España apoya un tope europeo al precio del gas
Bruselas busca vías para limitar el precio en los mercados La ministra apunta a un abanico de soluciones para los distintos países
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, dio ayer su apoyo a que la Unión Europea fije un tope al precio del gas que adquieren los países miembros . En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Ribera destacó que dentro de las posibilidades que se discutirán en el próximo encuentro de ministros de Energía europeos está “introducir topes en el precio que está dispuesta a pagar Europa por el gas”. Esta decisión podría incluir al suministro que llega desde Rusia, pero también desde otros países exportadores.
La implementación de esta medida requeriría de una fuerte coordinación entre los 27. El periódico Financial Times informó ayer que este precio máximo podría formalizarse con el establecimiento de un precio máximo o con la creación de un comprador único europeo que negocie precios específicos. Además, los técnicos europeos podrían considerar una clasificación de los países, de acuerdo a su exposición a las interrupciones del suministro de gas.
La vicepresidenta tercera destacó la necesidad de “medidas extraordinarias sobre un mercado que está siendo utilizado como instrumento de guerra”, aunque destacó que es “prácticamente imposible que tengamos un problema de abastecimiento” en España.
La posición del Gobierno está alineada con una de las propuestas sobre las que trabaja la Comisión Europea. La presidenta de la CE, Úrsula Von der Leyen, ya ha adelantado el lunes que buscará poner un tope al gas que llega de Rusia, así como otros esfuerzos para reducir el consumo eléctrico.
En cualquier caso, el tope al gas es solo una de las medidas que está sobre la mesa. De hecho, Ribera caracterizó el encuentro del próximo viernes como un debate “muy importante” cuyas resoluciones aún no están definidas. En declaraciones radiofónicas por la mañana, la ministra destacó que actualmente cada país “intenta hacer lo que puede en su casa”, por lo que reclamó un trabajo conjunto que ponga fin a esta dispersión. La vicepresidenta tercera consideró probable la creación de un “menú de dos o tres opciones” para que cada país encuentre las soluciones que le resulten más convenientes, aunque remarcó la importancia de una intervención y orientación a nivel europeo.
El ministro de Industria checo, Josef Sikela, precisó que su país, que actualmente preside el Consejo Europeo, busca hacer público este miércoles un resumen de las diferentes posiciones de los Estados miembro. Aún antes de esta publicación, Sikela manifestó que separar los precios del gas de los de la energía (el mecanismo aplicado hoy por hoy en España) podría resultar en el aumento de la demanda gasística.
Ribera ha defendido también la posibilidad de fijar límites a las ganancias obtenidas por las eléctricas por la producción con renovables, nucleares o carbón. Considera que es un mensaje importante y que “las empresas deben reducir su margen de beneficios”. La Comisión Europea también auspicia la creación de impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, según el Financial Times.
La ministra también señaló que los derechos de emisión de CO2 también estarán dentro de los temas de discusión del próximo viernes. Ribera se apresuró a señalar que España no es uno de los países que planea aumentar su consumo de carbón o fuelóleo, pero que esta decisión por parte de otros miembros comunitarios genera que distintos operadores energéticos aumenten la demanda por estos instrumentos. Estos cambios requerirían que la Comisión actúe como una especie de Banco Central para orientar sobre “cuales pueden ser unos precios razonables”.