El cese del CEO de VW anuncia menos ruido y más confusión
El grupo ya no sufrirá las meteduras de pata de Herbert Diess, pero la OPV de Porsche se puede complicar
Volkswagen mira hacia dentro en busca de inspiración. El fabricante de automóviles de 84.000 millones de euros ha sustituido al jefe Herbert Diess por el ejecutivo interno Oliver Blume. Pierde a un audaz defensor de los vehículos eléctricos, aunque propenso a las meteduras de pata. La cuestión más importante es si esto complica la oferta pública de venta de la marca de lujo Porsche.
El mandato de tres años de Diess ha tenido algunos éxitos. El exejecutivo de BMW lideró el cambio de Volkswagen hacia los vehículos de batería, elogiando frecuentemente a su rival Tesla y a su fundador Elon Musk. También advirtió de posibles recortes de puestos de trabajo en una empresa famosa por el difícil equilibrio entre los accionistas del sector público y privado.
Sin embargo, el estilo de Diess enfureció al poderoso comité de empresa y a los sindicatos, que controlan la mitad del consejo de supervisión de Volkswagen. Ello supuso frecuentes dudas sobre su autoridad. La burda alusión “ebit macht frei” (el ebit os hará libres), referencia a un eslogan nazi, no fue la única metedura de pata de su mandato. Los retrasos en la unidad de software Cariad, que Diess dirigía personalmente, acabaron con la idea de que él era el único guardián posible de la transición a los vehículos eléctricos de Volkswagen. Además de luchar contra los sindicatos, también parece haber perdido el apoyo de las familias Porsche y Piech, que controlan más de la mitad de los derechos de voto de VW, e iniciaron su sustitución.
La destitución probablemente no hará descarrilar las ambiciones de VW en materia de vehículos eléctricos, que incluyen el objetivo de que los coches de batería representen más de la mitad de las ventas en 2030. Blume tiene muchos méritos en ese campo. Porsche, que dirige, ha lanzado el exitoso modelo Taycan, y espera que los vehículos ecológicos sean tan rentables como los de combustión en dos años.
Un nuevo comienzo podría ayudar a Blume a afrontar el reto clave de Volkswagen: aumentar la inversión en vehículos eléctricos y mejorar la escasa rentabilidad. El margen ebit de VW podría ser solo del 8% este año, según las previsiones de Refinitiv. También tendrá que defender la cuota de mercado de Volkswagen en su mayor mercado, China, donde los rivales locales pueden ganar terreno.
El principal problema es que el nombramiento de Blume podría enturbiar la ya compleja gobernanza de Volkswagen-Porsche. Volkswagen planea sacar a Bolsa la marca de lujo y vender algo más del 25% de sus acciones con derecho a voto a las familias Porsche y Piech. Uno de los principales objetivos era lograr una mayor independencia de Porsche con respecto a Volkswagen. Mantener a Blume a cargo tanto de una como de otra lo enturbia.
Las acciones preferentes sin derecho a voto de Volkswagen han perdido alrededor de un cuarto de su valor desde que en febrero se anunciaron los detalles del plan de salida a Bolsa. La capitalización bursátil del grupo es ahora inferior a la valoración de 90.000 millones de euros de Porsche. Si los inversores temen un mayor embrollo, pueden empezar a echar de menos las meteduras de pata de Herbert Diess.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías