El BCE aumenta la presión sobre la banca y pide precaución con el pago de bonus a los directivos
El supervisor reclama cautela con las salidas de capital de los bancos ante un previsible deterioro de la economía y un repunte de los impagos
El Banco Central Europeo (BCE) ha pedido precaución con el pago de bonus a los banqueros. El supervisor bancario está aumentando la presión sobre algunas entidades para que mantengan bajo control los bonus que abonarán a sus directivos en 2022 debido a las perspectivas de deterioro del entorno macroeconómico, según Bloomberg.
El BCE ha pedido recientemente a los bancos moderación en el pago variable de los sueldos y en el reparto de dividendos, ya que le preocupa que la crisis energética pueda desatar una oleada de impagos en los próximos meses. Esta presión del supervisor a las entidades se produce cuando varios bancos de la zona del euro, como el italiano UniCredit y los alemanes Commerzbank y Deutsche Bank, dieron recientemente una orientación alcista de sus previsiones, pese al aumento de la inflación y el aumento de las tasas de interés que pesan sobre las perspectivas económicas.
Algunos bancos también han expresado que es poco probable que necesiten hacer provisiones masivas, por lo que el BCE considera que pueden estar subestimando los riesgos. Hay “cierta renuencia por parte de los bancos a participar seriamente en discusiones de supervisión”, dijo recientemente Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE. Europa se enfrenta a “un shock macroeconómico persistente y en toda regla”, que requiere que los supervisores “ejerzan extrema cautela”, dijo.
El BCE ya ha demostrado en los últimos años que está dispuesto a intervenir en la política de remuneración tanto a directivos como a los accionistas bancarios si considera que los planes de retribución de una entidad son excesivos en el contexto alto riesgo económico. Durante la pandemia del Covid-19 ya pidió precaución y vetó el reparto de dividendo y los programas de recompras de acciones.
En general, los bonus de los directivos representan una salida de capital inferior a los dividendos, aunque en algunos casos pueden consumir las reservas de liquidez, algo que el BCE quiere evitar a toda costa. La presión del supervisor crea un dilema para muchos bancos, ya que en 2022 esperan obtener unos buenos resultados, en algunos casos récord, gracias a la aceleración comercial y el impulso de las subidas de tipos. Eso generalmente genera expectativas de mayor retribución entre los banqueros, puesto que al cumplir sobradamente los objetivos financieros, esperan percibir bonus más altos.
Muchos bancos también han prometido realizar pagos sustanciales a los accionistas en los próximos años, lo que podría generar una decepción entre los inversores si finalmente se recortan los dividendos.
Enria ya apuntó en un reciente discurso que las advertencias durante los primeros días de la pandemia de que los impagos podrían aumentar drásticamente resultaron ser demasiado pesimistas, lo que alimentó una actitud entre los bancos de “desestimar las advertencias de los supervisores como conservadurismo injustificado”.
El BCE en 2020 instó a los bancos a dotar provisiones milmillonarias ante el impacto del Covid, que supusieron un gran lastre para las los resultados ese año, con exiguos beneficios o incluso pérdidas en algunos casos. El supervisor también vetó el reparto de dividendos y las recompras de acciones, los que resultó fatal para las ya bajas cotizaciones en Bolsa.