Euskadi acusa a la comunidad de Madrid de 'dumping' fiscal
Urkullu critica que luego pida apoyo al Gobierno por menos ingresos
El lehendakari Iñigo Urkullu ha manifestado este viernes su "preocupación" por la estrategia de "dumping" fiscal de la Comunidad de Madrid, que ha anunciado un recorte de medio punto en todos los tramos del IRPF que entrará en vigor el próximo año. También suprimirá los tributos propios, como los que afectan a la instalación de máquinas recreativas, el depósito de residuos y el que se aplica a las actividades económicas.
Urkullu no quiere entrar "en ninguna guerra que no me corresponde" porque Euskadi cuenta con una fiscalidad propia, pactada en base al Concierto Económico. Asume un "riesgo unilateral" ya que organiza sus presupuestos con parte de la recaudación de las diputaciones, sin solicitar partidas de apoyo al Gobierno de Madrid, al que paga un cupo por los servicios que el Estado aporta a la comunidad autónoma. Suba o baje la recaudación, esos compromisos son constantes.
En relación con ese escenario, el lehendakari cuestionó que Madrid pueda tener una política fiscal determinada para luego exigir al Ejecutivo de Pedro Sánchez "una compensación por un menor ingreso por recaudación". Y añadió que la política fiscal de Isabel Díaz Ayuso responde a "un modelo social e ideológico", porque "a menos impuestos, menor recaudación y por lo tanto menos capacidad de gasto en políticas sociales".
Las cuentas públicas de Euskadi de 2022, que por primera vez superan los 13.000 millones, destinan ocho de cada diez euros a partidas sociales como educación, sanidad y seguridad, entre otras, destacó Urkullu.
En un encuentro organizado en Bilbao por Nueva Economía Forum, el lehendakari declaró que mantiene "con cautela" la previsión de que el PIB vasco crezca un 6,7 % este año. El crecimiento del tercer trimestre del ejercicio en curso fue del 3,8 %. En relación con el paro, Urkullu estima que este año puede quedar en el 10,3 % para bajar al 9,5 % en 2022 con la creación de 10.800 empleos
Esos cálculos se enfrentan a las "incertidumbres" que afectan a la economía, entre las que citó al precio de la energía, la falta de suministros y el repunte de la inflación. Pese a todo, Urkullu habló de una "esperanza cautelosa" que le permite mantener la previsión de que el PIB vasco suba un 6, 4 % el próximo ejercicio.