El reto de cambiar de puesto o empleo con más de 50 años
Uno de cada tres desempleados en España tiene más de medio siglo El 75% de los profesionales séniors cree haber tocado techo en su carrera profesional
Tres décadas ha estado Ana Blanco presentando el Telediario de La 1 en diferentes franjas horarias. Sin embargo, en la nueva temporada de la cadena pública, que arranca ahora en septiembre, uno de los rostros más conocidos de la televisión cambia de espacio y se pondrá al frente de “un programa informativo ligado a la actualidad”, del que RTVE aún no ha dado más detalles. Como tampoco ha explicado el motivo tras la decisión que, varios medios aseguran, se ha debido a una petición de la periodista, de 61 años, que estaba cansada de presentar los informativos.
Este giro profesional le parece “valiente” a Alejandra Revenga, directora de operaciones de Nexian, ya que supone “asumir un reto cuando lo tiene todo hecho en su carrera”. Esta experta en recursos humanos asegura que un cambio de puesto “siempre es un estímulo, una motivación y conlleva crecimiento, tanto a nivel profesional como personal. Te obliga a reciclarte, a abrir la mente, a innovar”. Eso sí, la forma de afrontarlo “tiene mucho que ver con la forma de ser de cada uno, la actitud con la que afronta la vida”, por lo que muchos trabajadores séniors no se atreven a llevarlo a cabo dentro de sus empresas.
“Puede ocurrir que un empleado se sienta anclado en el rol que tiene y la forma de poder crecer es moverse de manera transversal. O saliendo de la empresa. A veces, eres cola de león y quieres convertirte en la cabeza del ratón. Hay perfiles de gente muy sénior, que trabajaban en compañías multinacionales muy grandes, que en un determinado momento prefiere aportar toda su experiencia en proyectos y empresas más pequeñas, reportando directamente al dueño o teniendo un peso específico mayor”, explica Raúl Herrero, director de la división de ingeniería de Robert Walters.
Precisamente, la guía para impulsar la diversidad en el ámbito laboral realizada por esta consultora de recursos humanos recoge que “el 75% de los profesionales mayores de 50 años cree haber tocado techo en su carrera profesional. De hecho, el 72% de esos profesionales afirma que en sus empresas actuales no se les ofrecen oportunidades de promoción, mientras que un significativo 41% considera que en su lugar de trabajo no hay oportunidades de desarrollo profesional”. Un motivo para apostar por dar un giro en el ámbito laboral.
Desempleados con más de 50 años
Diferente es el caso cuando a los empleados séniors no les queda más remedio que afrontar el cambio tras haberse quedado en el paro. Las últimas cifras de la EPA, publicadas en julio, arrojan que uno de cada tres desempleados en España tiene más de 50 años. En su búsqueda de un nuevo trabajo, estos profesionales se encuentran con las reticencias que ponen las compañías a la hora de contratarlos. “La principal barrera es la brecha digital con respecto a los jóvenes. Luego, aparecen la resistencia al cambio, mayor dificultad para la adaptación a la cultura de la empresa y la demanda de un salario más alto”, explica Mónica Pérez, directora de comunicación y estudios de Infojobs, desgranando los resultados de un informe sobre contratación de talento sénior publicado por el portal en julio. En el mismo, el 51% de las empresas encuestadas aseguraba que habían contratado a empleados séniors en sus últimas incorporaciones.
Otro gran inconveniente para este tipo de trabajador es que está “muy perdido” al ser despedido tras años en la misma empresa, según Mónica Pérez, cofundadora de Experience Ahead y experta en empleabilidad. “Lo que ha cambiado no son solo las oportunidades, porque hay muchos puestos que han desaparecido, también se ha modificado la forma de acceder a ellas. Antes había figuras intermediarias, como los cazadores de talento, que ahora solo llevan el 20% de las oportunidades. El 80% restante está oculto. La manera de llegar es hacer un plan. Usando contactos, trabajando la marca personal, teniendo un discurso preparado, usando redes sociales para darte a conocer, yendo a conferencias y acercándote a gente que te pueda dar trabajo”, afirma.
“Por encima de los 55, que es más complicado tener un trabajo por cuenta ajena, la opción es hacer algo por tu cuenta. Ni el 25% de los profesionales que acuden a nosotros tiene perfil emprendedor para montar una empresa donde invertir su patrimonio, arriesgándolo. Hay otras alternativas, como ser nómada del conocimiento y trabajar como consultor, ser consejero o mentorizar startups. Y otra cosa que está muy demandada ahora es ser profesor o ponente, ya sea en universidades, posgrados, instituciones o escuelas de negocios”, añade Pérez basándose en los clientes de su consultora.