La pugna por la cartera de Finanzas centra la negociación para formar Gobierno
Democristianos, liberales y verdes aspiran a controlar el departamento El puesto es clave en la agenda europea, financiera y medioambiental
Es el puesto más codiciado del próximo Gobierno alemán: la silla de Finanzas. Lo quieren Los Verdes, los democristianos y los liberales porque es un cargo decisivo ante los nuevos retos políticos y el dinero que requieren.
Tanto si al final gobierna el socialdemócrata Olaf Scholz con Los Verdes y los liberales del FDP como si se impone el democristiano Laschet como futuro canciller, quien más probabilidades tiene de convertirse en ministro de Finanzas es el jefe de los liberales, Christian Lindner, un político exigente que negociará con una dureza implacable. Su precio para cogobernar será elevado. La razón de todo este lío es que Los Verdes y los liberales decidirán quién será el canciller porque la ventaja del SPD sobre los democristianos de la unión entre CDU y CSU es relativamente pequeña y ninguno de los dos grandes partidos puede gobernar solo. Y Lindner será quién más difícil se lo pondrá a Scholz. Defensor del libre mercado, quiere el puesto de Finanzas. Lo ha dejado claro. El puesto no se lo va a dejar al jefe de Los Verdes, Robert Habeck, quien también opta al cargo.
Un par de días después de las elecciones, la economía ha dicho lo que quiere: negociaciones rápidas y no maniobras tácticas. La peor constelación para inversores y empresarios, “los calcetines rojos” (una coalición rojiverde formada por socialdemócratas, verdes y La Izquierda) queda descartada, pero la economía preferiría un Gobierno dirigido por los democristianos. La pérdida de credibilidad política de Laschet, tras perder la unión democristiana CDU/CSU casi 9 puntos porcentuales respecto a 2017, anuncia un gobierno rojiverde con Scholz como canciller y los liberales. El candidato socialdemócrata es un conservador del SPD, un pragmático posicionado en el ala derecha del SPD que coincide con los liberales en volver a la llamada Schuldenbremse, el freno a la deuda. Pero si gobierna con el candidato liberal habrá menos reparto del bienestar y más apuesta por el crecimiento económico, pues como advierte Lindner, solo una economía fuerte puede alcanzar los objetivos sociales y ecológicos deseables. Con Lindner en el probable futuro Gabinete de Scholz gobernará una coalición con perfil menos socialdemócrata que la actual dirigida por la democristiana Merkel, con Scholz como todavía ministro de Finanzas. Dominará pues el centro.
El empresario, profesor y autor Hermann Simon, fundador de Simon-Kucher & Partners , dice a este diario que lo mejor del resultado de las elecciones es que queden descartados “los calcetines rojos” (una alianza rojiverde a la que sumaría La Izquierda) y que Lindner pueda manejar las Finanzas. “Los liberales tendrán un papel clave en una política orientada hacia el bienestar y el crecimiento económico.” Según Simon, el deseo de la economía es que el plan del nuevo Gobierno contra el cambio climático sea realista. Opina que el riesgo político más grande es que Scholz, a quien no considera una figura representativa del SPD, pierda fuerza por debates internos. “Los liberales compensarán el giro a la izquierda del Gobierno rojiverde y Lindner será una suerte para la economía.” No obstante, Simon reconoce que una vez en el poder Los Verdes se vuelven realistas. Baden-Württemberg con su apreciado presidente verde Winfried Kretschmann es el mejor ejemplo.
Clima, Europa y finanzas. Son los retos. Todos caros. Así que esos son también los temas que los partidos liberal y verde debatirán para encontrar puntos en común y después hablarán con Scholz y Laschet antes de decidir con cuál de ellos se quedan. Lindner quiere libertad pura. Dice que en política climática apenas se debe intervenir. El mercado ya proveerá de las inversiones necesarias para financiarla. Los Verdes no se creen nada de eso y optan por que el Estado intervenga para invertir y marcar la pauta a las empresas; por ejemplo, para la descarbonización y la transformación de la industria. Y, ¿quién financiará el camino a la neutralidad climática? Los Verdes quieren endeudarse en 500.000 millones de euros y subir los impuestos a quienes más ganan y más patrimonio tienen. Los liberales quieren bajar los impuestos y ni oír del paquete de inversión verde financiado con deuda. El acuerdo entre ambos podría consistir en conceder a Lindner el puesto de Finanzas a cambio de obtener el ministerio de Medio Ambiente y el derecho a veto en Finanzas.
Lindner, de 42 años, es “un mini Schäuble en crecimiento”, según el británico Financial Times. El diario ve paralelismos con el político Wolfgang Schäuble y su política de austeridad y de estricta disciplina presupuestaria. Por otro lado, el partido liberal es europeísta pero cuenta con euroescépticos entre sus miembros. EL FDP se opuso a los créditos a Grecia entre 2010 y 2013 y podría resultar un socio incómodo cuando se renegocien las reglas del pacto de estabilidad y de crecimiento tras la pandemia.
No obstante, al final podría ser que el canciller Scholz sufra más por las presiones entre las diferentes alas de su propio partido socialdemócrata que por las reclamaciones liberales y verdes. Su baza es que siempre podrá decir que sus socios no le dejan alternativas. Cruzado de brazos no se quedará.
La nueva economía sociecológica
Una ola verde. Que el rico sur de Alemania, Baden-Württemberg, la región de los grandes consorcios industriales votara verde en sus últimas elecciones regionales de marzo no fue una casualidad. Los Verdes ya gobernaban en coalición con los democristianos en esa región conservadora y centrista. Baden-Württemberg es el tercer Estado más rico de Alemania. La gente del sur vive bien. Con elevados ingresos, bajo desempleo, fuerte crecimiento económico, elevada cuota de exportación y gran fuerza financiera. Se podría decir que es una región modelo que además vota verde por ser consciente del reto futuro: el clima. Además, Los Verdes no son el partido periférico, alternativo y asambleario de los noventa. Hoy Los Verdes están centrados. Su ideario no se contradice con el crecimiento económico. Incluso el empresariado aplaude que la ecología avance sin debilitar la economía. Su mensaje político, 40 años después de su fundación, ha llegado al centro de la sociedad. Los responsables de su política económica se mueven en los círculos de la pequeña y mediana empresa como peces en el agua. En su programa pone: “Los mercados pueden ser un poderoso instrumento para eficiencia económica, innovación y avance tecnológico. Su dinamismo y creatividad son de gran importancia para superar los grandes retos de la crisis ecológica.” Es la nueva economía de mercado socioecológica.