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Inversión

Vientos de cambio en el mercado: hacia dónde va la Bolsa

La tensión en Ucrania ha acentuado el temor ya existente al impacto de las subidas de tipos, que no precipitarán un ciclo de Bolsa bajista según los gestores

GettyImages
Nuria Salobral

La amenaza de una guerra en Europa, con todos los elementos propios de la guerra fría, ha llegado en un momento crítico para los mercados financieros. El temor a un conflicto armado en Ucrania ha sido el detonante para acelerar una oleada de ventas que ya se había activado en el arranque de año, en la certeza de que este 2022 será el punto de inflexión inevitable para los bancos centrales, el de las subidas de tipos –lideradas por la Reserva Federal– tras los inagotables estímulos lanzados con la pandemia.

Los inversores van a tener que acostumbrarse a una economía con un coste del crédito que comenzará a ser más caro y a un ajuste a la baja en las valoraciones que deberá contemplar, esta vez sí, unos flujos de caja a futuro en un entorno de tipos de interés más elevados. Pero lo han hecho a gran velocidad en este mes de enero, con grandes correcciones en el sector tecnológico, el más sensible a las subidas de tipos. De hecho, las mayores caídas se han concentrado en compañías que habían acumulado fuertes alzas desde el estallido de la pandemia, mostrando el lado más frágil al endurecimiento monetario de un mercado que había alcanzado valoraciones especialmente elevadas.

El primer mes del año deja una caída del 13% en el Nasdaq y fuertes correcciones de en torno al 40% en valores fetiche de los últimos tiempos como Netflix o Moderna. A cambio, los inversores han virado de forma rotunda a los valores que se habían quedado más rezagados y que ahora estarían en posición de sortear mejor un contexto de alzas de tipos, como la industria, la banca y, por supuesto, las petroleras. Compañías con posibilidad de mostrar solidez en sus cuentas de resultados y en el pago de dividendos.

Pero los bruscos movimientos bursátiles de este inicio de año plantean numerosos interrogantes a los inversores para los próximos meses. ¿Va a continuar la rotación desde el growth al value? ¿Es momento de comprar ante las recientes caídas? Y la pregunta más inquietante de todas: ¿es el inicio del alza de tipos el principio del fin del actual ciclo alcista de la renta variable?

La crisis de Ucrania está impidiendo marcar un suelo
a la corrección desatada a causa de las subidas de los tipos 

Para Goldman Sachs, la actual corrección, incluso si se hace más intensa, no derivará en un mercado bajista. “Se trata de una corrección dentro de un ciclo de mercado alcista. Los retornos serán probablemente inferiores pero el mercado alcista continuará, puesto que las economías crecen”, afirma el banco estadounidense. En su opinión, la oleada de ventas es la reacción lógica ante el cambio de un escenario de tipos de interés cero y de unas compras de activos por parte de los bancos centrales que han incentivado la toma de riesgos a uno nuevo de subidas de tipos, fin de esas compras de activos e, incluso, reducción del balance, como ha apuntado la Fed para este mismo año.

El verano pasado, antes de que la inflación comenzara a desbocarse, el consenso de mercado estaba en que no habría alzas de tipos en Estados Unidos en 2022 y que no llegarían hasta finales de 2023. Ahora, en cambio, se descuentan para este ejercicio hasta seis subidas de tipos al otro lado del Atlántico.

“Nos ha sorprendido la sobrerreac­ción y el nerviosismo del mercado ante la previsión de alzas de tipos por parte de la Fed, que ya estaba en la hoja de ruta de 2022 y esperamos sean progresivos y muy telegrafiados a los inversores. Lo importante será ver la cuantía de esas subidas, no tanto el calendario”, asegura Manuel Gutiérrez-Mellado, director de desarrollo de negocio de BlackRock en España. Según explica, el escenario central que maneja para este año la mayor gestora de fondos del mundo no ha cambiado, continúa sobreponderando la renta variable. “Solo acabamos de rebajar un poco la infraponderación de la deuda soberana de Estados Unidos, después de la reciente corrección”, agrega.

Para Roberto Ruiz-Scholtes, estratega de UBS Banca Privada en España, “el mercado atraviesa un bache más profundo del que esperábamos, pero la tendencia sigue siendo claramente alcista, de recuperación de la economía y las Bolsas”. Sostiene que la corrección ha estado desatada no ya por Ucrania, sino por los mensajes de la Fed de inicios de año –revelados en las actas de su reunión de diciembre– de subir tipos y abordar además la reducción de balance en la segunda mitad del año, con una clara voluntad de hacer frente a la inflación. “La tensión en Ucrania sí está actuando como freno para comprar ante las caídas, pero no hay que perder la perspectiva de que en abril o mayo el mercado estará en un momento mucho mejor que el de ahora”, augura.

Los gestores siguen confiando en el crecimiento económico y de los beneficios e insisten en no renunciar del todo a la tecnología

Así, el año comienza con los obstáculos de unas alzas de tipos que podrían acelerarse a causa de la inflación, con un menor crecimiento en China, con los efectos de la sexta ola del coronavirus –que prometen impactar en el crecimiento del primer trimestre– y con la tensión bélica en Ucrania. Pero, en opinión de Ruiz-Scholtes, los tipos no subirán de forma apresurada en Estados Unidos, como tampoco es lo más probable un conflicto armado abierto en Europa del Este, perjudicial para todas las partes. En UBS mantienen, de hecho, que el S&P podrá subir en 2022 a los 5.100 puntos y el Ibex hasta los 9.600, sin esperar a final de año. “Puede que más pronto que tarde, en espera de que remita la pandemia y se relajen la inflación y los cuellos de botella en los suministros”, dice Ruiz-Scholtes. Después de todo, el mal comienzo de año deja mucho margen de mejora para salvar el ejercicio.

En BlackRock también confían en que el mercado se serene en los próximos meses, aunque el viraje del mercado a posturas más defensivas, desde el growth al value, podría durar varias semanas más, en función, además, de cómo evolucionen los acontecimientos en Ucrania. Sí creen que la campaña de resultados de cierre de 2021 contribuirá a tranquilizar los ánimos. A diferenciar con mayor claridad a las empresas sólidas y capaces de generar beneficios de aquellas que aún están en el camino de demostrarlo, pese a lo prometedor que pueda ser su negocio. “Ha habido sectores, como el tecnológico, muy castigado por factores más técnicos que fundamentales”, señala Manuel Gutiérrez-Mellado.

En UBS empiezan a tantear la idea de retomar posiciones en las grandes tecnológicas estadounidenses, con modelos de negocio claramente consolidados, y han reforzado posiciones en el sector petrolero. “Las petroleras son una buena oportunidad, funcionan como cobertura. Las europeas descuentan en sus cotizaciones un barril a 60 dólares, lo que da margen para mayores dividendos”, afirma Ruiz-Scholtes.

Para Ángel Fresnillo, director de renta variable de Mutuactivos, entre los valores teóricamente más sensibles a una subida de tipos, que se están llevando los mayores castigos, “existen compañías de una alta calidad y un perfil de crecimiento bastante estable y recurrente, como es el sector de consumo estable, o lujo, en el que aprovecharíamos para reforzar posiciones”. La gestora reconoce que apenas hay alternativas a la renta variable para batir la inflación. “Posiblemente será uno de los pocos activos capaces de batirla. No obstante, la rentabilidad de los mercados en 2022 conlleva asumir una elevada volatilidad”, comenta Fresnillo.

En BlackRock, la mayor gestora del mundo, sobreponderan la Bolsa y asumen que 2022 será de más volatilidad y riesgo geopolítico

La intensidad de las subidas de tipos que aborde la Fed será clave para rebajar el nerviosismo actual de los mercados. El alza en el mes de marzo, que sería la primera desde 2018, se da por hecha. Pero persiste la inquietud de si llegará a ser de 50 puntos básicos, en lugar de los 25 de la previsión mayoritaria, y de cuántas subidas se podrían dar a lo largo de 2022.

Citi reconoce que la Fed ha apuntado a que esas alzas podrían ser más rápidas, pero afirma que “tipos reales más elevados no van a matar a la renta variable”. De hecho, la firma se desmarca de la idea extendida de que el value y los cíclicos, más abundantes en Europa, se comportarán mejor este año que Wall Street, y mantiene la sobreponderación de la Bolsa estadounidense y la posición neutral en el resto de renta variable. Recuerda también que la apuesta por el value frente al growth ha sido fallida desde la gran crisis financiera. “No vemos argumentos suficientes para esperar algo diferente en los próximos seis a doce meses”, aseguran.

En Fidelity sí muestran una visión más prudente. “Hemos adoptado una postura de cautela, ya que el mercado emitía señales de fatiga antes de que la Fed adoptara su sesgo restrictivo” señalan. Aun así, reconocen que las rentabilidades por dividendo son elevadas y el mercado aún encuentra apoyo en la liquidez y las recompras de acciones en un entorno en que los riesgos de recesión siguen estando contenidos.

A contracorriente de un consenso mayoritario por la Bolsa –mientras la economía crece y a falta de otras alternativas más rentables– aparece el gestor español Luis Bononato. Su fondo Global Allocation, con una liquidez de casi el 70%, rehúye la Bolsa y los activos más sobrevalorados y se posiciona de la forma más defensiva posible, en oro y plata y en la idea de que los tipos de interés a más largo plazo subirán. “Las pérdidas en la deuda a interés negativo alguien las sufrirá tarde o temprano”, asevera.

La retirada de los estímulos monetarios que han disparado durante años el apetito por el riesgo no ha hecho más que empezar y, por el momento, según la inmensa mayoría de gestores, los daños son asumibles. Lo suficiente como para no renunciar al riesgo.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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