Adiós al móvil durante las vacaciones
La desconexión tecnológica se ha convertido en un reclamo turístico para los hoteles Algunas de las propuestas incluyen actividades como sesiones de yoga, nutrición, meditación o deportes
Se supone que las vacaciones son para desconectar, pero a veces es imposible dejar de lado el móvil o el ordenador. Tanto es así, que algunos resorts han decidido crear planes específicos para olvidarse de los aparatos tecnológicos, como The Residence Maldives, un complejo turístico en las islas Falhumaafushi que ha lanzado un programa dirigido a jóvenes de entre 11 y 17 años “para dejar los adictivos bailes de TikTok y stories de Instagram y centrarse en vivir el presente en el paraíso”, asegura la empresa.
Según explica la directora de marketing de la compañía, Windy Mok, el programa incluye “cuatro planes al aire libre de lunes a domingo, desde clases para aprender a preparar mocktails hasta tiro al arco o trepar por un cocotero, y los jóvenes pueden elegir participar en uno o en todos”. De este modo, dice, se promueve el trabajo en equipo y la creación de vínculos con otros adolescentes, así como el impulso de la cultura local y la concienciación medioambiental.
Pero no hace falta irse hasta Maldivas. En los hoteles Vincci Selección Estrella del Mar, en Marbella, y Vincci Selección Rumaykiyya, en Sierra Nevada, se da la bienvenida al cliente (sea de la edad que sea) con un zumo depurativo y a continuación se le solicita depositar todos sus aparatos electrónicos. A cambio, el hotel entrega un libro junto con unas recomendaciones para que la estancia sea lo más agradable y “desintoxicante” posible, además de incluir una sesión de spa. “Nos lo solicitan desde parejas hasta familias que quieren disfrutar y disfrutarse sin dispositivos electrónicos de por medio”, comenta la directora de comunicación y marketing de la compañía, Aixa Rodríguez.
El programa lleva en marcha varios años, pero el exceso de conexión digital durante la crisis sanitaria le ha dado un nuevo empujón. “Sorprendentemente, cada vez lo solicitan más. La pandemia nos hizo abusar de la tecnología y, tras el confinamiento, muchos huéspedes buscaban esta desconexión tecnológica en nuestros establecimientos”, reconoce Rodríguez. Aunque tienen una amplia variedad de servicios, como sesiones de yoga o rutas en motos de nieve, lo que más agradecen los huéspedes, afirma, son “actividades simples pero reconfortantes, como la lectura, escuchar música o simplemente charlar sin prisas con las personas que viajan”.
Situada dentro del Parque Natural de la Sierra de Mariola, entre Alicante y Valencia, en MasQi, su propietaria y fundadora, Sonia Ferre, propone aprender a vivir la vida de una forma más saludable, plena, consciente y en calma. Su programa Reset está enfocado a directivos con altos niveles de estrés y consiste en un plan de cuatro días para ocho personas en el que el objetivo principal es desconectar. “Podemos trabajar objetivos y conseguir metas en el corto plazo para conseguir enfocar y calmar. Desde ahí es mucho mejor liderar equipos y proyectos”, asegura Ferre.
La demanda, dice, cada vez va a más alta y, además, quien prueba repite. Actualmente, el precio de la propuesta es de 2.875€. “Nadie se va como vino. Desconectan, descansan y resetean”, admite.
Para el director de Royal Hideaway Sancti Petri, Ignacio Martín, la pandemia ha propiciado una toma de conciencia general sobre la importancia de la salud. Por eso, desde este verano, su resort ubicado en Chiclana se ha sumado a la tendencia de los retiros de bienestar con modalidades de siete o tres días que incluyen sesiones de nutrición y meditación, entre otros. “La acogida está siendo buenísima. Hemos constatado que, incluso después de los meses estivales, la demanda es incluso mayor”, reconoce.
En su caso, los expertos del programa continúan en contacto con los huéspedes para hacer un seguimiento que va más allá de la relación cliente-empresa. Lo irónico, sin embargo, es que esa conexión se mantiene a través de las redes sociales, el correo electrónico o Whatsapp.