La gestión pública de autovías y antiguas autopistas se come a la obra nueva en carreteras
El fin del peaje en la AP-7 el 31 de agosto añadirá 100 millones al gasto de explotación del Ministerio de Transporte
El creciente volumen de kilómetros de vías de alta capacidad gestionados por el Ministerio de Transportes (Mitma) está estrangulando poco a poco la disponibilidad de presupuesto para obra nueva en carreteras, una situación que va a más con el próximo fin de plazo de explotación para la concesionaria Acesa.
El 31 de agosto revierten a la Administración 478 kilómetros entre el segmento de autopista de la AP-7 que va de Molins de Rei a La Jonquera, y el de la AP 2 que enlaza las inmediaciones de Zaragoza con Saifores (Tarragona).
El departamento que dirige José Luis Ábalos ya recibió en noviembre de 2018 los 84 kilómetros de la AP-1 entre Burgos y Armiñán, con un gasto anual de explotación cercano a los 15 millones, y en el inicio de 2020 se levantaron barreras en los tramos valencianos de la AP-7 y en la andaluza AP-4 (Sevilla-Cádiz), ambos bajo el paraguas de la concesionaria Aumar, cuyos costes de explotación anuales rondaban los 60 millones. Unas cifras a las que se suman este verano los cerca de 100 millones de Acesa.
La carretera apenas atrae un 5% de los fondos de recuperación de la Unión Europea en manos del ministerio de Ábalos
Los Presupuestos Generales del Estado, con actuaciones del Mitma y sus empresas previstas en 16.664 millones en este 2021 (con un alza del 53%), fían 1.100 millones a obras en carreteras, con una rebaja del 12%, y 1.240 millones para conservación y mejoras, suma que crece más del 50%. Una tendencia ha venido para quedarse. Y el reparto de los fondos europeos tampoco favorece a nuevas carreteras, que captan 850 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (17.000 millones en manos del Mitma) en comparación con los 6.200 millones para el ferrocarril. Apenas se llevan un 5%.
El ministro Ábalos ha asegurado en sus últimas comparecencias, en las que ha tenido que justificar la apertura del debate sobre el pago por uso, que el presupuesto para carreteras está copado por las labores de conservación. Un hecho que abona la hipótesis de la implantación de peajes blandos en 2024 y de un mayor recurso a la colaboración público-privada para atender nuevos proyectos.
Los datos de licitación recogidos por la patronal de la construcción Seopan indican que en el primer trimestre apenas se licitaron concursos por 84 millones desde la Dirección General de Carreteras, un 61% por debajo del periodo comparable de 2020. Y la totalidad de esa cifra se fue a labores de rehabilitación y mantenimiento, quedándose en cero la licitación de obra nueva.
En el año móvil, entre abril de 2020 y marzo de 2021, la puesta en juego de nuevos contratos por parte de la Dirección General de Carreteras fue de 437 millones, un 67% menos que en los 12 meses precedentes.
La licitación de obras de la Dirección General de Carreteras cae más de un 60%
Respecto a futuros peajes blandos, Transportes se apoya en que el 40% del tráfico de mercancías que circula por carreteras que pagan los ciudadanos españoles va en camiones extranjeros. Ábalos dice estar dispuesto a debatir la tarificación con partidos políticos y colectivos empresariales, pero ve ineludible la convergencia hacia Europa en un contexto en que España va a recibir una lluvia de millones de la UE a cambio de reformas.
España frente al resto de Europa
Un tercio de la red tarificada en España habrá revertido al Estado entre 2018 y este 2021, porcentaje que asciende al 45% (casi 1.500 kilómetros) si se amplía el foco hasta 2026.
Antes del fin de plazo de Europistas, Aumar y Acesa, España contaba con peaje en el 20% de su red de casi 17.000 kilómetros de carreteras de alta capacidad. Un porcentaje superado Y muy lejano al 100% de Portugal (3.000 kilómetros), Grecia (1.660 kilómetros) y Croacia (1.295 kilómetros), al 85% de Italia sobre 5.700 kilómetros de red, o casi el 80% de Francia, que supera los 9.000 kilómetros entre vías de pago y gratuitas. Otros países como Alemania (12.900 kilómetros), Austria (1.720) o Bélgica (1.760) tienen la totalidad de sus redes con algún tipo de peaje basado en la Euroviñeta.