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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

No solo de publicidad vive una tienda online

‘Influencers’, Google Ads u otras técnicas… ¿realmente ayudan a impulsar un ‘ecommerce’?

Cualquier negocio, ya sea digital o analógico, necesita de la publicidad para poder crecer, vender un producto determinado, o marcar su posición en el mercado. Ahora bien, hay muchas estrategias publicitarias, muchos canales en los que publicitarse y es nuestra la responsabilidad de escoger bien tanto el canal, como el tipo de campaña. No siempre pagando más vas a obtener mejores resultados, sino que hay que optimizar los recursos y planificar una buena estrategia.

Hay tres factores muy importantes para que la repercusión de nuestra campaña sea máxima: tener un producto de calidad, una visión clara de la marca y de lo que representa, y un plan de futuro. Hace unos tres años, cuando todo estaba menos profesionalizado, cualquiera que pagase publicidad en internet podía obtener resultados. Ahora ya no es así, tanto en Google, Facebook u otra plataforma, como con influencers.

Mundo ‘influencers’ y su evolución

Los influencers también han aprendido a cuidar y construir su imagen. Ahora saben que para tener una continuidad y construir un futuro sólido en su plataforma de contenidos deben cuidar mucho a quién publicitan. Tienen una visión de su marca a largo plazo y es muy probable que, aunque ofrezcamos una suma de dinero considerable, esa persona o agencia no la acepte si la campaña no va alineada con lo que quieren proyectar al exterior. Pese a las dificultades para encontrar un influencer que encaje perfectamente con nuestra marca y producto, siguen siendo más rentables que Google o Facebook Ads, ya que los influencers tienen un retorno mayor de esa inversión publicitaria que los otros canales.

Hace años, algunos de ellos que cuentan con millones de seguidores en redes sociales subían contenido sobre marcas simplemente regalándoles productos o por una pequeña recompensa económica, ya que no se percibía de la misma manera el escaparate y el foco de atención en el que se han convertido. En estos momentos es más complicado: ya no solo es importante la ganancia monetaria, sino que debemos tener un buen producto y una marca sólida para que surja ese match entre ambas partes.

Además, los influencers con decenas de miles o cientos de miles de seguidores también han conseguido llegar a monetizar su imagen en redes sociales de esta manera. Si seleccionamos al influencer adecuado, no solo generará tráfico, fidelidad a la marca, visitas y ventas, sino que además nos potenciará nuestra imagen al estar al lado de una cara conocida y con poder de influir en decisiones de compra de una audiencia considerable.

Google Ads y Facebook Ads

Antes había mucha menos competencia publicitaria en internet, y con poca inversión (pocos euros o incluso céntimos) podías conseguir nuevos clientes; y las pujas para plataformas como Google Ads o Facebook Ads eran bajas. Ahora, con el desarrollo de las redes sociales hacia un camino donde pueden monetizar su poder de convocatoria y de exposición, el mercado se ha saturado (todo el mundo vende online) y ya no solo vale con pagar anuncios en todos los sites posibles, sino también tener un buen producto y una visión clara de marca, además de que obviamente el precio por poner un anuncio en internet ha subido exponencialmente junto con el incremento de empresas que han empezado a publicitarse por estos canales.

Más allá de la publicidad

Hoy en día el ecommerce es solo rentable para aquellos que consiguen unir todas estas piezas (publicidad bien invertida, buen producto, marca fuerte, atención al cliente eficiente, etc.) Debemos de cuidar mucho lo que se gasta a diario en ads, ya que el retorno que podemos tener de una inversión publicitaria va menguando conforme aumentamos el gasto, por eso hay que estudiar cautelosamente cuánto es la cifra que podemos dar a publicidad al día para que el retorno sea efectivo. Es decir, puede que con 500 euros de inversión consigamos mejores resultados que invirtiendo 5.000.

También debemos considerar previamente el contar con una página web o aplicación bien estructurada, un servicio de atención al cliente eficiente y un entorno que invite a los clientes a fidelizarse con la marca, que es lo que buscamos: nuevos clientes que quieran comprar nuestros productos y que nos prefieran por delante de la feroz competencia cibernética y analógica (grandes superficies y conglomerados).

Otro de los pasos que hay que tener presente es el de nuestro entorno corporativo, es decir, el resto de nuestros canales. A parte de invertir en publicidad, debemos tener más canales que puedan captar clientes, redirigir esa publicidad de mejor manera y exponer la imagen de la marca. Por ejemplo, Instagram esa una buena herramienta para ello, ya que, si bien no tiene tan desarrollado el sistema de anuncios y la rentabilidad de Facebook, es una vía fantástica para mostrar nuestros productos e iconografía a potenciales clientes y establecer así una acción conjunta con la publicidad que podamos estar lanzando en Google, Facebook u otras plataformas.

En definitiva, los anuncios tienen que ser, para el consumidor, un camino que los dirija hacia nuestra web, aplicación o plataforma, además de a nuestras redes sociales, nuestro mail de marketing, etc. Teniendo todos los canales conectados y en sintonía, podemos sacar mucha más rentabilidad que si pagamos anuncios en internet y no tenemos nuestras redes sociales o nuestra atención al consumidor o nuestro producto a la altura de nuestra inversión publicitaria.

Jesús Orozco es experto en ecommerce y CEO de Consultoria.io

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