La lógica de la compra de Garanti es mayor que el caos monetario turco
La crisis de la lira es un duro recordatorio de los riesgos, pero hay motivos para que BBVA siga adelante
En un mundo ideal, BBVA no tendría nada que ver con Turquía. Pero no es ahí donde se encuentra su presidente, Carlos Torres. El grupo español ya posee algo menos de la mitad del prestamista local Garanti BBVA, y la semana pasada lanzó una oferta para comprar el resto. Una crisis monetaria en el ínterin es un duro recordatorio de los riesgos, mas la baja valoración de Garanti y la ineficacia del statu quo le dan motivos para seguir adelante.
Torres ofreció hace 10 días 12,20 liras por acción a los inversores minoritarios de Garanti, lo que supone un desembolso de 2.200 millones de euros. Desde entonces, la lira turca ha perdido una quinta parte de su valor frente al euro, debido a un recorte de los tipos de interés del banco central por motivos políticos.
La crisis podría perjudicar a Garanti de dos maneras. En primer lugar, una lira más débil dificulta a los prestatarios el servicio de la deuda denominada en dólares, lo que aumenta los impagos futuros. Garanti ha reducido sus exposiciones en moneda extranjera mucho más rápido que otros, pero con 11.600 millones de dólares (10.300 millones de euros), siguen siendo casi un tercio del total de préstamos.
Segundo, la poco ortodoxa flexibilización monetaria plantea la posibilidad de una subida masiva de los tipos en algún momento del futuro. Eso reduciría los márgenes de los préstamos, ya que los depósitos se encarecen instantáneamente y los préstamos tardan más en revalorizarse.
Pero la baja valoración de Garanti, menos de 4 veces los beneficios previstos para 2022 según el precio de la oferta de BBVA, da a Torres un amplio margen de maniobra. Los beneficios del próximo año podrían caer un 45% en comparación con la mediana de las previsiones de los analistas recopiladas por Refinitiv, y aun así obtendría una rentabilidad del 15% en liras, según nuestros cálculos. Su rentabilidad en euros debería de mantenerse a lo largo de las oscilaciones monetarias, ya que el valor en moneda fuerte de la oferta de BBVA y los futuros beneficios de Garanti se mueven en paralelo.
Lo más importante es que cancelar la operación dejaría a Torres en la situación subóptima de consolidar los activos de Garanti, pero no todo su capital. Esta peculiaridad regulatoria hace que poseer la mitad del prestamista sea un uso ineficiente del balance. También significa que la adquisición del banco por parte de BBVA le costará mucho menos en términos de capital ordinario de nivel 1 que el valor de la oferta principal. Dejar esos beneficios sobre la mesa al retirarse también haría que los inversores se preguntaran si BBVA quería salir de Garanti por completo, lo que haría que su valor bajara aún más. La mejor opción para Torres es agachar la cabeza y mantener el rumbo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías