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Philippe Eberlé: “España aún exporta barato el vino"

Asegura que el sector de las bebidas prémium está viviendo una época dorada

Juan Lázaro
Manme Guerra

Cuenta Philippe ­Eberlé (Ginebra, 1965) que, cuando era un joven universitario en su Suiza natal, quedaba con sus amigos para charlar en torno a una botella de vino. Ahora, parte de su vida también gira alrededor de esa bebida, de la que habla con pasión. El director general de Primeras Marcas confiesa que el sector del vino y los champanes prémium está viviendo una época muy dulce. Y los números de la distribuidora que lidera lo corroboran. Acaban de cerrar el año fiscal el 30 de junio con una facturación de 30 millones de euros, un 40% más que el ejercicio anterior. Parte de las ganancias provienen de los vinos que exportan de Burdeos, donde compran en primeur, o a la avanzada.

R. ¿Cómo surge la venta de vino en primeur?
R. Es un proceso que se inventó en la zona de Burdeos hace un par de siglos. La idea es que los châteaux necesitaban financiarse porque tenían dos grandes gastos importantes al año: la vendimia y la compra de barricas para afinar los vinos. La idea era avanzar una parte de la venta, aunque el vino no estuviera acabado, y se entregaría a futuro, para tener efectivo y poder financiar estas partes. Algunos châteaux vendían casi la totalidad; otros, un 30-50%, dependiendo de las necesidades. Esto se ha convertido, poco a poco, en un instrumento de marketing y de venta, porque la gran mayoría de los châteaux ya no necesitan este avance de liquidez. Pero es parte de su comercialización, no pueden prescindir de este sistema. Son 2.000 millones de euros de facturación, es enorme. El negocio en Burdeos son unos 4.000 millones y el 50% se vende a la avanzada.
R. ¿Qué ventaja tiene para el cliente?
R. Primero, tener acceso a estos vinos prémium. La segunda es la diferencia de precio. Entre la venta a la avanzada y el momento que sale al mercado, dos años después, prácticamente siempre hay un incremento importante. De un 15% a un 25%.
R. ¿Que tipo de cliente acude a la venta en primeur en España?
R. Principalmente la restauración y las tiendas especializadas. Hay algunos particulares, pero todavía no han entrado de lleno en este mundo. España es el país gastronómico por antonomasia, y los restaurantes ofrecen cada vez una gama de productos más amplia. Además, margina relativamente poco los vinos. Comparado con Francia, donde un vino de 50 euros en la carta estará en 150 euros, en España, ese mismo vino lo comprarás entre 75 y 80 euros.
R. ¿En el resto del mundo ocurre lo mismo respecto al tipo de cliente?
R. En Inglaterra, en Bélgica, en Holanda, en Francia hay más particulares que compran los vinos como inversión. Los adquieren para revender en el futuro. Hablamos de los vinos que están en el top 50, que, si tienes paciencia, en 5, 10, 20 o 40 años todavía serán extraordinarios, pero habrá muy pocos, porque se han bebido. Esta escasez hace que los precios suban. Una botella de Pétrus que comprabas a 400 euros en una añada de 2001 o 2002, hoy se vende entre 5.000 y 7.000 euros.
R. ¿Se está invirtiendo más en vino en estos tiempos de incertidumbre?
R. Absolutamente. No es lo que promocionamos con más énfasis, porque lo que nos interesa es que se abran las botellas y se disfrute del vino. Pero es verdad que es un tipo de inversión muy estable. En los últimos 16 años, el promedio anual es de un 8% de crecimiento. Es muy raro que un vino baje de precio. Puede estar igual, pero que cueste menos no suele ocurrir.
R. ¿En qué deben mejorar las bodegas españolas?
R. Han mejorado muchísimo en los últimos diez años, en su imagen, en calidad, pero todavía vende barato en exportación, comparado con Francia e Italia, incluso. Dependiendo del año, España es número uno en exportación de botellas. Lo interesante es que fuera el número uno en facturación y se vendieran más vinos prémium. Va en esta dirección. Cada vez más hay mejores elaboradores, muy famosos, grandes marcas, pero hay un trabajo aún por hacer para ser prémium. En la mente de muchos consumidores europeos y estadounidenses, el vino español es muy accesible. Está bien, porque esto es volumen y no deja de ser una industria muy importante para el país. Ahora se trata de elevar el nivel. Mejorar el mix. Vender un pelín menos de los baratos e intentar vender mucho más de los caros. Aunque no es fácil el cambio.
R. ¿Se está ampliando la cultura del vino en España?
R. El consumidor español conoce más, se interesa más, en especial los mileniales, y participa más en degustaciones. Se ve en la variedad de los vinos en las cartas. Hace diez años, básicamente Rioja, Ribera y Rueda ocupaban todo el espacio. Hoy en día hay de toda España. Esto demuestra que si la oferta se diversifica es porque la demanda también lo hace.

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Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.

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