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Las universidades se vuelven verdes para dar ejemplo al futuro

Los centros ofrecen formación ambiental complementaria a estudiantes y ajenos También aplican criterios medioambientales en sus propias infraestructuras

Getty Images
Ixone Arana

Si la sostenibilidad ha entrado con fuerza en la agenda de las empresas, los jefes buscarán necesariamente empleados en sintonía con esos valores. Por eso, las universidades deben estar preparadas para capacitar a sus estudiantes en el respeto al entorno que los rodea. Así lo convinieron los representantes universitarios que participaron este martes en el debate ¿Por qué las universidades y empresas deben apostar por la sostenibilidad?, organizado por la Fundación CYD.

Pero para dar lecciones a los alumnos primero hay que ponerlas en práctica. Así lo hace, por ejemplo, la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), considerada la universidad española con mayor impacto social y económico y una de las 100 mejores del mundo en este ámbito, según atestigua el 2021 THE University Impact Rankings. De hecho, la institución cuenta con una unidad para tratar temas medioambientales en el centro desde hace más de 20 años. “Ser sostenibles en muchos aspectos es claramente rentable y no ya un compromiso de responsabilidad social corporativa, sino con las generaciones que van a heredar lo que dejemos”, aseguró su rector, José Capilla.

Para él, el compromiso sostenible de las universidades no solo beneficia a los centros, sino que es fundamental para dotar de conocimientos que cada vez se demandarán más a los futuros egresados, que serán, a su vez, quienes dirijan las Administraciones, las empresas y la política. “Tenemos una serie de compromisos muy claros que quisiera alcanzar rápidamente. Uno, que nuestros campus sean neutrales en emisiones de carbono, incluso podríamos llegar a ser positivos en cuanto a producción de energía. Y dos, estamos trabajando para lanzar experiencias piloto para naturalizar el campus, con jardines adecuados para nuestro clima, sin exceso de consumo de agua, fertilizantes ni pesticidas”, explicó Capilla.

Esa adecuación del propio entorno universitario es también una de las apuestas de la Universidad de Burgos (UBU). “Estamos implicados en hacer un campus con más zonas verdes, con menos consumo de agua, más biodiversidad y mucho más uso para actividades de educación ambiental”, afirmó el director de la Oficina Verde de la UBU, Luis Antonio Marcos. Entre algunas de sus iniciativas más recientes están la implantación de paneles fotovoltaicos, la sustitución de luminarias por ledes o la introducción de la biomasa.

Formación complementaria

En el ámbito formativo, sin embargo, introducir cambios es más complicado. Los expertos lamentaron lo mucho que cuesta cambiar los planes de estudio, pero propusieron alternativas como actividades docentes complementarias y gratuitas relacionadas con la sostenibilidad. “Somos una universidad modesta, de unas 9.000 personas, y estamos consiguiendo que en nuestras actividades de educación ambiental participen más de 25.000 personas cada año, tanto de la propia universidad como ajenas”, reconoció Marcos.

De este modo, surgen ideas como UJA Comparte Coche, de la Universidad de Jaén, una iniciativa que permite a los miembros de la comunidad universitaria compartir coche y gastos de desplazamiento a los campus, promoviendo así la movilidad sostenible. “En nuestro caso, por su ubicación, desde su propia ley de creación la universidad tiene que incorporar la sostenibilidad en su ADN”, confesó el vicerrector de Estrategia y Gestión del Cambio del centro, Juan Manuel Rosas. Esta universidad también ha diseñado un programa de formación complementaria gratuito para el alumnado donde una parte importante está orientada a los ODS. Actualmente, cuenta con una participación de alrededor de 4.500 estudiantes. “Al final tenemos un estudiantado motivado que puede acreditar cuando se lance a buscar su trabajo una formación y un interés en la sostenibilidad”, defendió.

De ahí la importancia de que los centros tengan una estrecha colaboración con las empresas en las que trabajarán sus estudiantes. En la UPV, por ejemplo, cerca del 50% de los recursos que tienen para el desarrollo de proyectos, investigación e innovación provienen de alianzas y contratos con empresas. En el caso de la Universidad de Jaén y Endesa, la alianza da otro paso más a favor de la sostenibilidad. “Tenemos en marcha un proyecto para que en 2025 más del 20% de la energía eléctrica consumida en nuestra universidad sea de creación propia y de fuentes sostenibles”, comentó Rosas.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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