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El coste laboral en España ascendió en 2021 al 39,3%, casi cinco puntos más que la media de la OCDE

Es el decimosexto país del club con mayor presión fiscal sobre el trabajo Más de la mitad del coste recae sobre la empresa en forma de cotizaciones

Pablo Sempere
Costes laborales
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El coste laboral de un trabajador soltero medio en España, que se compone del pago del IRPF por parte del empleado y de las cotizaciones a la Seguridad Social, ascendió en 2021 al 39,3%. Son 0,3 puntos porcentuales más que el dato registrado en 2020, cuando la contribución tributaria cayó como consecuencia de la crisis del Covid-19. La cifra, según los datos presentados este martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), convierte a España en el decimosexto país con la cuña fiscal más alta de todos los socios que conforman el club de las economías ricas, por detrás de Bélgica, Alemania, Francia o Italia, entre otros.

La OCDE examina en su informe Taxing Wages 2022 las cuñas fiscales de los 38 países asociados, un indicador que suma la proporción que representan las cotizaciones a la Seguridad Social y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En otras palabras, es la parte del salario bruto que los contribuyentes abonan vía impuestos. En 2021, en el conjunto de la OCDE, la cuña fiscal de los trabajadores solteros se situó en el 34,6%, casi cinco puntos porcentuales por debajo que la media española.

Desagregando los datos de España, las cotizaciones sociales que paga el empleador son las que más pesan sobre el total de la presión fiscal al trabajo. De los 39,3 puntos porcentuales que representan la cuña fiscal, 23 corresponden a las cotizaciones que abona la empresa, otros 11,3 al impuesto sobre la renta a cargo del contribuyente y los 4,9 puntos restantes a las cotizaciones sociales del empleado. De todos los miembros de la OCDE, España es el sexto país con más presión fiscal sobre las cotizaciones que recaen sobre el empleador, que representan 13,5 puntos del total de la cuña fiscal de la media del club.

Según el análisis que publica el organismo dirigido por Mathias Cormann, la cuña fiscal de la mayoría de los hogares aumentó en el conjunto de la OCDE entre 2020 y 2021, aunque el indicador medio disminuyó levemente por las grandes reducciones registradas en un pequeño puñado de países. En consecuencia, corrobora la organización con sede en París, las cuñas fiscales se han recuperado y han alcanzado niveles más altos que los registrados en 2019, antes de la irrupción de la pandemia.

La radiografía concluye que la cuña fiscal aumentó en 24 de los 38 países, disminuyó en 12 y se mantuvo intacta en dos. Las mayores subidas se registraron en Israel (1,02 puntos porcentuales más), Estados Unidos (1,2 puntos) y Finlandia (1,3 puntos). En casi todos los países donde aumentó la contribución tributaria laboral, explica el organismo, hubo una subida del impuesto sobre la renta. En otras regiones, sin embargo, el incremento vino motivado por unos salarios promedio más altos –combinados con unos sistemas tributarios progresivos– y por una mayor proporción de las ganancias sujetas a retenciones a medida que caían las desgravaciones fiscales.

Al otro lado de la tabla de la OCDE, la cuña fiscal para el trabajador soltero cayó en Australia (-1,25 puntos porcentuales), Letonia (-1,73 puntos), Grecia (-2,23 puntos) y República Checa (-4,12 puntos). En la mayoría de los casos, la reducción se explica por un rediseño de los impuestos sobre la renta.

Matrimonio e hijos

En su análisis, la OCDE recalca que las cuñas fiscales de los trabajadores con hijos suelen ser menores que las de los empleados solteros debido a los beneficios que las familias reciben en forma de transferencias directas o de desgravaciones. Sin embargo, como ocurre en la comparativa internacional de los empleados sin descendientes, en el caso de las familias vuelve a haber grandes diferencias.

Durante el año 2021 los trabajadores españoles casados con dos hijos a cargo tuvieron la octava cuña fiscal más alta de toda la OCDE, con un 33,8% del salario destinado al IRPF y las cotizaciones sociales. La cifra está 5,5 puntos porcentuales por debajo de la cuña fiscal del trabajador soltero sin hijos, pero muy lejos de la media de la OCDE, donde la cuña fiscal de los casados con descendientes se sitúa en el 24,6%. Las prestaciones relacionadas con los hijos y las disposiciones fiscales, explica la OCDE, “tienden a reducir la cuña fiscal para los trabajadores con hijos en comparación con el trabajador soltero medio”. Sin embargo, mientras que en España la diferencia fue de unos 5,5 puntos, en la OCDE fue de casi el doble.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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