Por qué deberían apostar las pymes por las fusiones y adquisiciones
Cada vez están creciendo más estas operaciones en el segmento de las micro, pequeñas y medianas empresas
Europa es sinónimo de industria, de resiliencia, de trabajo y, en definitiva, de empresa familiar. Concretamente, en España el 99% del tejido empresarial está compuesto por pequeñas y medianas empresas, que a su vez representan más del 75% de los puestos de trabajo y cuyo volumen de negocio representa el 65% del PIB. Se trata de un mercado atomizado donde muchas de estas compañías se enfrentan a un cansancio generalizado derivado del Covid y se encuentran ante la incertidumbre de saber qué hacer para el futuro de sus empresas.
Unas quieren impulsar su desarrollo, pero no saben cómo hacerlo, ya sea porque no disponen del equipo o de las instalaciones necesarias. Otras, en cambio, se hallan ante un relevo generacional que no saben cómo afrontar. Algunas incluso no reparan que su desarrollo puede estar más allá de su radio local de actividad. Son diversas las situaciones y dificultades que nos podemos encontrar y que se le pueden plantear a una compañía para impulsar su progreso. Sin embargo, la inmensa mayoría tienen un punto en común y es que desconocen las ventajas estratégicas que les puede aportar una transacción corporativa en su crecimiento.
Muchas veces las pymes tan solo conocen la opción de una evolución orgánica. La mayoría desconocen qué son las estrategias de crecimiento inorgánicas y, aquellas que sí lo hacen, piensan que les va a suponer un mayor esfuerzo en todos los aspectos, tanto de integración como financiero. La realidad es que es necesario poner encima de la mesa las distintas alternativas que les brinda el M&A a una pymey ver cuál es su hoja de ruta. En fase de expansión, apostar por una estrategia de adquisiciones les permite un crecimiento más acelerado y obtener unos resultados (facturación, cuota de mercado, cartera de clientes, etc.) mucho más rápidos en el corto plazo. Además, esta opción contribuye también a reforzar sus capacidades y ampliar el foco a ámbitos de actuación o mercados que a lo mejor en un primer momento no estaban contemplados en el plan de negocio. Por otro lado, en fase de salida o de relevo, apostar por realizar una operación corporativa permite capitalizar el esfuerzo de tantos años y asegurar la continuidad de tu proyecto.
Existe la idea preconcebida de que los procesos de fusiones y adquisiciones solo se dan en las grandes compañías o las cotizadas. Cuando la verdad es que cada vez más está creciendo el número de estas operaciones en el segmento de micro, pequeña y mediana empresa (facturación entre 1 y 50 millones de euros) ya que está resultando cada vez más atractivo para los inversores (tanto para los fondos de private equity, search funds como los industriales). Se encuentran con la oportunidad de, con su experiencia de gestión, consolidar sectores muy fragmentados con compañías en las que los procesos no están optimizados, no cuentan con un equipo comercial potente o el sistema de gestión no es el más eficiente, entre otras cosas.
Llegados a este punto ocurren dos cosas. Por un lado, las pymes suelen ser empresas familiares donde su foco ha residido siempre en crecer orgánicamente y no son muy afines a dar entrada en el capital a un socio ajeno. Por otro lado, cuando son partidarias de realizar está inclusión, se dan cuenta de que son prácticamente invisibles ante los inversores.
Es aquí donde el mercado debería hacer una labor de transparencia y permitir a estas conectar con un asesor (financiero y legal) que les ayude en esta reflexión estratégica sobre hacia dónde deben dirigirse. En este sentido, una vez que han optado por la vía inorgánica pueden encontrar en la tecnología la perfecta aliada para conectar con el capital privado incrementando su visibilidad y permitiendo acelerar su crecimiento, ya que no solo les aportará la parte económica, sino que además les ayudará a profesionalizar su gestión ayudándolas a que evolucionen de pequeña empresa a mediana y, a su vez, de mediana a grande. Precisamente, el private equity resulta además una alternativa a la financiación tradicional idónea cuando no se puede o no se quiere el capital a través de bancos y la empresa busca dar un salto cualitativo con algo más que dinero.
Además, la pandemia ha traído consigo la necesidad de las compañías de buscar alternativas online y adaptarse a la nueva realidad de conectar con el mercado para así no quedarse atrás. Precisamente, en el segmento pymes es donde aparecen los primeros escollos ante esta nueva necesidad, y donde se topan con el elevado desconocimiento que tienen sobre un proceso de compraventa, en el cual la empresa debería sentirse totalmente guiada.
El hecho de valorar introducir a un socio en la empresa que permita hacerles progresar en este ámbito o incluso adquirir una empresa más pequeña es algo que muchas pymes no se plantean porque no saben cómo llegar a esa vía mediante M&A. Sin duda alguna, hay que hacer una verdadera labor pedagógica a día de hoy y sumar esfuerzos para que entre los planes de estas compañías se baraje esta alternativa.
En todo caso, cualquier empresa ya sea grande o pequeña puede encontrar en el M&A una opción perfecta de crecimiento y fortalecimiento, pudiendo crear todavía más valor a la compañía o bien permitir que esta quede en las mejores manos. El mercado tan atomizado de pymes que presenta el territorio español ofrece en estos momentos un sinfín de oportunidades tanto para los inversores que buscan ser el compañero de estas compañías como para aquellas pymes que busquen asegurar su continuidad o bien consolidarse en su sector y beneficiarse de una política de adquisiciones.
Gerard García Esteve es CEO de Deale