Telemedicina, la gran aliada de médicos y pacientes durante la pandemia
La teleconsulta ha sido dominante en los meses de confinamiento Se ha convertido en un modelo de atención sanitaria emergente
En medio de una emergencia sanitaria motivada por un virus tan contagioso como el SARS-CoV-2, la atención telemática se ha convertido en la solución para evitar desplazamientos innecesarios, controlar la saturación de centros hospitalarios y ofrecer soluciones rápidas.
“La telemedicina ha supuesto una vía de contacto y de cercanía muy relevante. En un contexto de confinamiento y restricciones como el actual es una excelente herramienta para tratar a pacientes a los que no se puede atender cara a cara, tanto para la continuidad de sus tratamientos como para nuevos diagnósticos”, dice Belén González, directora de salud de Aegon.
Los modelos de atención no presenciales ya estaban incorporados en la mayoría de los sistemas de salud, “pero la pandemia ha supuesto un salto cualitativo en su alcance, demostrando su usabilidad, su capacidad de sustituir una importante parte de la actividad presencial, su conveniencia, su efectividad y la satisfacción de los usuarios”, observa Roberto Nuño, director de Deusto Business School Health.
Si bien, añade, “hay que tener en cuenta que hay servicios presenciales relegados y no reemplazables por la sanidad a distancia o simplemente usuarios que siguen prefiriendo la presencialidad. Todo ello perfilará un escenario pospandémico distinto, pero aún incierto en su alcance”.
El 65% de los españoles optaría por servicios virtuales si tuviese la oportunidad
¿Ha llegado la telemedicina para quedarse? El informe Gestión remota de pacientes. Un estudio sobre las percepciones de pacientes y profesionales en España, elaborado recientemente por IESE y Telefónica, revela que el 70% de los pacientes y el 80% de los profesionales de la salud estarían dispuestos a utilizar la telemedicina si esta estuviera a su alcance.
Brecha online
Los servicios telefónicos han sido los dominantes durante el confinamiento. “Con la penetración de smartphones no hay barreras tecnológicas relevantes y la brecha digital se ha reducido enormemente, aunque no hay que minusvalorarla, ya que hay colectivos de alta vulnerabilidad susceptibles de sufrirla. En definitiva, estamos preparados, pero hay que ser cautos para no dejar a nadie atrás”, advierte Nuño.
César Morcillo, director del Hospital Digital de Sanitas, confirma el incremento de las soluciones digitales en el último año: “En 2020 dimos acceso a la videoconsulta a todos nuestros clientes para que pudieran continuar gestionando su salud a pesar del confinamiento, y estos respondieron multiplicando por 15 su uso; en un año pasamos de 42.000 a 640.000, con picos diarios de más de 5.000 consultas digitales”.
Y no solo los pacientes ven las ventajas de este servicio; también los médicos. “Hoy, más de 3.100 de todas las especialidades se han sumado a la videoconsulta, además de mantener la consulta física”, resalta.
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La realidad es que el miedo al contagio y las medidas de contención han convertido este tipo de soluciones en una opción generalizada. Tanto es así que, según otro estudio, Covid-19 Global Impact, realizado por Cigna, el 65% de los españoles optaría por acceder a consultas médicas virtuales si tuviese la oportunidad, casi 10 puntos porcentuales más que al inicio de la pandemia.
Para María Sánchez, ehealth manager de Cigna España, la telemedicina se ha convertido en un modelo de atención sanitaria emergente que cobra fuerza: “Además de ayudar a un mayor control y cuidado de la salud, también permite acceder a consultas médicas cuando las circunstancias dificultan el desplazamiento o este resulta prescindible”, comenta.
Debe ser un canal alternativo para el paciente, no obligatorio, según los expertos
La telemedicina no tiene ninguna desventaja, asegura González: “En Aegon la entendemos como un complemento, no como la sustitución de la consulta física. Es decir, un primer contacto por una patología o enfermedad leve a través de la telemedicina probablemente consiga un diagnóstico más rápido. Para patologías graves, puede servir de guía o acompañamiento, pero suele llevar consigo una serie de pruebas y consultas donde la presencialidad es indispensable”.
El 90% de los pacientes quedan satisfechos con los servicios no presenciales y el grado de resolución suele estar en torno al 70%. Es, por tanto, una alternativa satisfactoria, de acuerdo con Nuño. No obstante, “hay que planificar su despliegue de forma que no sea disfuncional para el profesional y que sea un canal alternativo para el paciente, pero no obligatorio”, resume.
Las operadoras de telefonía se apuntan
Servicio. DoctorGo o Movistar Salud son dos servicios de telemedicina que muestran que las consultas sanitarias a distancia han llegado para quedarse. Con DoctorGo, Yoigo ofrece el acceso a atención médica general por chat o videollamada con un tiempo de espera inferior a dos minutos, las 24 horas del día, con una tarifa única que da cobertura a toda la familia por 6 euros al mes. Es una oferta exclusiva para clientes de Yoigo. El servicio cuenta con la colaboración de dos socios estratégicos: Quirónsalud, como experto en salud, y Meeting Doctors, como socio tecnológico especialista en telemedicina. Por su parte, Movistar Salud permite al cliente estar siempre conectado con un médico esté donde esté. El servicio puede ser contratado por cualquier persona mayor de 18 años y no es necesario que sea previamente cliente de Movistar.
Perfil. Entre los 25 y los 55 años se concentra el 80% de las videoconsultas, según Belén González, directora de salud de Aegon: “Entendemos que es debido a que los más jóvenes acuden al médico por una dinámica muy diferente y los mayores de 55 años se resisten a la brecha tecnológica. Para Roberto Nuño, director de la división de salud de Deusto Business School, “la telemedicina es apta para cualquier perfil de paciente, como ha quedado demostrado durante la pandemia, cuando el recurso a las consultas telemáticas ha sido obligado”.