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Ocho claves sobre la pérdida educativa durante la pandemia

Esta se ha recuperado parcial o totalmente con la reapertura de los centros escolares

GETTY IMAGES

La pandemia y el consiguiente cierre de los colegios ha tenido un impacto notable en la pérdida educativa del alumnado. Sin embargo, la mayoría de estudios europeos concluyen que esta se ha recuperado parcial o totalmente con la reapertura de los centros. Eso es lo que ha llevado a EsadeEcPol y la Fundación Cotec a realizar dos informes sobre la brecha de aprendizaje como consecuencia del coronavirus y qué medidas se están llevando a cabo para paliarla. Estas son algunas de sus conclusiones:

  1. Matemáticas. Esta materia sufrió la pérdida educativa en mayor medida que la asignatura de castellano, según el análisis de la situación en País Vasco. Mientras que en matemáticas el perjuicio ronda en torno a un 25% del año escolar, en el caso de la lengua este ha sido prácticamente imperceptible. “El estudio mide las competencias, que es una mezcla de actitudes, conocimientos y destrezas”, expone Lucas Gortázar, director de Research y senior fellow de Educación en EsadeEcPol y uno de los autores del informe.
  2. Titularidad. Los centros públicos acusaron más los efectos de la pandemia que los concertados. Un fenómeno que Gortázar achaca a que estos últimos tienen más autonomía para adaptarse a situaciones excepcionales, así como a que deben tener una rendición de cuentas mayor.
  3. Desigualdad. El informe no detecta diferencias significativas en relación al sexo o el índice socioeconómico y cultural del alumnado, si bien si observa que se han reducido las desigualdades dentro del mismo centro. Aunque no se ha podido demostrar, la hipótesis es que apostar por un currículo más compacto ha beneficiado a las personas que partían con desventaja.
  4. Tutorías. El refuerzo individual o en pequeños grupos ha resultado ser una de las medidas más eficaces para recuperar el nivel educativo. Extremadura, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Madrid cuentan con acciones en este sentido, pero el informe critica la falta de programas de tutorías individualizadas, estructuradas y continuas en las diferentes comunidades autónomas. El estudio destaca Menttores, reuniones online de un docente con dos alumnos del mismo curso para refuerzo de matemáticas y ofrecer apoyo socioemocional. El proyecto, centrado en entornos desfavorecidos, fue promovido por la ONG Empieza por Educar.
  5. Comunidad. El refuerzo educativo no debe tener solo una percepción individual, sino que es necesaria la implicación de la comunidad. Las actividades de educación no formal se diseñan con la mirada más puesta que nunca en el refuerzo y la compensación. El programa Aula Compartida de la Comunidad Valenciana combina actividades lectivas con talleres y otras prácticas para la aproximación al mundo laboral.
  6. Socioemocional. Las diferentes iniciativas dedicadas a amortiguar el impacto de la pandemia han comprendido que tan importantes son los aspectos académicos como los ligados al bienestar del alumno. Un ejemplo es Volvamos + Cercanos, promovido por el Gobierno de Murcia, que detecta situaciones de riesgo e interviene en tres áreas diferentes: el alumno, la familia y los centros.
  7. Formación Profesional. Ha sido la gran olvidada a la hora de desarrollar planes para paliar la pérdida educativa, que ponían el foco en Bachillerato y la ESO, especialmente en un contexto en el que se le pretende dar más peso a este itinerario formativo. Baleares y Castilla y León han sido la excepción.
  8. Monitorización. Es la otra gran asignatura pendiente. Si bien la mayoría de documentos habla sobre la necesidad de evaluar los programas, estos no especifican herramientas, procesos o tiempos para ello. A pesar de que muchas comunidades realizan diagnósticos de forma regular, estos se suspendieron entre 2020 y 2021. Sí que han realizado estas observaciones Cataluña, Canarias y País Vasco, donde, además, han incorporado un análisis del bienestar emocional tras la pandemia.

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