Terapias génicas: caras, aún residuales, pero muy efectivas
Los precios oscilan entre los 200.000 euros y los 2 millones Leucemias, linfomas y enfermedades raras, los éxitos de estas técnicas
Sonaban quiméricas hasta hace poco, pero algunas terapias génicas ya están aquí y con resultados exitosos, sobre todo en el área de hematología (leucemias, linfomas), donde se desarrolla más del 60% de la investigación. Solo en España actualmente se realizan 120 ensayos clínicos, según la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Una cantidad muy destacada que además abarca otras enfermedades genéticas raras, cardiacas o metabólicas. Así y todo, los tratamientos afloran con cuentagotas por su complejidad y su precio. Hasta 2 millones de euros pueden llegar a costar, según José María Millán, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Genética Humana (AEGH).
Pero ¿qué es la terapia génica? Rafael Álvarez Gallego, coordinador asistencial de oncología del hospital HM Sanchinarro, la define como “el tratamiento de enfermedades mediante transferencia de material genético a las células del paciente”. En esto consiste la más avanzada, CAR-T o TCR (proteína), para un tipo de leucemia y linfoma. Esta técnica modifica genéticamente los linfocitos T (glóbulos blancos) para que codifiquen una proteína llamada CAR o TCR que reconoce las células tumorales y reaccionen contra ellas.
Antes del verano saldrá un tratamiento para un tipo de ceguera hereditaria
También permite transferir al tumor genes que desarrollan diferentes funciones. Es muy compleja, pero puede que ahora se entienda mejor gracias a la popularización de la tecnología del ARN mensajero de algunas vacunas contra el Covid (Pfizer y Moderna, entre ellas), capaz de llegar a las células para combatir el virus. Y es que, según Álvarez, “el sistema de virus atenuado de las vacunas, como el de la viruela, fue la génesis de esta terapia”.
Indicaciones
Pero los génicos son tratamientos biológicos vivos que no se pueden fabricar en un laboratorio como cualquier fármaco, aclara el experto, refiriéndose a su complejidad. “Son únicos porque el material genético es propio de cada paciente y los requisitos para obtener la acreditación de su desarrollo, muy estrictos. Los laboratorios tienen que ser muy especializados, lo que supone cuantiosas inversiones”.
De ahí su precio y que solo algunos centros cuenten con la acreditación en España, como el HM Hospitales (con Novartis) y el Clínic de Barcelona, que acaba de crear el primer tratamiento génico público en Europa para la leucemia linfoblástica aguda.
La atrofia muscular espinal es una patología a la que ya se aplica la terapia celular
¿Por qué no sirven para cualquier patología? Teresa Alonso, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología (SEOM) y oncóloga del hospital Ramón y Cajal, explica que algunas dolencias hematológicas se caracterizan por la alteración de un gen concreto y es más fácil desarrollar un tratamiento contra una proteína en particular. Sin embargo, en los tumores sólidos (cáncer de colon o mama) existe un alto número de genes alterados y es más difícil desarrollarlos. En los sólidos, los ensayos están aún en fases tempranas”.
Las enfermedades genéticas fueron las primeras dianas porque muchas de ellas obedecen a un solo gen defectuoso. Es el caso de la atrofia muscular espinal, cita Millán, una patología hereditaria originada por la falta de una proteína en el sistema nervioso debido a un gen defectuoso. “En el pasado, producía la muerte del 50% de los niños antes de los dos años y el resto no llegaba a caminar. Pero ya existen un par de terapias que aplican hospitales como La Fe de Valencia y La Paz, y ya no mueren y caminan en general”. El tratamiento se inocula en la médula espinal, pero, eso sí, la inyección cuesta 70.000 euros cada cuatro meses.
Además, hay más de una decena de tratamientos para las metabólicas raras (Gaucher o amiloidosis hereditaria) y, según Millán, antes de verano saldrá otra para un tipo de ceguera hereditaria, una inyección que costará unos 800.000 euros.
Lo mismo ocurre en algunas enfermedades cardiológicas familiares provocadas por la mutación de un gen que puede afectar al miocardio, la aorta o al funcionamiento eléctrico del corazón, pudiendo producir la muerte súbita arrítmica, apunta Juan Jiménez Jáimez, especialista de la unidad de arritmias y cardiopatías familiares del hospital Virgen de las Nieves de Granada. “Existen muchos ensayos clínicos en fases preliminares, pero, a día de hoy, la terapia génica no se emplea de rutina en los hospitales”.
En este tipo de patologías se usa un vector viral portador de la información genética deseada (fragmento de ADN sin la mutación) que se inocula al enfermo para integrarlo en el núcleo de la célula del corazón. El problema es el rechazo y las reacciones inmunes del paciente, lo que limita la práctica real.
Y aunque es cierto que se ha probado con éxito otra técnica, CRISPR/Cas9, capaz de fragmentar el ADN deseado e incorporarlo en el nuclear del paciente afectado, la experiencia se reduce a casos puntuales en el síndrome de QT largo (enfermedad eléctrica que causa muerte súbita) y la miocardiopatía hipertrófica.
En progreso
Patologías raras. Este mes saldrá un tratamiento génico para la atrofia muscular espinal que cuesta 2 millones de euros. Una enfermedad con la que nacen en España 40 niños al año. El 80% de las patologías genéticas raras se deben a un gen defectuoso, expone José María Millán, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Genética Humana.
Leucemias. La terapia CAR-T ya tiene autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para algunos tipos de leucemia, por ejemplo, la linfoblástica aguda de células B y de linfomas como el B difuso de célula grande o el B primario mediastínico de célula grande. Pero, según Rafael Álvarez Gallego, coordinador asistencial de oncología del hospital HM Sanchinarro, estos tratamientos solo podrán ser recibidos en centros hospitalarios acreditados.
Tumores. Otra terapia con autorización de la EMA es la T-VEC, un tratamiento común del virus del herpes modificado genéticamente. El virus que se administra intratumoral (vale para tumores o metástasis superficiales) expresa un gen que atrae a los linfocitos a la zona y destruye las células cancerígenas. Esta terapia se ha aprobado para tipos muy específicos de melanoma (cáncer de piel), indica Álvarez. Además, existe otra línea de investigación importante en el mundo con CAR-T y TCR en tumores sólidos: cáncer de pulmón, melanoma, cabeza y cuello, vejiga, esófago y gástricos.