Meliá se aleja del ladrillo y ya solo tiene el 12% de los hoteles en propiedad
La cadena solo posee 37 inmuebles, de los que 16 están en América y 14 en España
La primera hotelera de España sigue desprendiéndose del ladrillo. Meliá cerró el tercer trimestre de este año con tan solo 37 hoteles en propiedad, lo que supone apenas el 12% del total de su cartera, un mínimo histórico y la mitad de los que tenía cuando estalló la Gran Recesión en 2008. En esa fecha, la compañía tenía 82 hoteles en propiedad sobre una cartera de 301 inmuebles (un 27,2% del total); trece años después, la cifra se ha reducido a menos de la mitad y todo apunta a que seguirá bajando en los próximos trimestres como consecuencia del elevado endeudamiento en el que ha incurrido la hotelera para tratar de compensar el impacto de la crisis del coronavirus. De los 37 hoteles en propiedad, 16 están en América, 14 en España y 7 en el área que comprende Europa, Oriente Medio y África.
La deuda neta sigue creciendo y se ha situado a 31 de septiembre de 2021 en 1.261 millones de euros, lo que supone un incremento de 136 millones de euros respecto al mismo trimestre de 2020. El calendario de vencimientos del pasivo de la hotelera establece que va a tener que hacer frente al pago de 375 millones de deuda en los dos próximos años, con una devolución de 23 millones para lo que queda de este ejercicio, 123,9 millones para 2022 y 227,9 millones de euros. El verdadero examen viene a partir de 2024, en el que el pasivo a devolver suma 927 millones de euros.
Meliá cuenta con que el tercer trimestre ha sido el primero desde que arrancó el coronavirus en el que ha dejado de quemar caja y ha generado un saldo positivo de 10,5 millones de euros. Una cifra, en cualquier caso, insuficiente para hacer frente al pago de la deuda, con lo que toda probabilidad tendrá que proceder a la venta de nuevos activos, tal y como hizo en junio, para cuadrar unas cuentas dañadas por la lenta recuperación de los ingresos. En los nueve primeros meses de 2019, la facturación ligada al negocio hotelero superó los 1.203 millones de euros, mientras que en el mismo período de 2021 apenas llega a un tercio de los niveles previos a la crisis (446,9 millones).
En ese contexto, la hotelera tratará de acelerar la venta de algún inmueble o de alguna cartera para ganar liquidez y reforzar sus cuentas hasta la vuelta a la normalidad, algo que no prevé hasta 2023 en el caso de los resultados y hasta 2024 en el caso de los ingresos, tal y como reveló la compañía en una conferencia con analista a mediados de octubre. En junio ya cerró una operación a tres bandas por la que se desprendió de ocho hoteles obteniendo 204 millones de euros. De esos ocho inmuebles (de los que seis eran de Meliá y otros dos eran participados por la hotelera), tres estaban en Baleares, dos en Canarias y los tres restantes entre Granada, Cádiz y Zaragoza. Todos ellos se traspasaron a una sociedad en la que la hotelera mantendrá un 7,5% del capital; Bankinter, que ha sido la entidad encargada de crear el vehículo de inversión, también tendrá otro 7,5%, mientras que el restante 85% estará en manos de clientes de altos patrimonios e institucionales de la entidad. En los resultados del tercer trimestre, la hotelera confirmó que sigue manteniendo como una de sus prioridades de la reducción de la deuda, “contemplando la posibilidad de alguna rotación de activos adicional a la realizada en junio”.
La crisis acelera la rotación de activos
Altas. En los nueve primeros meses de 2021, la hotelera ha abierto 11 hoteles nuevos. De las aperturas, nueve están localizadas en Europa (tres en España, dos en Reino Unido y una en Alemania, Holanda, Grecia y Luxemburgo), una en China y otra en Marruecos. Ninguno de ellos es en régimen de propiedad, corroborando la tendencia a librarse del ladrillo. De los 11 hoteles, cinco se gestionarán en régimen de alquiler, cuatro en franquicia y dos en gestión.
Bajas. Entre enero y septiembre se han rescindido seis contratos con hoteles. Lo más llamativo es que la mitad corresponden a establecimientos en Marruecos, todos ellos en régimen de gestión. Dos de ellos estaban situados en Saidia, con 150 y 397 habitaciones, respectivamente, y el tercero estaba en Marrakech, con 91 habitaciones.
Perspectivas. La cadena balear prevé abrir 50 hoteles en el corto y medio plazo, que se sumarán a los 322 establecimientos que componen en la actualidad su cartera. Ninguno será en propiedad. 40 de ellos se firmarán con contratos de gestión, 7 en régimen de franquicia y 3 en alquiler.
Europa y Asia. Por áreas geográficas, Europa y Asia concentran la apuesta de la hotelera. La mitad de los hoteles se abrirán en la zona compuesta por Europa, Oriente Medio y África (EMEA, por sus siglas en inglés), mientras que el área de Asia-Pacífico contará con otros 14 establecimientos. Hace siete días firmó su segundo hotel en Indonesia (Gran Meliá Lombok) que abrirá en 2024.
De los 4.386 millones de euros en los que valoró sus activos (propiedad, alquiler, gestión o franquicia) a mediados de 2018, a través de una tasación realizada por Jones Lang Lasalle, la hotelera restó 145 millones dos años más tarde, cuando se anotó en sus cuentas un deterioro en sus cuentas por ese importe, repartido entre los hoteles en régimen de alquiler, gestión o franquicia, con un recorte de 77 millones de euros, seguidos por aquellos establecimientos en propiedad, con un ajuste de 47,7 millones, y finalmente las inversiones en sociedades puestas en equivalencia, que han perdido 19,9 millones en valor.