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Ángel Olea: “Jugar a pasar del 100% al cero de inversión en Bolsa es muy peligroso”

El directivo explica que han añadido en las carteras un fondo de infraestructuras

Ángel Olea, director de inversiones de Abante Asesores.
Ángel Olea, director de inversiones de Abante Asesores.Pablo Moreno
Miguel Moreno Mendieta

Ángel Olea (Madrid, 1970) atiende a CincoDías solo unos minutos después de haber presentado ante la plana mayor de Abante Asesores la situación de mercado. El director de inversiones de esta firma, que maneja cerca de 10.000 millones de euros de activos, mantiene un semblante serio, pero determinado. Habla de un año que está siendo “muy duro”, sobre todo para los inversores más conservadores.

R. ¿Cuándo se empezará a moderar la inflación?
R. Es difícil saberlo. Hay muchos factores que están impactando sobre los precios. Las materias primas, la reapertura de las economías, la invasión de Ucrania… En Europa tenemos una inflación que es básicamente energía, a diferencia de Estados Unidos, donde hay otros componentes, como los salarios. Así que aquí dependerá mucho de cómo evoluciona la guerra.
R. ¿Cuantas más restricciones a la compra de petróleo y gas ruso, más subirán los precios de la energía?
R. Sí. La Unión Europea es consciente de estar asumiendo un dolor a corto plazo para conseguir una solución a medio plazo más sostenible. La transición va a llevar su tiempo. De momento ya tenemos el barril de Brent por encima de los 115 dólares. Estamos librando una doble guerra. Con Putin y contra el cambio climático. No habrá una solución temprana y eso se va a notar en la inflación.
R. ¿El BCE tiene herramientas para enfriar la inflación?
R. En Europa hay un problema de inflación menos estructural que en EE UU, por eso allí la Fed ha empezado antes a subir los tipos. Aquí la inflación subyacente está en el 3,8%. El BCE, como va por detrás de la Fed, tiene menos presión y puede ir acomodando la política monetaria con más facilidad.
R. ¿Los bancos centrales tienen la culpa de los precios desbocados?
R. No sé si se les puede culpar. Pero sí es evidente que la Fed ha llegado un poco tarde. Hace un año la inflación ya daba muestras de fortaleza, pero la Fed siguió diciendo que era algo transitorio hasta finales de noviembre. Tenían la excusa de la pandemia, querían reforzar el empleo, hablaban de cuellos de botella… Pero la inflación se disparó y acabaron prefiriendo ponerse una vez colorado que ciento amarillo. Cambiaron el tono de su política monetaria.
R. ¿Sus clientes más conservadores están sufriendo mucho?
R. Sí. Este año la renta fija está cayendo mucho, en ocasiones más que la Bolsa. Las carteras conservadoras están sufriendo más que las carteras agresivas. Pero la mayoría de los clientes sabe que con la inflación alta es más importante aún no tener el dinero parado. Saben que hay que asumir algo más de riesgo.
R. ¿Cuánto han llegado a caer las carteras conservadoras?
R. Algunas pierden en el año más del 10%, con muy poca renta variable y mucha renta fija. Son clientes que no esperaban unos retornos tan negativos. El año ha sido muy duro. Lo peor es la brusquedad de la corrección, por las subidas brutales de tipos de interés.
R. ¿Vuelve a haber algo de valor en la renta fija?
R. Sí, con las fuertes de depreciaciones de este año, los bonos empiezan ya a ofrecer algunas oportunidades de inversión atractivas. Hasta hace unos meses la renta fija no daba nada de rentabilidad. Ahora hay bonos europeos de buena calidad al 2%. Hace seis meses pagaban el 0%.
R. ¿Recomiendan ya retocar las carteras conservadoras?
R. Sí, llevamos unas semanas tomando algo más de riesgo en las carteras de renta fija. Empezamos el año muy conservadores en duración y en crédito, pero ya estamos ampliando en los dos lados. Pero tampoco estamos rompiendo la hucha, porque creemos que el mercado puede vivir nuevos momentos de estrés. Nuestra cartera de renta fija tiene una duración de 1,8 años y una TIR del 2,3%, frente al 0,8% a inicios del año.
R. ¿Qué decisiones han tomado recientemente para la parte de renta variable?
R. Hemos tocado muy pocas cosas durante este año. A finales de 2021 metimos un fondo de infraestructuras cotizadas, el Wellington Enduring Assets. Es un tipo de activo que se había quedado algo rezagado y al que, además, le va bien la inflación. También es un activo defensivo. En general, hemos estado sobreponderados en renta variable, para intentar no tener tanta renta fija, que nos daba mucho miedo. Eso sí, hemos apostado por fondos que tuvieran empresas de gran calidad, con compañías con posiciones estables, con poder de fijación de precios, fosos defensivos…
R. ¿Cómo juegan con el nivel de Bolsa en cartera?
R. No sabemos jugar a eso. Es muy difícil adelantarse al mercado. Confiamos más en comprar y mantener inversiones. Hacemos cambios de fondos, contratamos infraestructuras…, pero no nos dedicamos a estar al 100% o al 0% de Bolsa. Eso es muy peligroso. Porque tus emociones juegan en tu contra. A la gente le apetecía vender todo la semana pasada, y resulta que la Bolsa ha subido un 6%. Hay algunos de estos fondos que acaban teniendo que cerrar. Nuestro fondo principal está siempre entre un 40% y un 60% en Bolsa, pero no nos salimos de esos límites. Aunque sí que llegamos a estar al 65%. Pero lo tenemos que ver muy claro.
R. ¿Invierten en fondos de retorno absoluto?
R. Tenemos algo, pero es marginal. Hemos metido algo para sustituir la renta fija. Es una tipología que ha vivido un fracaso sonado. Para ellos fue muy difícil convivir con los tipos cero. Hemos incluido un fondo long/short de BMO de ­Reits, el equivalente a las socimis. Con un equipo muy especializado. Buscamos gestores muy de nicho, y vehículos pequeños. No nos gustan los fondos demasiado grandes, que acaban moviendo el mercado cuando hay muchas salidas. También tenemos en Candriam Index Arbitrage.
R. ¿Está aumentando el peso de los activos alternativos en las carteras de sus clientes?
R. Sí, llevamos ya tres o cuatro años recomendando destinar una parte de la cartera a este tipo de activos que no son ni Bolsa ni bonos. Permite descorrelacionar la cartera de los mercados. Son siempre activos más ilíquidos, como las infraestructuras, o compañías no cotizadas. Tener de un 5% a un 10% puede venir muy bien. A veces, no puedes tocar el dinero en 10 o 12 años.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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