Santander lanza un megaprograma para emitir hasta 55.000 millones en cédulas en doce meses
Comunica sus nuevos programas a raíz de la nueva normativa europea
Santander ha lanzado un megaprograma para emitir hasta 55.000 millones en cédulas durante los próximos doce meses. El banco presidido por Ana Botín ha aprovechado la entrada en vigor de una nueva normativa europea sobre los bonos garantizados para comunicar sus nuevos programas de cédulas hipotecarias, cédulas territoriales y cédulas de internacionalización. Según el folleto, registrado recientemente en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el programa estará vigente hasta el 14 de julio de 2023 y las emisiones tendrán un plazo de vencimiento máximo de hasta 30 años. El programa estará dirigido exclusivamente a "inversores cualificados".
Se trata de un ambicioso programa debido al volumen máximo que podrá alcanzar en tan solo 12 meses. Para dar una idea de la magnitud, en lo que va de año en España tan solo se han emitido 1.500 millones en operaciones de este tipo y en el agregado de los principales mercados europeos (Francia, Países Bajos, Alemania, Reino Unido y España) unos 88.000 millones. En todo 2021 la cifra alcanzó los 98.000 millones sumando estos países.
Eso sí, Santander puntualiza que no se trata de una única emisión por valor, sino de un programa marco por el que se irán realizando emisiones de más bajo importe, que en suma podrán alcanzar esos 55.000 millones dentro de un año. Para dar una idea de las últimas operaciones destacables, Sabadell colocó el pasado mes de mayo 1.000 millones con vencimiento a siete años en lo que fue su primera emisión de este tipo desde 2020. En febrero, Caja Rural de Navarra vendió 500 millones.
Las cédulas hipotecarias se tratan del tipo de deuda más segura que emiten los bancos. Ofrecen una rentabilidad fija, por lo general baja, pero en caso de insolvencia del banco emisor este tipo de bono está garantizado con el conjunto de préstamos hipotecarios que tiene la entidad financiera. De este modo, los bonistas podrían exigir al banco la liquidación de estos préstamos para afrontar el pago de sus títulos.
Además, el pasado 8 de julio entró en vigor una nueva normativa sobre bonos garantizados dirigida a evitar todavía más el riesgo de iliquidez en caso de insolvencia por parte del banco emisor. De esta forma, la nueva norma obliga a las entidades financieras a contar con un colchón de liquidez suficiente para pagar todos los vencimientos de estos bonos en los próximos 180 días, además de los vencimientos de intereses que se produzcan en ese periodo.
El texto endurece la supervisión de esta deuda para preservar el estatus de arma infalible en caso de problemas. Así, los créditos, ya sean hipotecarios, dirigidos a Administraciones locales o para apoyar la internacionalización de empresas, deben ser tasados en el momento de su incorporación y su valoración debe ser revisada al menos una vez al año. Asimismo, las emisiones estarán supervisadas por un órgano independiente, que debe ser aprobado por el Banco de España.