La inversión de impacto pide un fondo público nacional
SpainNab pone el ejemplo de Francia, Portugal o Reino Unido
La inversión de impacto está de moda en España. Desde que el país se unió en 2019 al GSG –el club mundial para la inversión de impacto– se han multiplicado las gestoras y los fondos que dicen buscar un impacto positivo y medible en la sociedad pero sin renunciar a ofrecer una rentabilidad a los inversores. Y el siguiente paso es reclamar un apoyo decidido de las instituciones.
Juan Bernal, director general de CaixaBank Asset Management, y José Luis Ruiz de Munain, cofundador de Foro Impacto, son los directores de SpainNab. Es el órgano consultivo que representa a España ante el GSG y aglutina los intereses del sector. Estos ejecutivos piden en una entrevista con CincoDías que España aproveche la oportunidad de los fondos europeos para crear un gran vehículo de inversión de impacto a nivel nacional que movilice al sector privado también en esta dirección.
“Aspiramos a una gran estrategia de inversión de impacto, como tienen en Portugal, Reino Unido o Francia, donde el capital público trabaja de la mano del capital privado como catalizador”, explican.
Como ejemplo, la última convocatoria del Fondico (el vehículo del ICO para invertir en private equity) ya contó con un tramo de 50 millones orientado en exclusiva a las gestoras de impacto. Y el Ayuntamiento de Madrid, bajo la gestión de la corporación de Manuela Carmena, lanzó un vehículo de 30 millones en 2018.
“En Portugal fueron capaces, a través del Fondo Social Europeo, de atraer 200 millones de capital público que sirvieron para movilizar más capital privado. Eso es lo que buscamos. Ir de la mano del capital público y del sector filantrópico, como son las fundaciones”, añaden. Y apuntan a la potencia de fuego que pueden suponer en este aspecto tanto los 140.000 millones del fondo europeo de recuperación como los fondos estructurales, que según sus palabras tienen “canalizar la inversión hacia el sector del impacto”.
“Desde junio de 2019, ha habido un crecimiento tremendamente importante de la inversión de impacto. No solo en torno al volumen, sino también al alcance de la misma. En aquel entonces había en España 90 millones de activos bajo gestión. Nos pusimos como meta que pasados dos años, es decir la semana que viene, esa cifra se iba a multiplicar por cuatro. Ya podemos anticipar que desde luego vamos a alcanzar esa cifra”, comentan. Y afirman que su objetivo es tras abarcar el venture capital y el capital riesgo lanzarse a los fondos líquidos.