Europa, también plantea numerosos desafíos para las ciudades en materia de gobernanza, regulación e infraestructura. Los urbanistas, los reguladores y la industria deben ampliar su colaboración para garantizar que la UAM beneficie tanto a la economía como a la calidad de vida de todos los ciudadanos. En todo caso, y a pesar de los retos, los datos con los que contamos sobre las expectativas para este sector muestran que el 57% de los expertos del ámbito académico, del sector público y del sector privado cree que el valor y las oportunidades que puede aportarla movilidad aérea urbana superan con creces los posibles riesgos.
Desde la Unión Europea tenemos el reto y la oportunidad de actuar como motor en esta transformación. En este sentido, resulta fundamental contar con espacios de concertación donde los diferentes actores que puedan actuar en el fomento de estos nuevos modelos sean capaces de avanzar de la mano y de acelerar este proceso. Un ejemplo claro es el Grupo de Expertos en Movilidad Urbana (EGUM) de la Comisión Europea, del que formamos parte. Este grupo, que se ha reunido por primera vez en Bruselas el pasado 25 de octubre, reúne a representantes de los Estados miembros, autoridades locales y regionales, así como a organizaciones europeas clave para hacer realidad la movilidad urbana sostenible. El objetivo es acelerar hacia nuevos modelos de movilidad que permitan construir ciudades más sostenibles y con mayor calidad de vida. Esa debe ser una meta común para todos, porque las ciudades del futuro deben empezar a construirse desde el presente.
En el contexto de crisis energética y de emergencia climática, hoy más que nunca debemos utilizar la innovación para crear sistemas de transporte limpios y energéticamente eficientes y un entorno urbano que proporcione una mejor calidad de vida y salud a nuestros ciudadanos. Ahora es el momento de dar un paso al frente y darle forma a las ciudades inclusivas y sostenibles del mañana.
Maria Tsavachidis es CEO de EIT Urban Mobility