Las recetas de Cos ante el shock inflacionista: pacto de rentas, ayudas focalizadas y eurobonos
El gobernador del Banco de España insiste en la necesidad de controlar los riesgos de una espiral de precios
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aboga por un pacto de rentas que evite trasladar a los precios finales la presión inflacionista generada a raíz del conflicto de Ucrania. También ha abogado por una política económica que respalde a los hogares y empresas en situación de mayor vulnerabilidad, además de advertir que la invasión de Ucrania es "una seria amenaza para el proyecto social y político que ha venido construyéndose en Europa durante las últimas décadas".
Pacto de rentas
En un desayuno de trabajo organizado por Hill & Knowlton, Cos ha indicado que la situación actual "exige acordar un pacto de rentas entre trabajadores y empresarios en el que todos acabarán ganando en el medio plazo, pero en el que todos han de asumir una pérdida en el corto plazo". Ha insistido en que se trata de repartir costes y que todos los agentes económicos asuman una pérdida: "Ni los trabajadores podrán mantener su poder adquisitivo en el corto plazo, ni las empresas serán capaces de mantener sus márgenes". Ha añadido, eso sí, que este pacto podría estar ya produciéndose, puesto que "es indudable" que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo (se basa para ello en los datos de salarios negociados, 2,3% para 2022) y las empresas no están trasladando de forma plena a precios el alza de los costes.
Cos ha abundado en el eventual pacto, que ha señalado que debe "facilitar la negociación colectiva" pero sin "adoptar medidas cuya implementación sea excesivamente general" y que sean rígidas en exceso. Igualmente, rechaza las cláusulas de garantía salarial, puesto que elevan el riesgo de una espiral inflacionista, y aboga, finalmente, por que el pacto de rentas contemple compromisos salariales y de protección del empleo de carácter plurianual. "Aportaría una gran certidumbre a los hogares y a las empresas a la hora de tomar sus decisiones de gasto e inversión, lo que podría redundar en un mayor dinamismo del conjunto de la actividad económica", aconseja. Exige también compromisos explícitos de moderación de los márgenes empresariales.
Ayudas fiscales
En términos de política económica, pide que la política fiscal se aplique de forma focalizada, centrándose en a los hogares de rentas más bajas, que son los que más sufren el impacto de la inflación, y a las empresas más intensivas en energía, y mediante medidas de carácter temporal. De este modo no se reforzaría la presión inflacionista y se minimiza el efecto presupuestario. De hecho, Cos aboga por un programa de consolidación que reduza, cuando la recuperación sea sólida, los niveles de déficit y deuda.
El gobernador ha explicado que hay cuatro canales por los que la crisis impacta en la economía española: además de la subida de precios de las materias primas (tanto energéticas como no energéticas), el comercial, el financiero y el ligado a la confianza. No ha aportado nuevas previsiones sobre el impacto de la crisis, recordando el nuevo cuadro macro del BCE, que ha recortado el crecimiento entre 0,5 y 3,9 puntos (depende del escenario) y elevado la previsión de inflación entre 1,9 y 3,9 puntos.
Eurobonos
Cos ha insistido en la necesidad de medidas a nivel europeo. Al tratarse de una perturbación negativa de carácter exógeno y efectos asimétricos, aboga también por la emisión de eurobonos: "La acción conjunta europea vuelve a ser la vía más eficaz, a través de la mutualización de recursos presupuestarios, para facilitar la financiación del gasto público que ha surgido como consecuencia de la invasión". En este sentido, ha abogado también por la creación de una capacidad fiscal común en la eurozona y por completar la unión bancaria.
En el plano energético, ha destacado el papel que puede jugar España en el suministro de gas (acapara el 25% de la capacidad de regasificación), aunque ha advertido de la necesidad de invertir en interconexiones. También ha insistido en "impulsar una reducción más rápida de la dependencia de los combustibles fósiles, para lo que se propone acelerar el despliegue de las energías renovables y fomentar la eficiencia energética".
Cos ha sido menos explícito al hablar de los planes del BCE, al recordar que el conflicto tiene tanto impacto sobre la inflación, en particular a corto plazo, pero también resta crecimiento a medio plazo. Ha indicado, eso sí que "el contexto actual ya no resulta tan necesario como en el pasado reforzar el tono acomodaticio", lo que lleva a la reducción de compras de deuda, que podrían terminar en el tercer trimestre si las perspectivas de inflación a medio plazo no ceden. Respecto a los tipos de interés, ha indicado que el leve cambio de lenguaje usado por el BCE da más flexibilidad para afrontar los próximos trimestres: "Supone mantener el proceso secuencial con el que pretendemos ajustar nuestros instrumentos, pero amplía las posibilidades de distanciamiento temporal entre estos dos eventos: el final de las compras netas y el momento en que comencemos a elevar nuestros tipos de interés. Y esto aumenta la flexibilidad con la que podemos ejecutar nuestras decisiones".