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Supervisión

La CNMV exige que los fondos de inversión superen un test de estrés cada año

Las carteras con alta exposición a activos ilíquidos deberán realizar pruebas cada trimestre

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV. Pablo Monge

Los fondos de inversión españoles atesoran casi 320.000 millones de euros, la cantidad equivale a un tercio del PIB español, y su control es exhaustivo por parte de la CNMV. En las peores sacudidas del Covid-19, los fondos resistieron la embestida y el supervisor abrió la puerta a medidas para evitar problemas de liquidez que nunca llegaron a producirse. Ahora, el vigilante del mercado ha lanzado una guía que recoge la obligación de que las gestoras hagan test de estrés periódicos sobre los fondos, que serán trimestrales cuando el porcentaje de activos ilíquidos sea elevado.

El documento sobre el control y la liquidez de las instituciones de inversión colectiva publicado este viernes por la CNMV incluye una hoja de ruta para que las gestoras se aseguren de cuidar al máximo la liquidez de sus carteras. Se establece la obligación de realizar análisis de liquidez trimestrales y test de estrés anuales, “atendiendo a las características de la institución de inversión colectiva y a las circunstancias de mercado existentes en cada momento”.

Es más, las instituciones que mantengan “exposición relevante a activos con reducidos niveles de liquidez o que pudieran experimentar una elevada rotación de inversores, los análisis recurrentes deberán realizarse como mínimo una vez al mes y las pruebas de estrés con carácter trimestral”.

 La metodología para ejecutar las pruebas de resistencia ante una oleada de reembolsos  deberá establecer escenarios estresados de ampliaciones de horquillas de precios compraventa, reducción en los volúmenes de negociación, y de bajadas en las calificaciones crediticias, teniendo en cuenta la situación de mercado bajo eventos o acontecimientos extraordinarios así como bajo escenarios hipotéticos.

También habrán de efectuarse simulaciones de reembolsos por varios partícipes significativos al tiempo que se estresa también cualquier otra obligación de pago que pudiera surgir por la operativa del fondo.

La a gestora podrá efectuar pruebas de estrés inversas (reverse stress testing, en la jerga) en las que, “partiendo de una situación muy grave de liquidez (en la que incluso ha sido necesaria la activación de una herramienta excepcional, por ejemplo una suspensión temporal) se analizan las circunstancias que podrían originarlas”. Aquí la CNMV apunta, por ejemplo, causas como mantener determinadas ponderaciones en activos con reducidos niveles de liquidez o por determinados movimientos de inversores o eventos de mercado excepcionales.

Los fondos de inversión tienen la obligación de atender los reembolsos de sus clientes en un plazo de 48 horas. Es decir, que cualquiera puede recuperar su dinero en dos días como máximo. En situaciones de estrés de mercado, cuando todo el mundo quiere vender, pero nadie comprar, un fondo que necesite deshacer posiciones lo puede tener difícil si tiene una exposición muy alta en activos ilíquidos.

El organismo presidido por Rodrigo Buenaventura también incide en la importancia de realizar una adecuada valoración de los activos, algo muy ligado a la gestión de la liquidez. Las gestoras deben tener “sistemas de valoración que, siendo equitativos, correctos y transparentes les permitan actuar en interés de sus partícipes o accionistas”.

Medidas tras la pandemia

De hecho, la CNMV impulsó tras el estallido de la pandemia varias medidas para que las valoraciones fueran justas. Como los “precios oscilantes” (conocidos en la jerga como swing price). Este formato de cálculo del valor liquidativo se utiliza para proteger a aquellos partícipes que hacen menos movimientos con el fondo y tienen una inversión más estable. Por contra, penaliza a quienes venden cuando hay caídas en los mercados o compran cuando están subiendo los activos.

Otra de las medidas aprobadas por parte de la CNMV es que las gestoras puedan aplicar la valoración por el precio al que se puede vender (bid price, en la jerga) a aquellos partícipes que venden su participación.

En algunas jurisdicciones ya se permite valorar los fondos con un valor liquidativo a la compra y un valor a la venta. Se trata de los llamados fondos con valor liquidativo dual. No existe un único valor liquidativo sino dos, y se determinan en función de la valoración de la cartera a precio de compra (ask) o a precio de venta (bid), añadiendo aquellos costes vinculados a la suscripción o el reembolso que sean necesarios.

Las gestoras deberán contemplar en sus procedimientos las circunstancias bajo las que serían aplicables las diferentes herramientas establecidas por la normativa (plazos de preaviso, endeudamiento temporal, suscripciones/reembolsos parciales, compartimentos de propósito especial o side pockets…) asegurándose también su adecuada implementación

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