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Supervisión

Los efectos del Covid en la Bolsa: los pequeños inversores se lanzaron en tromba

La CNMV certifica que el volumen de compras se cuadriplicó en marzo de 2020

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV. Pablo Monge

Las fuertes caídas de la renta variable en la Bolsa española en marzo de 2020, cuando estalló el Covid y el día 14 de ese mes se decretó el Gran Confinamiento en España, tuvieron un efecto colateral en los pequeños inversores. Un estudio de la CNMV revela que el volumen de compras de minoristas se multiplicó por cuatro y después se disparó el número de operaciones de venta. La presencia de los minoristas aumentó como consecuencia de la incorporación masiva de inversores nuevos al mercado en los momentos de mayores turbulencias.

El Ibex pasó de superar los 10.000 puntos en enero de 2020 a hundirse hasta los 6.107 puntos, mínimos desde 2012, en cuestión de semanas. Y los cazagangas más intrépidos de la Bolsa trataron de sacar partido de la situación, con los pequeños inversores liderando la incursión de compradores ávidos de ganar dinero en poco tiempo. Entre enero y julio de 2020, el número de negociaciones acumuladas alcanzó los 33,3 millones, un 54,6% más, mientras que el dinero intercambiado cayó un 36%, hasta 31.748 millones, como publicó CincoDías el 5 de agosto de ese año.

El supervisor que preside Rodrigo Buenaventura constata que fueron los pequeños inversores los que se lanzaron a la renta variable. “El aumento de la negociación tuvo su origen en el fuerte incre­mento del número de operaciones efectuado por estos inversores, que se intensificó como consecuencia de la incorporación masiva de inversores nuevos al mercado en los momentos de mayores turbulencias”, señala el extracto del documento publicado este miércoles por la CNMV.

Eso sí, la tendencia fue de más a menos. “Los principales resultados del estudio ponen de manifiesto un fuerte aumento de la negociación en acciones del Ibex 35 por parte de estos minoristas desde los primeros momentos de la crisis, al principio con más intensidad en la vertiente compradora (…) y después en la ver­tiente vendedora”, señala

La buena noticia es que, al menos en términos generales, los pequeños tiburones no salieron escaldados. “Estos resulta­dos parecen revelar que al menos una parte de los inversores minoristas identificó opor­tunidades atractivas de inversión en acciones en los momentos de mayores caídas en los precios, esperando una recuperación de estos en el futuro, y de desinversión a finales de año, cuando la recuperación de dichos precios permitía obtener un rendimiento”, indica el estudio.

Entre 2019 y 2020 apenas un 5,5% del volumen de negociación por operaciones de compraventa ejecutadas sobre acciones del Ibex 35 en la Bolsa española fue realizado por inversores minoristas. Pese a que el porcentaje es reducido, la CNMV defiende que la inversión de los hogares en acciones cotizadas represen­ta una parte importante de la cartera total de sus activos financieros, por encima incluso de la media de la zona euro. Según BME, la participación de los particulares en la Bolsa se situó en el 17,1% en 2020, un punto más que el año anterior, lo que rompió con una racha de cinco años consecutivos de descensos.

El supervisor del mercado, que ha lanzado una herramienta interactiva con los datos del informe, elaborado por Guillermo Cambronero Pérez y Gloria Ruiz Suárez, indica que el aumento de la negociación de los minoristas durante la crisis es una tendencia identificada también en otros países europeos como Francia y Bélgica. “En España el aumento de la negociación de acciones del Ibex 35 por parte de los inversores mino­ristas destacó, sobre todo, en los meses de marzo, junio y noviembre de 2020”, añade.

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