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Carmen Martínez: “Es frustrante que haya patentes en los cajones olvidadas”

La asociación pone en contacto a todas las ramas del ecosistema emprendedor

Estudió Ciencias Ambientales, pero su pasión siempre fue la gestión de proyectos, sobre todo de aquellos ligados a la innovación. Tras su paso por el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística y la compañía de comunicación en sostenibilidad KMGNE, Carmen Martínez (Valencia, 1981) se incorporó a Big Ban Inversores Privados en marzo de 2018 y, tras dos años como gestora de proyectos, asumió la dirección justo antes de la pandemia. Desde su creación, en 2007, la asociación ha ayudado a canalizar 40 millones de euros de inversión y han contribuido a financiar más de 300 startups.

R. ¿Cómo dio el salto al mundo de la inversión?
R. En Berlín, con KMGNE, trabajé en muchos proyectos europeos, pero siempre me faltaba la parte de aplicación al mercado, creo que a veces falla esto desde el área más científica. Así me salió la oportunidad de trabajar en Big Ban y me lancé para acercarme más al mundo de las inversiones y las startups. En el entorno tecnológico los cajones están llenos de patentes que nunca acaban de llegar al mercado. A mí eso me frustra mucho. Empecé en Big Ban como responsable de proyectos, hacía un poco de todo. Y al final me propusieron ser directora.
R. ¿En qué consiste el trabajo que realiza Big Ban?
R. Somos una red de inversores privados. Nuestro objetivo es, por un lado, conectar el capital con proyectos innovadores y con alto potencial de crecimiento, y, por otro, profesionalizar el sector de la inversión, asesorando y acompañando a todos nuestros socios en el proceso. Nosotros no manejamos capital, sino que ponemos a disposición de los socios las herramientas y los vehículos de coinversión para canalizar el dinero. Eso es lo que nos diferencia de otras redes de inversiones: nosotros sí materializamos la inversión a través de nuestros vehículos.
R. El mundo de la inversión está muy masculinizado, ¿qué falta para que haya más mujeres?
R. Es una cuestión cultural, al igual que ocurre con el emprendimiento femenino. Ahora, las mujeres están empezando a adoptar roles que antes no adoptaban. Por costumbre y por la educación que nos habían inculcado las mujeres no montaban empresas, no estudiaban carreras más técnicas... Pero a día de hoy sigue habiendo una brecha de género en este ámbito. Es algo que hemos heredado y que requiere un cambio cultural. Estamos todos remando para que los niños y niñas de ahora tengan otra visión.
R. ¿Cómo se encuentra el ecosistema inversor?
R. Tras el Covid ha habido un parón porque todo se frenó. Pero el coronavirus nos ha demostrado que las empresas más resilientes y más innovadoras son aquellas que tienen capacidad de cambiar con mucha facilidad y que la tecnología es lo único que nos puede salvar. Es lo que nos ha permitido tener vacunas, pivotar ciertos modelos de negocio... Ahora todo el mundo quiere saber cómo invertir en innovación porque saben que es una apuesta de futuro.
R. ¿Cuál es la situación de España en relación a otros países?
R. Como en otros aspectos, siempre vamos un poco al rebufo. Aquí hace falta un cambio de mentalidad en el ecosistema empresarial. Aún tienen mucha aversión al riesgo, no acabamos de tener claro cómo funciona el mundo de las startups. Creo que sigue haciendo falta mucha evangelización y mucha formación para que las empresas y los inversores entiendan cómo funciona. Son inversiones de riesgo, pero si se hacen con cabeza, pueden ser muy rentables. También ayuda a las empresas a tener innovaciones muy disruptivas que por sí solas no alcanzarían.
R. En Big Ban también ofrecen formación.
R. Sí, el cambio cultural es muy importante; por eso, nosotros acercamos la cultura del emprendimiento, de la inversión en ­startups, a todo el sector empresarial. Esa es nuestra labor. Además, damos formación muy especializada a diferentes perfiles, porque agrupamos desde business angels a corporaciones, y cada uno tiene una necesidad diferente.
R. ¿En qué sectores se invierte más en España?
R. No es que seamos un país muy especializado, pero sí que destacan algunas industrias. Por volumen de inversión, en 2020, los más populares fueron movilidad y logística, fintech e insurtech, ciberseguridad, salud y negocio y productividad. En número de operaciones tenemos más o menos la misma lista, aunque también aparece el turismo.
R. En otros países la innovación está muy centralizada, no es así en España.
R. Sí, nosotros somos una asociación nacional, aunque estemos en Valencia. Tenemos socios de todo el territorio nacional e, incluso, fuera de España, porque nuestra propuesta de valor está totalmente digitalizada. Antes había una barrera más geográfica y era más costoso que los socios vieran el valor si no podían estar presentes físicamente en nuestros eventos, pero todo esto ha cambiado.

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