La nueva Caixabank-Bankia mantendrá condiciones comerciales por tres años donde tenga monopolio
Competencia aprueba la fusión de Bankia y CaixaBank con condiciones. “La operación supone una amenaza” en algún ámbito del mercado de banca minorista
La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) emitió ayer por la tarde su dictamen sobre la fusión de Bankia y CaixaBank. Aprueba la operación con el compromiso de que el nuevo grupo actuará para evitar la exclusión financiera y el posible endurecimiento de comisiones y condiciones comerciales. De esta forma, el organismo dependiente de Economía ha impuesto una serie de condiciones para garantizar que los clientes particulares propios no sufren perjuicios en hasta 86 códigos postales donde la entidad quedará en una posición de monopolio o de duopolio, ni tampoco la sufren aquellos otros pertenecientes a entidades que usaban los cajeros de Bankia en situación ventajosa por la alianza con su banco.
Pese a estos condicionantes CaixaBank valora positivamente las conclusiones a las que ha llegado la CNMC para autorizar la fusión en primera fase. Y añade que la reclamación de Competencia “no alteran los objetivos perseguidos por la fusión y que fueron anunciados en la presentación de la fusión a inversores y analistas realizada el pasado 18 de septiembre de 2020”.
Fuentes del mercado han calificado las exigencias de Competencia de “asumibles”. Así, el informe de la CNMC ha sometido a un riguroso análisis la operación y sus consecuencias, y concluye que la misma “no supondrá una amenaza para la competencia efectiva en los mercados de banca corporativa, banca de inversión, factoring, tarjetas, TPV, producción y distribución de seguros y gestión de fondos y planes de pensiones”. Aunque sí en algunos servicios de banca minorista.
La razón es que en los primeros segmentos del negocio sus cuotas resultantes “no son preocupantes o bien la adición de Bankia es reducida”. Aunque sí puede alterar la competencia en banca minorista, así como en el mercado de cajeros automáticos. En estos puntos concluye que la operación sí “supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista”, y de la red de sucursales, para lo que establece condiciones que estarán vigentes durante un plazo de 18 meses a tres años.
Para el mercado de sucursales, además de realizar el análisis a nivel nacional y provincial, y a la vista de los elevados índices de concentración derivados de la operación en determinadas provincias.
Se han identificado 86 códigos postales en los que la entidad resultante quedará, bien en una situación de monopolio, siendo la única entidad bancaria presente en 21 códigos postales, o en situación de duopolio expuesta a débil presión competitiva, en un radio de 1,5 kilómetros desde la sucursal en otros 65 códigos postales.
Tras comparar productos y condiciones ofrecidas en los distintos segmentos de mercado por ambos bancos y sus principales competidores, se ha determinado que la “nula o reducida” presión competitiva en estas zonas otorgará a la nueva CaixaBank un “elevado poder” de mercado que podría influir en su comportamiento, con posibles efectos adversos para los consumidores.
Así, se ha identificado un riesgo de exclusión financiera en los lugares donde estén presentes únicamente las partes, debido a la posibilidad de cierre de las oficinas bancarias presentes en esas zonas tras la fusión. Además, en entornos en los que no existe una suficiente presión competitiva por parte de terceros operadores, podría producirse un empeoramiento en las condiciones comerciales para los actuales clientes de Bankia.
CaixaBank se ha comprometido a no abandonar, salvo en supuestos excepcionales sujetos a autorización previa de la CNMC, ningún municipio en el que actualmente esté presente una de las partes y no haya ninguna oficina competidora para evitar la exclusión financiera en los municipios. Y en los códigos postales identificados en los que se quedará en situación de monopolio, no podrá cambiar las condiciones y términos que los clientes de Bankia tengan actualmente suscritos en sus productos. Este requisito deberá cumplirlo durante un periodo de tres años.
Además, CaixaBank está obligada a comunicar a los clientes de Bankia, tanto el cierre de la operación, como los posibles cambios en productos que pudieran afectarles, como nuevas comisiones o productos que cumplan con criterios de elegibilidad y sean equiparables o mejores que los que tengan contratados con Bankia.
La nueva entidad resultante de la fusión ofrecerá sus productos en zonas consideradas problemáticas por competencia en condiciones sustancialmente iguales o no peores a las ofrecidas por CaixaBank en los tres códigos postales con mayor exposición de la entidad catalana a competidores durante también tres años. En cuanto al servicio de los cajeros automáticos se ha observado que, para los clientes de terceras entidades que tenían suscritos acuerdos con Bankia, como ING, Banco Sabadell y las entidades pertenecientes a la red Euro 6000, una posible ruptura de los mismos supondría para ellos dejar de acceder a la red de cajeros de la entidad absorbida en las condiciones en las que venían haciéndolo y tener que pagar una comisión más elevada.
Respecto a una posible ruptura de estos acuerdos entre Bankia e ING por un lado, y con Euro 6000 y Sabadell por otro, para el uso de su cajeros automáticos, CaixaBank deberá permitirles acceso al menos durante 18 meses y en las mismas condiciones económicas. En el caso de cierre de cajeros de Bankia se dará acceso a los clientes de estas entidades al cajero de CaixaBank más próximo al de la entidad absorbida, y CaixaBank deberá señalizarlo debidamente.
“La mejor manera de retribuir al accionista es con la fusión”
Fortaleza. José Ignacio Goirigolzarri insistió en que el nuevo proyecto tiene el propósito muy claro de crear una entidad más fuerte, con el objetivo de que pueda apoyar a las familias y a las empresas del país, además de contar con un tamaño que les permita ser capaces de invertir. “Solo a través de esta nueva entidad tendremos la fortaleza necesaria para convertirnos en actores principales de la recuperación de este país”, explicó, antes de añadir que solo a través de una gran fortaleza, podrá apoyar a toda la sociedad. Operación ilusionante. La fusión con CaixaBank, en palabras de Goirigolzarri, es un proyecto “enormemente ilusionante” porque van a crear el primer grupo financiero en España y, más allá del tamaño, debe conducir a liderar el profundo proceso de transformación del sector financiero.