Inventado en España
Tenemos una gran oportunidad para acabar con el ‘que inventen ellos’. Tenemos las empresas y la tecnología. Faltan el capital y la financiación.
Lo primero que hizo el Presidente Biden al llegar a la Casa Blanca fue crear un consejo asesor con los mejores científicos de las universidades y desarrollar un plan de vacunación. Acaba de anunciar que en menos de un mes el 90% de los estadounidenses estarán vacunados y tendrán un centro de vacunación a menos de cinco millas de su residencia. Sin duda, la política de recuperación de la actividad económica y el empleo más eficaz.
También eligió un equipo económico de primer nivel, liderados por Janet Yellen como secretaria del Tesoro. Su primera decisión fue desatascar el plan de estímulo para aliviar a las familias y empresas la caída de ingresos derivada de las restricciones para contener la pandemia. Luego anunció un plan de inversión en infraestructuras de casi dos billones de dólares, liderado por las energías renovables y la movilidad eléctrica. Y ahora acaba de aclarar que la prioridad de ese plan es aumentar la inversión en I+D hasta el 2% del PIB.
Biden se alinea con el Green Deal y el plan de recuperación europeo. Con una gran diferencia: Biden, además de relato, tiene capacidad de acción, como ha demostrado ya con las vacunas. En Europa siempre llegamos tarde y con poca intensidad. España es el país con mayor caída de PIB en 2020 y el más necesitado de los fondos de recuperación. Pero mucho más necesario es canalizar los fondos a I+D, como están haciendo en EEUU. La propuesta de Biden es fomentar la colaboración público privada para conseguir recortar la brecha tecnológica con China que ya anunció su plan de política tecnológica en 2015 y es líder mundial en varios sectores tecnológicos.
El informe Cotec hace una radiografía muy necesaria que permite identificar las causas de nuestro retraso en I+D, hasta Grecia y Portugal invierten más en porcentaje de su PIB que España. El principal problema en España es el bajo nivel de porcentaje de inversión privada. En China, Japón y Corea tres cuartas partes de la inversión es privada, en Alemania y EEUU dos tercios, en España menos de la mitad.
Las principales causas de nuestra anémica inversión privada son: el tamaño empresarial y la escasez de financiación y las dos se retroalimentan. El número de grandes empresas que hacían I+D en España antes de la pandemia era muy similar al de 2008. Pero había un 30% menos de pymes innovadoras que antes de la Gran Recesión y la pandemia provocará la muerte de muchas de las que resistieron por asfixia financiera.
Ascri, asociación de capital riesgo, y el Boston Consulting Group acaban de publicar un informe comparado internacional de su sector. En EEUU los fondos de pensiones invierten el 9% de su carteras en capital riesgo, en España sólo el 1% y el sector asegurador tiene una inversión de tan sólo el 0,1%. El principal inversor en capital riesgo en España es el Estado a través del ICO, lo cual ya indica que tenemos un grave problema. El ICO creó su vehículo Axis en 2015 y ha invertido con éxito 2.000 millones Además de ayudar al crecimiento de las pymes y crear empleo, ha tenido rentabilidad positiva y ha retornado ingresos públicos para pagar la sanidad, la educación o las pensiones. El Gobierno actual ha inyectado otros 2.500 millones en Axis para nuevas inversiones. El problema es que hasta hora la mayor parte de la inversión se concentra en empresas de nueva creación con escasa inversión en I+D y tecnología.
Las cosas empiezan a cambiar en el sector privado. Por ejemplo, Kaudal acaba de lanzar la convocatoria Orbita K para identificar proyectos de I+D de pymes y con mecenazgo tecnológico consiguen financiar una parte importante de su inversión. Muchas de estas empresas también necesitan capital. Estos proyectos tienen estrecha relación con las universidades, parques tecnológicos y centros de investigación. La mezcla consigue dotar de un modelo de negocio sostenible para el desarrollo de patentes y conseguir transformar el conocimiento en inversión, empleo y buenos salarios, especialmente para nuestros jóvenes que son los que más han sufrido la crisis de 2008 y la de 2020.
Otro de los problemas que identifica el Informe Cotec es que la mitad de los fondos públicos asignados en los presupuestos a I+D no se ejecutan y la mayoría son créditos financieros. Es prioritario agilizar la burocracia de esos fondos con el nuevo decreto aprobado por el Gobierno para ejecutar el 100% de esos fondos. Las agencias financieras del Gobierno central y las comunidades autónomas deben complementar con coinversión este tipo de iniciativas privadas si queremos converger en empleo, en salarios y en renta con habitante con los países más desarrollados. La agenda digital 2025 del Gobierno ya cambia el relato del start up nation al scale up nation y prioriza las medianas empresas, lo mismo que están haciendo los israelitas y los asiáticos.
En España se inventó el submarino y el helicóptero pero fuimos incapaces de crear industria y empleo para construirlo. Tenemos una gran oportunidad para acabar con la maldición del que inventen ellos. Ahora tenemos las empresas y la tecnología. Falta el capital y la financiación.
José Carlos Díez es Socio de LUAfund y profesor de economía de la Universidad de Alcalá