EE UU atrae a la surcoreana SK Hynix para impulsar su industria de chips mientras sube la tensión en el sector
El fabricante surcoreano de chips de memoria SK Hynix iniciará la construcción de una nueva planta de empaquetado de chips en EE UU a principios de 2023. La compañía aún está seleccionando la localidad para su ubicación, pero se estima que el coste de la planta será de “varios miles de millones” de euros y que empleará a unos 1.000 trabajadores, según aseguraron a Reuters fuentes conocedoras. La fábrica, que probablemente se instalará cerca de una universidad de ingeniería, está previsto que se ponga en marcha en 2025-2026.
SK Group, matriz de SK Hynix y segundo conglomerado mayor de Corea del Sur, ya anunció el mes pasado la planta como parte de una inversión de 22.000 millones de dólares en EE UU en proyectos de semiconductores, energía verde y biociencia.
EE UU ya cedió hace tiempo la mayor parte de las operaciones de empaquetado de chips de bajo valor a fábricas en el extranjero, fundamentalmente Asia, pero ahora, con la batalla emprendida entre EE UU y China para liderar el negocio estratégico de los semiconductores, la situación ha cambiado y la Administración de Joe Biden quiere que se desarrollen en su territorio plantas con técnicas avanzadas de empaquetado de chips, que implican colocar diferentes chips con distintas funciones en un solo paquete, mejorando las capacidades generales y limitando el coste adicional de los chips más avanzados.
La decisión de SK Hynix se produce coincidiendo con la aprobación en EE UU de la Ley Chips, con 52.000 millones de dólares en subsidios para la investigación y fabricación de chips, y un crédito fiscal de unos 24.000 millones para estas fábricas. Desde 2021, varios fabricantes de chips han anunciado planes de inversión en EE UU: TSMC destinará 100.000 millones de dólares a una planta en Arizona, Samsung 17.000 millones a otra en Texas e Intel 17.650 millones a dos en Ohio. También GlobalFoundries dijo que elevará su inversión en el Estado de Nueva York, y Micron y Qualcomm, desvelaron esta semana una inversión entre las dos de 43.250 millones en el país.
La Ley Chips, que busca que EE UU gane peso en esta industria y logre una mayor independencia de Asia, parece estar dando sus frutos. Pero se desconoce cuál será el desenlace final, pues la guerra por los chips entre EE UU y China, que ha puesto a Taiwán en el epicentro, no ha hecho más que empezar.
Y Zhao Haijun, CEO de SMIC, el mayor fabricante de chips de China, ya alertó este viernes, según informa el Financial Times, de que la tensión geopolítica [tras la visita a Taiwán de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, y las maniobras militares de China cerca de la isla] está provocando “cierto pánico” en la industria de los chips. Una situación a la que también contribuyen la inflación y la desaceleración cíclica de la demanda de chips. "Ello está provocando una congelación extremadamente rápida en algunas partes de la cadena de suministro", con clientes cancelando abruptamente los pedidos, según el directivo.
Los analistas creen que una mayor escalada en las tensiones entre Taiwán y China podrían interrumpir las cadenas globales de suministro de chips, dado que las actividades militares de Pekín cerca de la isla impacta en el tráfico aéreo y marítimo de Taiwán, y TSMC, el gigante de los chips taiwanés, representa más de la mitad de los chips fabricados bajo pedido del mundo y alrededor del 90% del suministro mundial de chips más avanzados. Además, podrían desencadenar más sanciones por parte de Washington a las empresas tecnológicas chinas.
Según el FT, SMIC reportó en el segundo trimestre unos ingresos de 1.800 millones de dólares, un 3,3% más que en el mismo periodo del año anterior. Su beneficio neto también se elevó un 15% a 447 millones. La compañía, en una lista negra comercial de EE UU desde finales de 2020, pronosticó que su crecimiento se desacelerará en torno a un 1% en el trimestre actual, aunque no cree que su margen bruto, del 39,4%, se vaya a ver afectado.