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La digitalización es la gran aliada de la inclusión laboral de las personas con discapacidad

Tecnologías adaptadas, eliminación de barreras y teletrabajo son los grandes avances que posibilitan su empleabilidad. La Fundación Adecco prevé el pleno empleo en 2040

Getty Images
Marta Yoldi

El proceso de digitalización acelerado por la pandemia ha resultado positivo para las personas con discapacidad al abrir nuevas oportunidades para su inclusión laboral. Los avances tecnológicos están resultando claves para dar alas a un fenómeno que ya se venía produciendo en los últimos años, el aumento de trabajo para este colectivo.

Tanto es así que el 11º Informe Tecnología y Discapacidad, de la Fundación Adecco y Keysight Technologies, vaticina que, en 2040, podría llegarse al pleno empleo de las personas con discapacidad, anticipando en nueve años las previsiones de 2019.

El informe, basado en una encuesta a 300 personas con discapacidad y en datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), subraya tres hechos básicos. El primero es la irrupción de tecnologías adaptadas y de productos de apoyo tecnológicos como, por ejemplo, equipos y programas para aumentar la movilidad, la audición, la visión o las capacidades de comunicación.

La robotización y la digitalización contribuyen, asimismo, a acabar con “las barreras de discriminación basadas en la fuerza física, inercias o roles que tradicionalmente han perjudicado a las personas con discapacidad”. Y como tercer avance se destaca la consolidación del teletrabajo, que evita los desplazamientos, costosos en muchos casos.

Son claves equipos y programas para aumentar la movilidad, la audición o la visión

Otro factor importante que permite el aumento de la empleabilidad, señala la Fundación Adecco, es que la pandemia ha impulsado el compromiso empresarial, “pues gran parte de las organizaciones han entendido que no podrán ser sostenibles si no se comprometen con su entorno”, lo que implica reforzar sus políticas de RSC y sus estrategias de diversidad, equidad e inclusión.

En la encuesta, más de cuatro de cada diez consultados (41,2%) considera que el pleno empleo de las personas con discapacidad podría alcanzarse en la década de 2040 “gracias a los avances tecnológicos y de la inteligencia artificial”; un 19,1% opina que hasta 2050 no se producirá este fenómeno; un 18,5% lo atrasa a la década de 2060, y un 9,3% lo adelanta a la de 2030.

La pandemia ha impulsado el compromiso social de gran parte de las empresas

La inteligencia artificial (IA) es una herramienta básica para la inclusión de las personas con discapacidad. El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) enumera los beneficios que la IA presenta: facilita el acceso a la información y a la comunicación, así como la toma de decisiones; mejora la accesibilidad en el entorno; programa robots que hacen más fácil la asistencia personal y la automoción, y mejora la atención sanitaria y los servicios de habilitación y rehabilitación.

La tecnología digital ha irrumpido de tal forma en el ámbito laboral de las personas con discapacidad que la Fundación ONCE puso en marcha hace dos años la iniciativa Por talento digital, un programa de formación permanente para adquirir competencias digitales y en profesiones tecnológicas. Se incluyen becas para el estudio de áreas como la IA, la ciberseguridad, la animación 3D, el big data, la biomedicina y el marketing digital en las modalidades presencial, online o mixta.

Gran camino por recorrer y riesgos

Tasa de actividad. La realidad presenta también sus aristas. El propio informe de la Fundación Adecco recoge, tomando como referente los datos de la Comunidad de Madrid, que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es del 39,4%, lo que significa que el 60% de las que están en edad de trabajar no tiene empleo ni lo busca. Esta tasa se mantiene así en los últimos 10 años. La tasa de actividad de las personas sin discapacidad es del 76,1%.

Peligros. Cermi señala que el uso exclusivo de la inteligencia artificial no está libre de peligros, como su utilización para justificar la selección genética de personas con discapacidad; la creación de sistemas basados en modelos de normalización que excluyan o no tengan en cuenta opiniones, necesidades y diversidad de estas personas, o el diseño de sistemas que se basen en datos que incluyan estereotipos, sesgos y prejuicios respecto a la discapacidad.

Emprendedores. Los días 10 y 11 del próximo mes de noviembre Madrid acogerá el I Congreso Nacional de Emprendimiento y Discapacidad, organizado por la Fundación ONCE, Cermi y la Asociación de Emprendimiento y Discapacidad. En él se presentará el libro blanco del emprendedor con discapacidad. La Fundación ONCE informa de que el 85% de los negocios puestos en marcha por personas con discapacidad continúa adelante, frente al 60% iniciado por quienes no son discapacitados.

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