La transición energética precisa de un impulso definitivo
Los fondos Next Generation llegan en un momento clave para el proceso del cambio. El avance hacia la sostenibilidad debe ir acompañado de un mayor entendimiento por parte de la sociedad, que logrará beneficios de ahorro y de bienestar
Pocas veces a lo largo de la historia el mundo se ha puesto a caminar hacia el mismo sentido. El cambio climático ha conseguido que la mayoría de los países persigan las mismas metas: frenar los efectos devastadores que producen las temperaturas extremas y construir economías neutras en carbono.
El cambio energético es necesario. Y en este momento, además, su protagonismo se ha acrecentado por unos precios desorbitados impulsados por la demanda, tras la recuperación de la crisis provocada por el Covid, y por el conflicto en Ucrania.
La reducción del impacto medioambiental pasa por un uso eficiente de la energía y de las fuentes alternativas. Pero el beneficio no se queda aquí; el ahorro en la factura es notable y tiene efectos muy positivos en la salud y el bienestar de la sociedad.
El desarrollo tecnológico es el principal aliado en este nuevo contexto energético; en iluminación se han conseguido grandes avances con múltiples posibilidades en áreas como la edificación o la movilidad urbana.
Bajo estas ideas se desarrolló el desayuno organizado por CincoDías con la colaboración de Signify bajo el título Hacia una economía neutra en carbono: una cuestión de eficiencia.
España lleva más de una década trabajando para la transición energética, “pero hay un potencial de mejora extraordinario”, dijo Francisco Javier Martín, director general de Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. En concreto, desde 2014 se están aplicando mejoras en cuanto a eficiencia energética en la rehabilitación de edificios, y en este momento el “objetivo es de 30.000 viviendas al año para llegar a las 300.000 que marca la Comisión para 2030”, explica Martín.
Pero es necesario que la demanda se reactive. En la actualidad, “existen ayudas directas, mejoras en las condiciones de financiación y beneficios fiscales”. “El mensaje tiene que llegar a los ciudadanos”. “Las condiciones son irrepetibles y el resultado va a repercutir en su calidad de vida”, apunta el representante del Gobierno.
Todos a una
Francisco Falcone, director del Instituto de Smart Cities de la Universidad Pública de Navarra, apuntó que la situación requiere voluntad y esfuerzo de todas las partes. “Tiene que haber una colaboración público-privada, apoyo político, un esfuerzo económico y adopción social”.
El término smart city, ciudad inteligente, tampoco es nuevo, y los propósitos que persigue coinciden con la eficiencia energética aplicada en los entornos urbanos (transporte, gestión de residuos, industria sanitaria, edificios...). “Todo lo que requiere un consumo energético debería avanzar en el mismo sentido”, indica Falcone. “Lo importante, es que hay tecnología disponible para conseguirlo en diferentes grados de madurez que permiten ahorro energético en cualquier caso”, añade.
Falcone coincide en que, a pesar de los beneficios y las posibilidades de la eficiencia energética, “en la sociedad existen dudas”, y quizás se precise de una formación. “La ciudadanía tiene que tener un papel muy activo. De nada sirve tener los medios si no nos lo creemos”, subraya.
Josep M. Martínez, presidente y director general para España y Portugal de Signify (compañía que es neutra en carbono desde septiembre de 2020), mostró cierta preocupación en cuanto a los avances logrados: “Llevamos años hablando de transición; se ha celebrado la COP26 y nos acercamos a la COP27, pero hemos hecho poco. Para conseguir la neutralidad de carbono en 2050 debemos pasar a la acción”.
Los fondos como palanca
Con los fondos europeos (Next Generation EU) se ha creado una oportunidad única para relanzar el cambio. “Hay que buscar los canales apropiados para que lleguen a los ciudadanos, que entiendan los beneficios y que su factura energética se puede reducir al tiempo que mejora la calidad del entorno donde viven”, comenta el directivo de Signify.
La visión de los municipios la proporcionó Pablo Hermoso de Mendoza, alcalde y presidente del Ayuntamiento de Logroño y presidente de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI). “Hay cuatro retos importantes: el marco regulatorio tiene que permitir que los ayuntamientos aborden acciones concretas sin trabas jurídicas; se precisa formación de técnicos en las entidades locales, ya que en los municipios no hay tantos; los administradores de fincas tienen que convencer a las comunidades de las ventajas, y los sectores afines como la construcción deben asimilar que se trata de mejoras en todos los sentidos”.
Acciona alcanzó la neutralidad en carbono en 2016, y fue la primera compañía del mundo de los sectores de energía e infraestructuras en conseguirlo. Desde hace tiempo mantiene una apuesta firme por las renovables. “La demanda es una parte fundamental en la cadena de valor de la transición energética”, señala Elena González, directora de servicios energéticos de Acciona Energía.
En su opinión, “la eficiencia energética aporta solución al cambio climático y también al coste energético, y ahí es donde tenemos que empezar a hacer planteamientos muy serios para modificar procesos que hacen uso de un bien escaso, un bien como es la energía y que estamos viendo que es clave en este momento con el conflicto entre Ucrania y Rusia”.
Dependencia
González llama la atención en la dependencia fósil casi al 100% de España. El déficit comercial de productos energéticos aumentó en 2021 hasta los 25.325 millones de euros, un 74,3% más, y representó el 96,7% del desfase comercial. Con los fondos “se puede cambiar estructuralmente la forma de hacer las cosas, pero el cliente debe entenderlo”, matiza González.
Y en este sentido, Francisco Javier Martín se muestra “optimista” con el proceso de aceptación de la sociedad. “La rehabilitación de los hogares es de las pocas cosas que puede hacer el ciudadano en la transición energética. A poco que vaya experimentándolo, va a demandarlo”. A su juicio, se deben hacer planteamientos integrales (ventanas que aíslan del ruido, ahorro energético...). Para dar cuenta de las ventajas que se derivan esgrime un ejemplo: “Hacer una inversión en un edificio en la que el coste son 28.000 euros por vivienda, con las ayudas directas que hay en este momento bajaría a 19.000 euros, y con la reducción fiscal, a 3.600 euros”. “A esto hay que sumar una oferta de financiación blanda y a largo plazo, y que el ahorro es desde el primer día”.
Si este mismo ejemplo se extrapola a las ciudades, las ventajas se multiplican. “Quizás estemos en el principio del enorme salto cualitativo que se va a producir en las próximas tres décadas”, agrega Martín.
Como oportunidad, Pablo Hermoso de Mendoza menciona los colegios. “Hay muchos que se construyeron en los años sesenta y setenta y que requieren de una rehabilitación integral. Igualmente, hay potencial en las instalaciones deportivas más antiguas”. “El mercado existe. Los municipios van a tener un gran marco de oportunidades y va a ser importante elegir bien”.
Francisco Javier Martín comenta que las Administraciones públicas que no sean rápidas pueden perder la ocasión de hacer uso de los fondos europeos ya que se redirigirán hacia las que sí lo sean. “Quienes se den cuenta rápido pueden generar una inercia”, asevera.
La realidad, un revulsivo
Precisamente, otro de los problemas latentes que contemplan los expertos para llevar a la realidad las bondades de la eficiencia energética es el factor tiempo. “Cuando demuestras con números a una comunidad las facilidades de los fondos, lo quieren para ya. Pero hay que pasar por las comunidades autónomas y los ayuntamientos para llegar al cliente final, y ahí es donde nos atascamos”, reconoce Elena González. “Hemos hecho una apuesta por participar en la rehabilitación energética, pero tenemos que conseguir que el procedimiento funcione, y no solo en el ámbito residencial, también en los edificios públicos”, concluye.
Para Josep Martínez es fundamental saber el coste que supone el cambio climático. “Hay que ponerlo en la balanza y plantear lo que significaría no frenarlo”, dice. De forma paralela, cuenta que en España hay unos ocho millones de puntos de luz en ciudades y apenas un 30% tiene una tecnología eficiente.
El desarrollo tecnológico de la iluminación está teniendo grandes resultados. Martínez describe que en las ciudades se puede aprovechar “el aliado del sol” y “plasmar soluciones híbridas que combinen la luz natural con la red actual”, o reducciones de consumo utilizando led de alta eficacia con sensores que ofrecen una iluminación óptima basada en la necesidad de peatones y vehículos.
Asimismo, se consiguen efectos positivos sobre la salud. Por ejemplo, la iluminación con tecnología UVC tiene la capacidad de desinfectar en pocos minutos el aire, las superficies u objetos, y tiene múltiples aplicaciones (oficinas, hospitales, transporte público, colegios...). De igual manera, se ha conseguido adaptarla al ciclo circadiano biológico, llegando a dar soluciones a problemas de insomnio, de atención o depresión, entre otros.
El efecto multiplicador de la educación y de la publicidad
Colegios. Pablo Hermoso de Mendoza explica que los centros educativos tienen un papel relevante en la transformación energética. “Hay colegios, como en Navarra y en La Rioja, que han incluido como tema de estudio la sostenibilidad, y esta es una forma de comprometer a los jóvenes con el ahorro energético. Esto tiene un efecto multiplicador, porque cuando llegan a casa tienen una forma de actuar concreta y asumen un compromiso. La labor educativa en este sentido es muy importante”.
Mensajes. El reciclado de residuos ha calado en la sociedad y ya son muchos los hogares que dividen las basuras que generan. “Pero en el ámbito energético no se ha conseguido este efecto; el mensaje no ha llegado”, asegura Elena González. En su opinión, hace falta una mayor publicidad sobre el ahorro energético, y no solo desde el punto de vista de vivienda residencial. “Sería interesante destinar una parte de los fondos a realizar una campaña y hacer entender lo que se puede conseguir”, añade.
Ciudades. La iluminación supone el 13% de la factura eléctrica a nivel mundial, y en las grandes ciudades puede llegar al 50%, según datos proporcionados por Signify. De ahí que Francisco Martín afirme que es en “las grandes urbes donde se pueden conseguir mayores sinergias”. Josep Martínez apunta que el gasto total podría reducirse al 8% siendo eficientes con la energía. “Es un ahorro sustancial importante que está en nuestras manos”.
Tecnología. “Hay que hacer un control más confortable de la luz en la industria y la vivienda”, comenta el directivo de Signify. Afecta al ciclo de la vida, de los animales, de las plantas. No es lo mismo utilizarla cuando se está viendo la televisión, leyendo, trabajando... “La tecnología sensórica está avanzando enormemente”, resume.