Ninety Nine, el Pepe Phone del mundo de las finanzas
El bróker español elimina la tarifa plana y vive su primavera con la inversión de los millennials
A Javier Sanz, consejero delegado de Ninety Nine, le resulta odiosa la comparación recurrente entre la plataforma que preside y la estadounidense Robin Hood. “Es parte de un sector que no es transparente muchas veces. Y si quisiera que en algo triunfe Ninety Nine por encima del resto, además de la facilidad de uso y asequibilidad, es por la transparencia. Sería como el Pepe Phone, en el sector de las finanzas”, asegura el emprendedor de 29 años.
“Tenemos un coste de divisa de un 0,5% del cambio de divisa de donde provienen nuestros ingresos”, resume Sanz para esclarecer su modelo de negocio. Los diez meses en los que ha operado el bróker español han coincidido con los meses más duros de la pandemia del coronavirus. Pero ha sido el timing perfecto, según Sanz. Gracias al incremento de nuevos usuarios, la empresa logró, mucho antes de lo estimado, eliminar la tarifa plana de entre 0,042% y el 0,010% que pedían para invertir en la plataforma.
“No sé si es porque la gente está más tiempo en casa o si es porque había más oportunidades en el mercado, pero el interés en la Bolsa ha aumentado exponencialmente y eso ha hecho que tengamos esos ritmos de crecimiento”, comenta.
En la fase privada, hasta septiembre, Ninety Nine dio acceso a unos 2.000 usuarios, a un ritmo de crecimiento de un 30% semanal. Entonces, nueve de cada diez personas que utilizaban la aplicación eran neófitas del mundo de la Bolsa. Pero durante los meses más recientes, han alcanzado hasta un 60% en el incremento de nuevos inversores cada semana. “También hemos evolucionado hacia un usuario más experto”, puntualiza el consejero delegado.
Una generación más preocupada por su dinero
Sanz repite, casi como un mantra, el propósito con el que emprendió la idea de Ninety Nine: acercar la inversión a todo el mundo. El proyecto está empapado de una carencia personal.
Había estudiado Finanzas en Cunef y Harvard y tenía experiencia en private equity, así como monetizando el modelo de los emojis de WhatsApp. Pero veía frustrados sus esfuerzos por adentrarse en la Bolsa.
“Empecé a invertir mis primeros ahorros y veía que los bancos y los brókers se llevaban todo mi dinero en comisiones, a pesar de que la rentabilidad era positiva”, cuenta. Más allá de los costes, Sanz se hartó de la falta de transparencia y las barreras de entrada para el mundo bursátil. Entonces, compartió su malestar con otros conocidos, con mayor patrimonio, y encontró un eco en la queja, así como una ventana para crear Ninety Nine. Según un informe de la empresa, solo un 4% de los millennials —los jóvenes nacidos entre 1980 y 1993— se considera experto en Bolsa, mientras un 38% reconoce que no ha tenido ninguna experiencia.
“Mi generación está un poco más preocupada por su dinero. No sabemos si el sistema de pensiones va a permanecer”, asegura. De hecho, según Sanz, es este el mayor motivo para que los millennials se hayan acercado a la Bolsa en el último año. “Esta generación es heredera de una de las mayores crisis financieras de la historia, son plenamente conscientes de que la inversión es algo vital para la planificación financiera no solo de su presente, sino de su futuro”, afirma.
Además, el uso habitual de la tecnología financiera por parte de los millennials, así como el deseo de manejar sus propias finanzas, los mueve a encontrar un mayor atractivo en plataformas más asequibles y rápidas en el uso como Ninety Nine. La incursiones de los millennials españoles han sido de la mano de marcas de moda o que conocen por sus hábitos de consumo, según un informe del neobróker. Entre ellas, destacan Tesla, el fabricante de automóviles eléctricos de Elon Musk; la estadounidense Apple y NVIDIA, el proveedor de circuitos integrados.
A este interés, se sumó la avalancha tras el fenómeno Game Stop. En solo 24 horas, la sociedad de valores española registró un incremento de un 500% en usuarios y gestionó operaciones por un millón de dólares. “Este crecimiento desmesurado de los precios de las acciones es un reflejo de que hay toda una generación que busca frenar a una gran parte de los inversores más acaudalados, que llevan años acrecentando sus ingresos a costa de los inversores corrientes, a través de inversiones en corto”, expresó la empresa en un comunicado.
Avance en los mercados para atraer a expertos
Aunque los millennials han servido de combustible para Ninety Nine, la aplicación ha recibido también un nuevo perfil de usuario, más experto en Bolsa, que ha demandado más mercados y más productos. Actualmente, al menos cinco de cada 10 inversionistas, tienen experiencia, según Sanz.
Es por este nuevo perfil que han incorporado recientemente compañías como Airbnb, OpenDoor y Datadog a su portafolio de 210 empresas. “Escuchamos a nuestros clientes semanalmente y hacemos los desarrollos con base en sus peticiones. Todas aquellas que cumplan con las reglas de mayor capitalización, que estén más negociadas, que sean más atractivas para los usuarios, esas son las que incorporamos”, detalla el consejero delegado.
Tras cuatro años de desarrollo administrativo y tecnológico, Ninety Nine reúne empresas de Japón, China, Canadá, Alemania, Estados Unidos, Finlandia y Reino Unido que cotizan en Wall Street. El parqué estadounidense ha sido la principal apuesta por gozar de mayor liquidez, según Sanz, pero asegura que la intención de la compañía es incorporar eventualmente todas las bolsas del mundo.
Por ahora, el consejero delegado transita lo que considera la mayor odisea de su carrera profesional. Ni Silicon Valley, ni los cuatro años previos de emprendimientos, se comparan a lo que ha vivido con Ninety Nine, según Sanz. “Somos una plataforma de inversión, no de apuestas”, insiste y concluye: “Solo con que una persona empiece a invertir, yo habré conseguido esta misión de acercar las finanzas a todo el mundo”.