El número de operaciones en Bolsa se dispara un 54% por la avidez de los particulares
El hundimiento de los precios dispara el interés de los pequeños inversores
La caída del importe negociado continúa marcando el comportamiento de la Bolsa española. Durante julio, un mes singular por el inicio de las vacaciones de verano y la caída de la actividad, la Bolsa española negoció 31.747,5 millones de euros, un 36,2% menos que en junio y un 22,4% inferior al volumen registrado en el mismo periodo del año anterior, según BME. Pero, mientras el efectivo desciende, el número de operaciones registradas se dispara. En el séptimo mes del año se efectuaron 4,5 millones de operaciones, un 34,2% más que en el mismo mes del año anterior.
Este comportamiento no es una característica exclusiva de julio, sino un patrón que se viene repitiendo a lo largo del ejercicio, especialmente cuando la volatilidad en los mercados echó raíces por la pandemia. En los siete primeros meses del año, el efectivo negociado en renta variable en BME ascendió a 271.104 millones de euros, lo que supone una caída del 3,4% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto dista mucho de la tendencia que registran las operaciones. Entre enero y julio, el número de negociaciones acumuladas alcanza los 33,3 millones, un 54,6% más.
Especulación
La explicación a este dispar comportamiento está en el papel de los pequeños inversores. Los tipos cero llevan acompañando al mercado desde marzo de 2016, pero ha sido en 2020 cuando se ha acentuado la flexibilización de la política monetaria para hacer frente a la crisis del coronavirus. El alza del precio del dinero ni está ni se le espera. La posibilidad de obtener rentabilidades es cada día una tarea más complicada, y más ahora que los bonos regresan a niveles prepandemia.
En este escenario, muchos inversores particulares han visto en la renta variable la opción más atractiva. Además, las fuertes caídas registradas en marzo, cuando el Ibex 35 se desfondó a mínimos de ocho años, y las voces que apuntaban a que la Bolsa ya había tocado suelo fueron claves para que los pequeños inversores más arriesgados se decantaran por las acciones.
A diferencia de los institucionales, el importe que mueven los particulares es muy limitado, lo que explica la disparidad que existe entre el aumento de las negociaciones y la caída del efectivo. Por ejemplo, el numero de accionistas de Sabadell subió un 5,5% en el segundo trimestre, cuando en Bolsa el banco se hundió un 34,1%. Los valores por debajo de un euro son un imán para los especuladores.
No perderse el rally
La recuperación de las Bolsas desde los mínimos del año a medida que las economías procedían a sus reaperturas propició que inversores, pequeños y grandes, incrementaran su apetito por el riesgo y se subieran al carro de la Bolsa para sacar partida del rally. No querían dejar que la remontada se les escapase y, aunque eran muchos los interrogantes que aún quedaban por resolver, se dejaron llevar por la ola compradora.
Era un momento en el que las expectativas de una rápida recuperación recorrían los mercados, y las bajas cotizaciones contribuyó a elevar el apetito de los particulares. Su interés por comprar en Bolsa a precios muchos más reducidos a los registrados en febrero fue tal que algunas firmas de intermediación, como DeGiro, tuvieron que instalar una lista de espera por el aluvión de nuevos usuarios.
En las últimas semanas el optimismo ha vuelto a dar paso la inestabilidad. Los rebrotes, que han supuesto a una nueva expansión del virus, y la debilidad de los datos macroeconómicos conocidos en los últimos días han traído un aumento de la volatilidad, lo que contribuye a elevar las operaciones, una idea que defienden desde Renta 4 e IG. “La volatilidad es muy elevada y esto permite hacer operaciones de ultracorto plazo, lo que posibilita hacer trading intradía. Muchos inversores tratan de sacar partido de esta situación con una gran cantidad de operaciones pero no mueven tanto volumen en dinero contante y sonante”, explica Sergio Ávila, analista de IG.
Íñigo Isardo, de Link Securities, añade que el castigo de muchos sectores en Bolsa –en las últimas sesiones, el de ocio, viajes y el bancario– ha propiciado que los particulares hayan decidido deshacer posiciones en estas compañías. Esto se ha traducido en un alza de las operaciones en el mercado. Es decir, los inversores más inexpertos primero entran para salir días después, habitualmente con pérdidas.
Récord de clientes y negociaciones
Cuentas. El interés de los pequeños inversores por la Bolsa se ha reflejado en las plataformas que ofrecen servicios de inversión. El ejemplo más ilustrativo es el del bróker online DeGiro, que en la primera mitad del año registró 217.548 nuevos clientes, lo que supone un incremento del 265%, hasta alcanzar 633.175 cuentas, un 52% más en comparación con el cierre del segundo trimestre del 2019.
Negociaciones. El interés de los inversores por la inversión llevó a la firma a procesar un récord de 24,5 millones de transacciones durante la primera mitad de 2020, un 169% respecto al mismo periodo de 2019. Las acciones y los fondos cotizados (ETF) fueron los productos más demandados.