La inversión en startups se frena por el riesgo de parón económico
Los fondos huyen ahora de las empresas que queman mucha caja para crecer Hay rondas de financiación que siguen, pero las valoraciones de las empresas baja
El mercado de inversión en startups ha cambiado de marcha en todo el mundo. Ha puesto fin a la lluvia de millones que en 2021 impulsó al sector a niveles récord (ese año el capital riesgo invirtió en ellas 643.000 millones de dólares frente a los 335.000 millones de 2020). La inflación, la subida de tipos y la guerra de Ucrania, ha disparado la alarma entre los inversores, que se han vuelto más selectivos respecto a los proyectos en los que invierten, haciendo que el ecosistema emprendedor desacelere su crecimiento a medida que la economía se dirige hacia una posible recesión.
La situación ha hecho que las startups estén afrontando importantes desafíos. Y algunos ejemplos tipifican bien lo que está pasando. Klarna, la fintech de pagos aplazados, por ejemplo, ha pasado de valer 46.000 millones de dólares a menos de 7.000 millones en una ronda de financiación privada a principios de este mes. Y solo Getir, especializada en los envíos rápidos, y Klarna despidieron en mayo 4.480 y 700 empleados respectivamente.
La inversión en startup españolas también descendió un 30% interanual entre abril y junio de 2022, hasta los 744,9 millones, tras un primer trimestre en 2022 mejor al del año anterior, según el Observatorio del Ecosistema de Startups de la Fundación Bankinter.
La idea de que las startups no podrán recaudar fondos tal fácilmente como en 2021 está pasando factura a muchas jóvenes empresas, que empiezan a sentir la presión. Según Layoffs.fyi, un rastreador de despidos en el sector tecnológico, los despidos en estas empresas aumentaron en mayo un 350% a nivel mundial. Y calcula que las startups europeas reducirán hasta un 80% sus contrataciones.
“La actividad de inversión se va a ralentizar por la incertidumbre económica, pero no sabemos si será por un trimestre, dos o más. Los fondos se han vuelto más cautelosos; solo invierten en proyectos que ven muy claros, y ello no cambiará hasta que estos encuentren un escenario que les permita tener visibilidad sobre lo que va a ocurrir”, dice Miguel Kindelán, responsable en España del banco de inversión GP Bullhound.
Para este experto no hay duda de que una vez que estos actores económicos despejen sus dudas, la inversión volverá porque la cantidad de dinero que hay levantado por estos fondos es récord. "Esa inversión latente existe y se va a desplegar porque ese dinero está levantado y tiene una caducidad. Tienen unos compromisos con sus inversores de invertir y desinvertir en un cierto tiempo. La pregunta", admite, "es a qué niveles da valoración invertirán cuando vuelvan a hacerlo con normalidad.
Los despidos en estas empresas aumentaron un 350% en mayo, según el rastreador Layoffs.fyi
En su opinión, claramente habrá ajustes, "porque los mercados público y privado se comunican y ya estamos viendo cómo las valoraciones de las tecnológicas cotizadas están cayendo”. Pero hay más. "En los últimos meses estamos viendo una tendencia de inversión clara: los inversores están yendo a empresas más rentables y no a las que queman mucha caja para crecer muy rápido”.
Kindelán apunta que los verticales que más castigo están sufriendo son los del software, “que venían de unas alzas muy elevadas en sus valoraciones”, y los de comercio electrónico y delivery, con startups que están quemando mucho dinero para crecer, como Getir, Gorillas o Instacart, y que se están viendo muy perjudicadas por las perspectivas de inflación, que llevarán a un menor consumo”.
Pese al frenazo inversor, el responsable de GP Bullhound advierte que el mercado no está cerrado y siguen produciéndose rondas de financiación. Como ejemplo pone la de EcoVadis, un proveedor de calificaciones de sostenibilidad empresarial, que captó 500 millones el pasado junio en una operación en la que su banco actuó como asesor financiero.
José del Barrio, cofundador del fondo de venture capital paneuropeo Samaipata, también opina que pese a la situación de incertidumbre económica sigue habiendo un nivel de actividad inversora “bastante bueno”. Pero admite que están observando dos velocidades: “Las startups en etapas más tardías, las que hacen rondas a partir de 20 y 30 millones, son las que están cerrando muchas menos operaciones. Por contra, entre las de etapas más tempranas sigue habiendo un nivel de actividad bastante bueno, aunque se nota que ha habido algo de impacto en la valoración”.
Tormenta perfecta
Para Ignacio Moreno, cofundador de la fintech Capchase, se ha producido "una tormenta perfecta" que está impactando en el sector. "A los problemas antes apuntados se suman otros como la crisis energética o los problemas en las cadenas de suministro... Los tipos de interés altos nunca han favorecido a las compañías tecnológicas, porque impactan de lleno en su valoración. Y su efecto, que ya se está viendo en los mercados públicos, empieza a notarse en los mercados privados, donde normalmente llega con algo de retraso".
Moreno destaca, en línea con lo apuntado por el cofundador de Samaipata, que la inversión en las grandes startups está prácticamente paralizada. "En serie A se han pausado en torno al 50% y en serie B un 60%, pero en la fases semilla o pre-semilla el fenómeno se nota mucho menos. Este tipo de compañías son de por sí grandes apuestas y eso no se va a frenar. Hay que pensar que muchas empresas que son ahora enormes se montaron en momentos de crisis, como WhatsApp, Groupon y Uber, que se arrancaron en 2008".
Y apunta un problema que deberán afrontar algunas startups. "Aquellas que hayan levantado rondas de financiación a valoraciones muy altas y no razonables van a tener que crecer para cumplir con su valoración si quieren evitar un down round (una ronda de financiación en la que la valoración es inferior a la ronda previa), como le ha ocurrido a Klarna".
Kindelán y Del Barrio coinciden en que en un escenario como el actual también surgen oportunidades. “Hay empresas muy buenas que intentarán financiarse a unos términos de mercado que no van a lograr, y terminarán financiándose a valoraciones muy atractivas, y eso son oportunidades”. En opinión de cofundador de Samaipata, en 2021 las valoraciones de muchas startups se elevaron mucho porque entró mucho capital y esto provocó una inflación en las valoraciones que probablemente no eran sanas; ahora estamos volviendo a una situación parecida a la de 2019 y 2020”, dice.
Otras oportunidades señaladas por Kindelán tienen que ver con el talento y las compras. “Habrá startups que podrán adquirir compañías atractivas, que no logran levantar capital, para hacerse más fuertes y obtener mejores valoraciones. De hecho, hay fondos que están favoreciendo cuando invierten en una compañía que ese dinero se destine a crecer inorgánicamente porque es una manera de hacerlo menos arriesgada”.
Respecto al talento, apunta que, con todos los despidos que está habiendo en el sector, hay mucho más talento disponible en el mercado, "así que para las startups que estén en una fase expansiva y que tuvieran un cuello de botella para crecer en la falta de talento, es una oportunidad grandísima”.
De cualquier manera, y como dice el cofundador de Samaipata, en el actual entorno macroeconómico hay que ser cautos, y es que si bien la caída de la inversión no es masiva si parece el comienzo de un cambio a más largo plazo. "Nosotros estamos aconsejando a las empresas de nuestro portfolio ampliar las runways (el número de meses que pueden seguir operando sin otra inyección de financiación). Normalmente se habla de 12 o 18 meses, pero ahora seguramente sea preferible ir a 24 o, incluso, 36 meses, porque hay mucha incertidumbre y es mejor que se aseguren que van a poder llegar al otro lado del Rubicón".
Los tres expertos consultados apuntan qué verticales creen que van a poder sortear mejor este freno a la inversión. Moreno asegura que en Capchase son fieles creyentes del sector SaaS (software como servicio), "porque es más resiliente al ser un B2B". También Del Barrio confía en los SaaS verticalizados ("modelos de plataforma muy escalables"), en las aplicaciones de inteligencia artificial en distintos verticales y las proptech, relacionadas con el sector del real estate. Por su parte, Kindelán cree que las startups centradas en temas de sostenibilidad son una tendencia clara.
Riesgos y alternativas de financiación
Inversión más racional. El responsable en España de GP Bullhound advierte que una inversión más “racional y conservadora” por la incertidumbre económica puede tener riesgos, pues los inversores pueden dar la espalda a las empresas con modelos más arriesgados “y la disrupción suele venir de estos modelos más originales y disruptivos”.
Sostenibilidad del ecosistema. Pese a que el ritmo de inversión está ahora ralentizado, Miguel Kindelán advierte que nunca ha habido tanto dinero levantado predestinado a invertir en este tipo de empresas, así que en cuenta se despejen los nubarrones, “volverán a invertir”. Según el responsable de GP Bullhound, el dinero ya levantado por los fondos permite financiar el sistema durante más de dos años, “lo cual es una garantía de sostenibilidad del ecosistema. Pero, además, todos los días escuchamos sobre fondos que siguen levantando dinero”, dice.
'Venture debt' y rondas puente. Los expertos coinciden en que debido a la volatilidad de los mercados, habrá una mayor necesidad de fuentes de financiación alternativas. Así muchas empresas están recurriendo al venture debt (un mix entre deuda y equity) como opción de financiación no dilutiva. Otras startups están haciendo rondas puente a la misma valoración que la anterior, que normalmente efectúan los accionistas existentes, "que eso está bien para asegurarte que puedes aguantar la tormenta", dice Ignacio Moreno. Su compañía, Capchase, también financia a startups con modelo SaaS en base a sus ingresos futuros. Se presentan como una alternativa al venture capital y a la deuda tradicional.