La economía de plataformas afronta una larga lucha con Bruselas
Las empresas de VTC y reparto a domicilio pueden sufrir un aumento de costes y de reducción de la demanda
La Comisión Europea se ha unido tardíamente a la lucha mundial para proteger a los trabajadores autónomos. Un proyecto de directiva publicado este jueves obligaría a empresas como Uber Technologies o Deliveroo a reclasificar a millones de autónomos como empleados. Las empresas de VTC y reparto de comida a domicilio se enfrentarían a un aumento de los costes y a una reducción de la demanda.
Las llamadas empresas de economía de plataformas llevan mucho tiempo tratando a los conductores y mensajeros como contratistas independientes, evitando la responsabilidad de emplearlos directamente. Muchos conductores de Uber y ciclistas de Deliveroo ven en ello una forma atractiva y flexible de obtener ingresos de forma paralela, mientras establecen sus propios horarios y trabajan para múltiples empleadores. Otros preferirían los derechos y protecciones que conlleva un trabajo fijo.
La propuesta de la Comisaria Margrethe Vestager es un intento de proporcionar seguridad jurídica. Bruselas calcula que su plan cambiaría el estatus laboral de hasta 4,1 millones de los 28 millones de europeos que actualmente se clasifican como autónomos, dándoles derecho a un salario mínimo, baja por enfermedad, vacaciones y protecciones legales.
Esto supondría un cambio radical para las empresas que dependen de los trabajadores autónomos. Un estudio de la consultora Copenhagen Economics, publicado el mes pasado, calcula que hasta 75.000 mensajeros de toda la Unión Europea podrían dejar de trabajar si el empleo flexible deja de ser una opción. Con menos conductores, los clientes tendrían que esperar más tiempo por un viaje o una entrega de comida. Por otra parte, las empresas de la economía de plataformas podrían repercutir los costes laborales adicionales, reduciendo la demanda de sus servicios.
Plazos
Pasarán años de debate antes de que la directiva llegue a las legislaciones nacionales. Sin embargo, los esfuerzos de la Comisión están en sintonía con otros intentos de redefinir el trabajo por encargo. El máximo tribunal británico dictaminó a principios de este año que los conductores de Uber tenían derechos laborales. En agosto, un juez de California anuló una medida que eximía a determinadas empresas de reconocer a los conductores como empleados.
Algunas ya han aceptado el cambio que se avecina. Just Eat Takeaway.com, el grupo holandés de reparto de 11.000 millones de euros, trata a la mayoría de sus conductores en Europa continental como empleados. En España, Uber respondió a la prohibición gubernamental de los trabajadores autónomos dando instrucciones a las agencias de personal para que contrataran a los conductores, lo que le permitió cumplir la ley y evitar la responsabilidad directa de miles de personas.
La capa adicional de costes ralentizará el camino hacia la rentabilidad de las empresas de VTC y reparto a domicilio. La alternativa es una serie de largas y costosas batallas legales. La lucha no ha hecho más que empezar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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