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Ralph Elder: “La banca está en el punto óptimo para tirar de los beneficios empresariales”
Cree que la inflación se moderará en los próximos meses al resolverse los cuellos de botella en los suministros pero ve factores estructurales al alza como la transición energética o la desglobalización de la producción
Ralph Elder es, desde marzo del año pasado, el máximo responsable para Iberia y América Latina de la división de gestión de activos de The Bank of New York Mellon Corporation, que agrupa a diversas gestoras especializadas. Le preocupa más la inflación y las políticas de los bancos centrales para enfrentarse a ella que las consecuencias que puedan derivarse de la variante ómicron.
- R. Cuando presentaron sus previsiones a comienzos de diciembre eran bastante positivos con los mercados. ¿Siguen siéndolo tras la explosión de la ómicron?
- R. Sí. Nuestras gestoras siguen en general medianamente positivas. Simplemente tenemos que ser conscientes de que el entorno actual crea varias velocidades de recuperación dependiendo, por ejemplo, de las realidades de vacunación. Igual tendremos momentos de restricciones o toma de medidas locales, pero nuestro escenario base, por ahora, no está contemplando tener a un 30% de la población en sus casas otra vez, como en marzo de 2020.
- R. ¿Les preocupa entonces más la inflación?
- R. Sí, la inflación y las políticas de los bancos centrales para enfrentarse a ella en el corto plazo es lo que estamos vigilando no solo nosotros, sino muchas gestoras y entidades. La pregunta clave, y casi existencial, es si esta será transitoria o más permanente. No tenemos una bola de cristal que nos diga cuánto durará, pero sí somos optimistas en que ciertas partes de la inflación sean más transitorias, por ejemplo, esta batalla entre demanda y suministro que estamos viviendo. Hay ciertos datos que muestran que podremos empezar a ver, en el primer o segundo trimestre de 2022, algo de bajada en los picos fuertes de inflación creados por las cadenas de suministros.
- R. ¿Y qué partes de la inflación considera más permanentes?
- R. La presión por parte del consumidor y del regulador para que las empresas cambien sus hábitos para ser más amables con el ecosistema es bueno para el medio ambiente y para el mundo, pero a corto plazo es costoso para sus empresas y esa inflación en términos de coste tiene que salir en alguna parte. También vemos otra parte permanente relacionada con la globalización, que hizo que exportáramos la fabricación a países donde la mano de obra es más barata. Las empresas han visto que con la pandemia han perdido el control sobre sus líneas de producción y, por tanto, las quieren traerla más cerca de casa. Eso ofrece oportunidad de empleo, pero este es más costoso y el mismo traslado de las fábricas es un coste añadido. Todo esto puede hacer subir la base de inflación a niveles más altos de los acostumbrados en los últimos años, aunque más bajos de lo que estamos sufriendo ahora.
- R. ¿Se mantendrán los buenos resultados empresariales?
- R. Los bancos, que fueron los grandes protagonistas negativos en la crisis de 2007-2008, están ahora en una situación absolutamente perfecta y saneada para ser los grandes impulsores de la continuidad del crecimiento de los resultados empresariales en 2022, ayudando al sector corporativo a expandirse a través de líneas de crédito. Si es así, seguiremos siendo positivos con los resultados empresariales.
- R. ¿Qué sectores les interesan más?
- R. En un entorno más inflacionario a corto plazo, buscamos compañías que no tengan mucha deuda en sus carteras y con poder de fijación de precios. En ese sentido, nos gustan áreas relacionadas con la revolución digital, semiconductores, ciberseguridad, la nube, 5G, etcétera. Nos parece atractivo también el consumo de lujo. Asimismo, nos gustan áreas de recuperación como automóviles. Cuando se vaya resolviendo la cuestión de los suministros, veremos renacer el sector, tanto respecto a coches tradicionales como a automóviles ligados a las nuevas tecnologías. Todo eso nos gusta, pero también áreas cíclicas tipo industriales, por ejemplo, o sector financiero, que está supersaneado, o salud.
- R. ¿Ven oportunidades en China?
- R. En nuestros fondos emergentes de renta variable es la primera posición. Pero sí es verdad que estamos en fase de analizar de nuevo todas las empresas para intentar averiguar cómo van a influir los cambios decididos por el Gobierno. En cualquier caso, la visión general de nuestro economista jefe es que el escenario base es positivo para China y que va a ir recuperando algo de fuerza para la segunda mitad de 2022.
- R. ¿Qué perspectivas tienen para la renta fija?
- R. Los entornos inflacionarios son complejos para la renta fija y hay que ser incluso más selectivos que en renta variable. En el corto plazo quizás es más difícil, pero cuando ya veamos tasas más controladas de inflación y tipos en la segunda mitad de 2022, se abrirán oportunidades más claras en emergentes. Estudiamos, por ejemplo, las agencias de desarrollo que están emitiendo bonos ligados a proyectos de infraestructuras o a energías renovables. O las emisiones de bonos verdes, que, aunque hay que tener mucho cuidado con el greenwashing, ofrecen grandes oportunidades de rentabilidad. También hay que ser selectivos con los bonos de alto rendimiento con duraciones cortas. Pero lo que claramente evitaríamos son los bonos gubernamentales del mundo desarrollado.