El cuello de botella regulatorio es un peligro para las fusiones en EE UU
La FTC tiene poco personal y está examinando las operaciones de forma más prolongada y exigente
Hacer fusiones no suele ser fácil, pero hay un nuevo cuello de botella. La Comisión Federal de Comercio de EE UU (FTC, por sus siglas en inglés), que no cuenta con suficiente personal, está examinando las operaciones de forma más prolongada y exigente, a pesar del aumento de las fusiones. Si el regulador no acelera, el futuro probablemente depare mayores comisiones de cancelación y menos acuerdos exitosos.
En lo que va de año se han anunciado fusiones por valor de casi 2 billones de dólares, la mayor cifra registrada, según Refinitiv. Mientras tanto, la FTC está haciendo más con menos. El organismo regulador, que supervisa fusiones farmacéuticas como la operación de MSD por Acceleron Pharma, anunciada el jueves, ha ido perdiendo empleados en los últimos años y tiene un tercio menos de personal que en 1979.
Sin embargo, el número de operaciones está aumentando: en agosto, 369 se sometieron a los requisitos de revisión, el doble que en el mismo mes del año pasado. Además, la presidenta de la FTC, Lina Khan, ha dejado claro que la aplicación de la ley ha sido demasiado laxa, por lo que incluso las pequeñas operaciones están siendo objeto de un mayor escrutinio.
El resultado ha sido una paralización de los procesos. Las evaluaciones iniciales suelen durar 30 días, pero el organismo de control ha comunicado a algunas partes que no podía cumplir ese plazo. Y ha dicho que las empresas que procedieron antes de que los acuerdos fueran investigados completamente lo hicieron bajo su propio riesgo.
Por lo tanto, las empresas se enfrentan a la desagradable opción de retrasar el final de las fusiones o arriesgarse a posteriores recursos judiciales. Algunas seguirán adelante, como la de la empresa de biotecnología Illumina, que cerró un acuerdo de 7.000 millones de dólares por Grail en agosto antes de la aprobación. El riesgo es que la FTC demande para deshacer más acuerdos, como hizo el año pasado con la inversión de 12.800 millones de dólares de Altria en el fabricante de cigarrillos electrónicos Juul.
A menos que la FTC acelere el ritmo, habrá problemas. A ninguna empresa adquirida le gusta quedarse colgada, ya que los clientes y los empleados pueden abandonar el barco mientras tanto. Un precio más alto y unas mayores comisiones de ruptura pueden compensar en cierta medida el riesgo de la degradación del negocio en caso de que el acuerdo se venga abajo. MSD acordó pagar una cuota de ruptura más alta si el acuerdo se anulaba después de una prórroga.
Pero los compradores potenciales pueden alejarse si se enfrentan a retrasos en la regulación. El precio y la rapidez son determinantes para el éxito de las fusiones y adquisiciones. Si los objetivos exigen precios más altos y la integración tarda más tiempo, es posible que más operaciones acaben agriándose.
Unos retrasos más prolongados también pueden significar que más empresas se queden en el altar, ya que las partes tienen más tiempo para replanteárselo y el mundo que las rodea cambia. Aunque el auge de las fusiones continúe, es posible que menos de estas alianzas terminen como matrimonios felices.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías