Calvo volvió a crecer en 2020 y basa el futuro en transformar sus envases
Ha invertido 30 millones en cuatro años en renovar su fábrica coruñesa de Carballo
El grupo conservero Calvo mantuvo su crecimiento de ventas durante 2020, un año marcado por la pandemia y el mayor consumo alimentario en los domicilios, y mira al futuro con una base clara para continuar incrementando sus ingresos en los próximos años: la transformación de todos sus envases.
Así lo explica el consejero delegado de la compañía, Mané Calvo, en conversación con este periódico. Este hace balance de un año difícil a nivel general, pero que para el sector alimentario ha sido de mucha actividad. “Hemos tenido la suerte de ser una compañía de alimentación. Somos de los sectores menos impactados por la pandemia, y además hemos tenido la responsabilidad de alimentar a la gente. Para nosotros no ha sido un año malo, hemos sido de los que hemos sufrido menos”, explica Calvo, tercera generación al frente del grupo gallego.
Este todavía está cerrando las cifras del ejercicio 2020, por lo que el directivo prefiere concretar cifras. Sí avanza que “las ventas han sido algo mayores” a las de 2019, que alcanzaron los 593 millones de euros, también en volumen de producto. El grupo está por debajo de los 600 millones de facturación consolidada desde 2014, aunque con el de 2020 encadenará su cuarto ejercicio seguido al alza. “Traemos un crecimiento de forma sostenida, sin grandes picos ni bajadas, que es lo que nos alegra”, dice Mané Calvo.
Picos que sí hubo en, marzo y abril, periodo en el que se centró el grueso del crecimiento de ventas de 2020 y que puso a prueba todos los procesos productivos de la compañía. “En el peor momento de la ola de marzo estuvimos tentados de cerrar la fábrica [ubicada en Carballo, A Coruña] por algún caso positivo. Pero seguimos, hicimos un esfuerzo en proteger a los trabajadores y en que no hubiese falta de producto. Esto ha conllevado unos costes más altos”, analiza Calvo, reconociendo que “costó mucho adaptarse a la demanda”. El Ministerio de Agricultura llegó a cifrar en un 82% el crecimiento en las ventas de conservas de pescado en la semana del 9 al 15 de marzo.
En este 2020 recién terminado el grupo Calvo cerró también su plan estratégico a tres años. De cara al futuro la compañía no trabaja en un horizonte temporal. “La pandemia ha demostrado que los planes a tres años ya son difíciles de cumplir. Sí trabajamos en unas líneas generales”, dice Calvo.
La principal va ligada a la última innovación presentada ayer por el grupo, que pasa por la transformación de todos los envases de las conservas que elabora con una tecnología propia que ha llamado Real Peel. En los últimos cuatro años ha invertido 30 millones de euros en adaptar su fábrica de Carballo a la nueva producción. En síntesis, estos nuevos envases permiten extraer todo el contenido de una sola vez y reducen el contenido de aceite. Sustituirán a las latas tradicionales, empezando por el atún en aceite de oliva y en aceite de girasol, para después alcanzar a todos los productos con formato de 100 gramos durante este año. En 2022 llegará a los más grandes y a Italia, mientras que al resto de mercados lo hará en 2023. Para ello Calvo también invertirá en adaptar sus fábricas de Brasil y El Salvador. “Nuestra estrategia va a ir muy ligada al Real Peel. Vamos a empujar todo lo que podamos”, concluye Mané Calvo.
“Queremos convencer a la gran distribución”
Marca blanca. Los fabricantes españoles de conservas han encontrado en la marca blanca una importante vía de negocio, en la que Calvo entró en 2017 con Dia. “Seguimos en la idea de que no es nuestra gran prioridad. Somos una empresa marquista, lo que no impide que trabajemos codo con codo con distribuidores, ahora estamos con dos o tres, y posiblemente podremos estar con más”, dice Mané Calvo. “Ahora tenemos un producto que otros no tienen, y queremos convencer a la distribución de trabajar con nuestra marca”.