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La energía que le sobra a Ucrania puede ayudarle a sí mismo y a la UE

La demanda del país ha caído a la mitad, y la que no usa podría llegar al bloque, pero hace falta invertir en redes

Bandera ucrania en una casa destruida, en Moschun, a las afueras de Kiev, el día 19 de mayo.
Bandera ucrania en una casa destruida, en Moschun, a las afueras de Kiev, el día 19 de mayo.reuters

Ucrania tiene un arma incorporada contra la destrucción provocada por el conflicto. Con 55 gigavatios (GW) de capacidad energética instalada, esta nación desgarrada por la guerra puede producir más electricidad de la que necesita actualmente. Ello supone una oportunidad tanto para Kiev como para la Unión Europea, hambrienta de energía.

Ante el temor de que Moscú pueda utilizar la energía como arma, Ucrania lleva desde 2017 trabajando para desvincularse de la red eléctrica rusa. La invasión de Vladímir Putin aceleró, como era de esperar, esa transición. El 16 de marzo, Ucrania se sincronizó completamente con la red energética de la UE.

Ello crea un atractivo desequilibrio. La demanda de energía de Ucrania se ha reducido a la mitad desde el conflicto, y es poco probable que vuelva a estar a pleno rendimiento incluso con un alto el fuego. La oportunidad es que el país exporte el exceso de electricidad a sus vecinos de la UE y utilice los ingresos para acelerar su costosa reconstrucción. La exportación de 1 GW de electricidad podría reportar a Ucrania 1.000 millones de euros al año, según los operadores de energía.

La UE, por su parte, podría estar interesada en importar la energía libre de carbono producida por los 15 reactores nucleares de Ucrania, que pueden generar unos 14 GW cuando funcionan a pleno rendimiento. Países como las repúblicas bálticas siguen conectados a la red rusa, por lo que necesitan electricidad alternativa para cortar sus vínculos con Moscú. La UE también busca desesperadamente diversificarse del gas ruso.

El problema son las líneas eléctricas que conectan Ucrania con países como Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. Ahora mismo, son pocas y están muy dispersas. La capacidad de exportación transfronteriza de Ucrania es de unos míseros 700 megavatios (MW). Y el país solo exporta unos 200 MW a Polonia, explica Petro Kotin, consejero delegado del operador estatal de energía nuclear ucraniano, Energoatom.

Ello puede solucionarse con inversiones. Reactivar una línea eléctrica de la era soviética a través de Polonia costaría unos 30 millones de dólares (28 millones de euros) dice Kotin. Construir nuevas líneas desde cero requiere 500 millones de dólares (470 millones de euros) por línea. Está claro que Ucrania no tiene el dinero. Vecinos como Polonia se muestran escépticos, y los inversores privados se resisten a aventurarse en una zona de conflicto. Eso deja la financiación de organizaciones multilaterales como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones o la Comisión Europea.

Ayudar a Ucrania a potenciar las exportaciones de electricidad sería un apoyo para su economía y aliviaría el dolor de cabeza energético de Europa.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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