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Los pisos turísticos en Madrid se preparan para la reactivación en otoño

Reclaman que no se supere el 40% en una comunidad de vecinos. Si se hace, cada propietario por encima de ese nivel deberá tener una licencia de actividad.

Adolfo Merás, presidente de Madrid Aloja, y Alberto Más, secretario general de Madrid Aloja
Adolfo Merás, presidente de Madrid Aloja, y Alberto Más, secretario general de Madrid Aloja

Los propietarios de pisos turísticos en Madrid empiezan a ver la luz al final del túnel. Tras catorce meses con el turismo en mínimos históricos, lo que obligó a muchos de ellos a pasarse al alquiler residencial, la vacunación masiva y la recuperación del tráfico aéreo anticipa un regreso a la normalidad para final de año.

Esa fecha coincide con la que el Ayuntamiento de Madrid tiene prevista para que la nueva norma urbanística que regulará estas viviendas sea aprobada y sustituya a la que aprobó Manuela Carmena. En concreto aprobó el Plan Especial de Regulación del Hospedaje el 26 de julio de 2018. Esa norma prohibía el 95% del alquiler vacacional obligando a los propietarios a tener licencia de actividad profesional si la casa se alquilaba por más de 90 días al año y a contar con un acceso independiente para no mezclar vecinos y turistas. Una norma que soliviantó a los más de 12.000 propietarios y que llevó a muchos de ellos a una batalla judicial que todavía no ha acabado. “Es el momento de regular el alquiler vacacional en Madrid. Queremos una normativa potente, copiable y que sirva de base para el resto de destinos”, apuntó Adolfo Merás, presidente de Madrid Aloja, asociación que reúne a 3.500 viviendas turísticas en Madrid, una cuarta parte de las 14.000 existentes en la capital.

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En su opinión, la norma aprobada por Carmena generó “una inseguridad jurídica muy importante” y confía en que la nueva que ultima el consistorio dirigido por José Luis Martínez Almeida para final de verano o el último trimestre “refuerce la protección de los propietarios y expulse a los malos actores”.

Madrid Aloja presentó ayer una batería de propuestas para reforzar la seguridad de la nueva norma, cuyo principal objetivo es consensuar un marco adecuado para propietarios, vecinos y administraciones, evitando los actuales problemas de masificación. “Madrid no tiene un problema de viviendas turísticas. Apenas hay 3,75 turistas por cada habitante, frente a los 7,36 que tiene Barcelona, los 22 de Amsterdam o los 100 de Venecia”, dijo Merás.

El presidente de la Asociación consideró que el principal problema radica en la excesiva concentración de viviendas en determinados barrios por lo que propuso dos medidas para reducir ese impacto. En primer lugar limitar las viviendas por barrios para desplazar la oferta a otros cuando haya saturación. En segundo si el número de pisos turísticos supera el 40% en una comunidad de vecinos, todo aquel propietario que exceda ese porcentaje deberá contar con una licencia de actividad de apartamento turístico. “Solo así se puede conseguir una convivencia adecuada”. En cualquier caso prevé que las viviendas turísticas crecerán con fuerza en los próximos trimestres.

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