Potenciar la innovación para la transición que necesita Europa
La UE tiene el potencial empresarial, el talento humano y la determinación política para ser lider en innovación
Poder elegir tu opción de multimovilidad neutra en carbono, cargar un vehículo eléctrico en 15 segundos gracias a baterías de grafeno y ultracondensadores, o conocer con una simple gota de saliva nuestra predisposición genética a ciertas enfermedades son solo algunos de los avances que han traído proyectos innovadores nacidos en Europa en los últimos años. Pero es justo en esta década que arrancamos cuando Europa se juega el futuro de las próximas generaciones y su posición a nivel global en el territorio de la innovación. La estrategia para la recuperación debe permitir, sin dejar a nadie atrás, seguir creando oportunidades de crecimiento económico y mejora de las condiciones sociales, al tiempo que se acelere la modernización y el emprendimiento en la región.
Comprometidos con la necesidad de potenciar la transición hacia un futuro más verde, digital y resiliente, 33 CEOs y fundadores de grandes unicornios europeos y la Comisaria de Innovación, Investigación, Educación, Cultura y Medios, Mariya Gabriel, acabamos de formar el nuevo EU Unicorns Group. Nacemos con la vocación de ofrecer liderazgo y propuestas ambiciosas aplicables, durante el mandato de la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, en cuatro grandes direcciones: transformación verde, soberanía tecnológica, liderazgo en tecnología profunda (Deep Tech) y cohesión de la innovación.
Entre las principales propuestas está la creación de un fondo europeo soberano para la tecnología, de 100.000 millones de euros, para proteger la soberanía económica, la prosperidad y el bienestar en la región, salvaguardando y desarrollando el interés estratégico de la innovación particularmente en los sectores industriales del futuro.
Lo cierto es que la UE alberga actualmente tan solo el 7,2% de los unicornios del mundo, empresas digitales con un valor de mercado superior a los 1.000 millones de dólares. La suma del valor de todos los unicornios y compañías tecnológicas y digitales europeas se ve empequeñecida sobre todo por el valor de las grandes tecnológicas asiáticas y norteamericanas, lo que permite a éstas comprar a posibles disruptores, consolidar su control industrial, y gestionar la agenda tecnológica mundial. Esto supone un riesgo para el crecimiento, el empleo y la influencia de Europa en áreas estratégicas clave.
Tras la irrupción de la pandemia, hemos comprobado la importancia de contar con la suficiente agilidad y tecnología para adaptarnos a los cambios, con un tejido industrial y productivo propio suficientemente fuerte para no depender de intereses económicos o geoestratégicos ajenos a Europa. También hemos visto acelerarse la digitalización, la innovación y la tecnología, transversalmente, desde las tendencias en gran consumo o el teletrabajo en las empresas, hasta los procedimientos en las administraciones públicas.
Sin embargo, la destrucción de tejido productivo, empleo, y el daño sufrido por las economías nacionales han llevado a la Comisión Europea a lanzar el mayor instrumento financiero de su historia para impulsar una recuperación justa y rápida: Next Generation EU, valorado en 750.000 millones de euros. Todo comenzó por un agente infeccioso que no podíamos ver y que trajo una crisis sin precedentes, imposible de ignorar. En esta ocasión, por suerte, la respuesta valiente, reformista y expansionista a todos los niveles es radicalmente opuesta a la de la crisis del 2008. Next Generation EU es un programa que nace con el objetivo de reparar el tejido social europeo, proteger el mercado único, ayudar a equilibrar las cuentas de tantas empresas en apuros, con todos los esfuerzos de recuperación orientados a avanzar hacia un futuro verde, digital y resiliente para la próxima generación.
Las startups y scaleups (proyectos emprendedores maduros) estamos en el corazón de dicha transición; no solo por el impulso a la innovación tecnológica, sino por la forma en que el emprendimiento reinventa nuestros estilos de vida y paradigmas socioeconómicos, derribando barreras. Lo cierto es que muchos modelos de innovación existen ya, pero ahora precisan ser extendidos y escalados. Y esto se puede hacer gracias a la inteligencia artificial, el internet de las cosas o la tecnología blockchain, a un ritmo que hemos visto acelerarse con fuerza recientemente. Sin embargo, existen retos globales para impulsar la innovación: sigue siendo necesario fomentar la formación y la especialización necesaria en la nueva economía, la competitividad, la adecuación de las infraestructuras públicas y apostar por directivas y regulaciones nacionales que, sobre la base de una mejor integración europea, reduzcan las ineficiencias, la incertidumbre regulatoria y las barreras financieras.
Aprovechemos asimismo la fuerza de nuestra diversidad y creemos en Europa una red de nuestros pequeños Valleys, conectando las ciudades creativas de medio tamaño construidas en torno a una universidad histórica, con enlaces de comunicación eficientes, y con empresas fuertemente integradas en el tejido local.
Creemos que Europa tiene el potencial empresarial, el talento humano y la determinación política para asumir, en materia de innovación, el mismo liderazgo que hoy nadie le disputa en materia de derechos humanos y bienestar social. La Comisión tiene una oportunidad inédita para identificar sinergias y generar un impacto de largo plazo, apoyando proyectos de innovación, a través de programas como Next Generation EU, Horizon Europe (investigación y desarrollo) y el European Green Deal Investment Plan (EGDIP).
No puedo sino sumarme al deseo que expresó la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, en Web Summit 2020: “Quiero que Europa sea un lugar donde los innovadores puedan prosperar. Un lugar donde las empresas emergentes puedan convertirse en gigantes. Y un lugar donde los jóvenes talentos puedan hacer realidad sus ideas.”
En este viaje, continuaremos trabajando con la UE y otros grandes unicornios europeos para aportar valor al proceso de construcción de una ambiciosa política europea de innovación. ■
Juan de Antonio es CEO y fundador de Cabify
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