El Banco de España recorta 4 décimas su estimación de PIB para este año al 4,1%
Preve que la tasa de paro finalice este año en el 13% de la población activa Cree que la inflación se situará en en el 7,2%
El Banco de España ha procedido este viernes a presentar sus nuevas proyecciones macroeconómicas para el presente ejercicio y establecer un panel de estimaciones hasta 2024. Estas expectativas van a seguir marcadas por la incertidumbre derivada del enquistamiento de la guerra en Ucrania, por lo que no puede asegurarse que esta sea la última revisión y en un breve plazo de tiempo vuelvan a modificarse para irse adaptando a las condiciones venideras.
Lo cierto es que prácticamente dos meses después de haber dado a conocer sus anteriores estimaciones en abril, nuevamente abre la puerta para revisar a la baja el crecimiento de la economía española, si bien no puede descartar riesgos e incertidumbres en el corto y medio plazo que obliguen a una nueva revisión bajista.
En concreto, el Banco de España espera que el PIB español crezca este año el 4,1% frente al 4,5% de las anteriores estimaciones, como consecuencia de la mejora del PIB del segundo trimestre, según el director general de Economía y Estadística de la Institución, Ángel Gavilán. Para 2023 y 2024 las estimaciones se fijan en tasas inferiores del 2,8% y 2,6% respectivamente.
Con este ritmo sostiene, la economía española recuperará el nivel de producto previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023. Lo que ahora ve menos probable que en abril, es que se produzca una recesión, de hecho no lo contempla en ningún escenario, si bien Gavilán señala que ante la posibilidad de que se produzcan shocks inesperados, no lo puede decartar de forma categórica.
Para este año sus estimaciones se basan en una recuperación importante de las exportaciones turísticas y, en menor medida, en las inversiones asociadas al programa de fondos europeos Next Generation UE, asi como una parte de inversión privada, según Gavilán.No obstante advierte que ante la escasa información sobre el grado de ejecución de estos fondos, sugiere la posibilidad de retrasos en su ejecución, lo que también retrasaría decisiones de esta inversión privada.
Otro perfil diferente será el que presente la economía española para el periodo 2023-2024, donde el crecimiento se apoyará principalmente en el mayor dinamismo del consumo privado, como consecuencia de la creación de empleo estimada. El Banco de España sostiene que la tasa de paro finalizará al cierre del presente año en el 13% de la población activa, para ir moderándose al 12,8 y 12,7% en 2023 y 2024 respectivamente, mejorando las estimaciones presentadas en abril.
Efectos de las medidas
Por lo que respecta a la evolución de la inflación general, para este año espera una desaceleración de tres décimas respecto a sus anteriores estimaciones de abril para fijarse en el 7,2% medida en el Índice Armonizado de Precios al consumo (IAPC). A partir de este nivel sus estimaciones se desacelerarán hasta el 2,6% y el 1,8% respectivamente para 2023 y 2024.
En cuanto al comportamiento de la tasa subyacente pasará del 3,2% de promedio este año al 2,2% en 2023 y el 2% al ejercicio siguiente elevando sus estimaciones anteriores.
El Banco de España señala que con la incorporación del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y rebajar la factura de la electricidad la inflación media se reduciría en medio punto a lo largo de los próximos meses y cuando cese una décima al alza.
La prórroga hasta septiembre de las medidas puestas en marcha por el Gobierno para contrarrestar los efectos del encarecimiento de la energía para hogares y empresas que finalizaban el próximo 30 de junio, restaría 3 décimas a la estimación de su escenario central. Gavilán advierte que los riesgos van a estar afectados por la duración de la guerra en Ucrania y el comportamiento de los precios de las materias primas.
Los incrementos salariales pactados hasta abril son mayor que en 2021, "aunque moderadamente" y con una considerble pérdida de poder adquisitivo.
Déficit público
El déficit público volverá a reducirse de forma apreciable en 2022, hasta el 4,6% del PIB, 2,3 puntos por debajo del registrado en 2021, aunque es cierto que apenas descendería en los dos ejercicios siguientes con niveles del 4,5% y 4,2% respectivamente. Frente al 5% previo estimado en abril para este año y el 5,2% y 4,7% para los dos siguientes. El director general del Banco de España llamó la atención sobre la fortaleza de la recaudación.
La deuda del conjunto de las Administraciones Públicas cerrará este ejercicio en el 114,9% del PIB, y se moderará ligeramente hasta ratios del 113,2% y 112,5% en los dos años posteriores, por el efecto de la mejora del déficit público.
De esta manera la entidad dirigida por Pablo Hernández de Cos se une a las recientes modificaciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con cuya estimación de crecimiento de PIB coincide.
El Banco de España sostiene que a lo largo del segundo trimestre la guerra de Ucrania está afectando negativamente a la actividad a través de una continuación de los precios elevados en buena parte de las materias primas, tanto energéticas, minerales como alimenticias.
Así considera que por el contrario han jugado a favor de la evolución económica, la práctica eliminación de todas las restricciones puestas en marcha por la crisis sanitaria, lo que se ha traducido en un importante repunte de aquellos sectores más afectados por estas medidas, como es el turismo y la hostelería.
Pese a todo, la autoridad monetaria anticipa que la guerra seguirá afectando negativamente sobre la actividad, si bien reconoce que tendría un mejor comportamiento a partir del tramo final del presente ejercicio. Además el proceso de normalización monetaria se está traduciendo en un endurecimiento de las condiciones financieras a escala global.
En España, las condiciones de financiación han comenzado a ser menos holgadas en los últimos meses, por lo que previsiblemente, podrían experimentar un tensionamiento adicional, incidiendo negativamente en el grado de dinamismo de la actividad.
Los principales factores que jugarán a favor de esta evolución serán en primer lugar, la mejora paulatina de la confianza, la atenuación gradual de las alteraciones de las cadenas de aprovisionamiento y el despliegue de los fondos europeos del programa Next Generation EU, lo que traerá consigo que la economía española recupere el nivel de producto previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023.
La OCDE vaticinó hace unos días un freno en el avance del PIB previsto para 2022 de 1,4 puntos frente a lo estimado hace seis meses, hasta el 4,1%. Para 2023, el club de los países ricos confiaba a finales del año pasado en un crecimiento del 3,8%, que ahora hunde al 2,2%. En cuanto al Índice de Precios al Consumo (IPC) armonizado escalaría este año al 8,1% para bajar el que viene al 4,8%. La deuda pública, según las previsiones, se situará en el 115,6% y en el 113,1% del PIB en 2022 y 2023, respectivamente, mientras que el déficit cerrará en el 5% y el 4,2% del PIB.
El Panel de Funcas, rebajó en cinco décimas la previsión de avance del PIB en 2022, hasta el 4,3%. Es la misma cifra que esperan la autoridad fiscal y el propio Gobierno. Las tensiones en los precios, de hecho, han llevado a revisar al alza la previsión del IPC medio para el presente ejercicio en 1,5 puntos porcentuales, hasta el 6,9%. En los próximos meses, confían los técnicos, el indicador descendería hasta acabar con una tasa interanual en diciembre del 4,3%. La inflación subyacente, en cambio, se mantendría en niveles inusualmente altos, del 3,6% en el presente ejercicio.