Digitalización, ¿cómo hemos evolucionado este 2020?
Las limitaciones en la movilidad de la ciudadania han acelerado la digitalización en España asentando fórmulas como el teletrabajo y el e-commerce Ni el tamaño ni la antigüedad de los negocios deben frenar la incorporación de la tecnología
Los datos y los expertos coinciden en que la digitalización ha venido para quedarse. “En España, la digitalización ha avanzado más en unos meses que en los últimos años”, reconocía recientemente Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Valoraba así que en el país, más del 93% de la población tiene acceso a internet y más de 54 millones de españoles utilizan una o varias líneas de móvil.
España cuenta también con la mayor red de fibra óptica del mundo, superior incluso “a la que tienen el Reino Unido, Francia, Italia y Alemania juntas”, presumía la ministra. Calviño recordaba que el territorio dispone de unas infraestructuras tan potentes que han sido capaces de soportar picos de aumento del 80% del tráfico en la red durante los meses del confinamiento.
Sin embargo, la pandemia ha dejado al descubierto carencias y asignaturas pendientes en esta materia en dos sectores vitales: el de la educación y el de las pymes.
“Depende de los ámbitos en los que nos movamos, pero lógicamente en estos últimos meses se han acelerado los procesos de digitalización por el aislamiento social, que nos ha obligado a quedarnos en casa y utilizar herramientas digitales para muchas cosas: hablar, trabajar, comprar”, explica Marc Cortés, profesor de marketing de Esade. En resumen, “han habido unas necesidades y hemos buscado soluciones y, en este caso, las digitales y las tecnológicas eran las más adecuadas”, concluye.
Más del 93% de la población española tiene acceso a internet
Cortés echa por tierra algunos tópicos relacionados con los españoles y la tecnología. “No somos menos tecnológicos que otros países y no hemos trabajado menos, como se ha puesto de manifiesto durante los meses de pandemia. Por el contrario, lo que sí se ha evidenciado y ratificado en este tiempo es el desorden en los horarios laborales ya existente en España desde antes de la COVID-19, jornadas demasiado largas que con el teletrabajo se han hecho infinitas”, denuncia el profesor.
Otro mito derribado por esta crisis es que la tecnología está asociada a la juventud. “Te puede costar más o menos, pero la tecnología está asociada a la necesidad y el perfil de los usuarios digitales es tan heterogéneo como las necesidades que te obligan a utilizar las herramientas y aplicaciones digitales”, sostiene.
Cortés recomienda “perder el miedo a la tecnología, ser prácticos, adaptarse e incorporar al día a día las posibilidades que ofrecen las nuevas conectividades”.
Autónomos y pymes
El 80% de las grandes empresas, entre ellas las españolas, cree que el coronavirus ha acelerado su digitalización, según el informe ‘CEO Outlook 2020: Covid 19’ elaborado por KPMG. Un 50% de los consejeros delegados consultados considera que su modelo de negocio se sitúa meses por delante de lo esperado antes de la pandemia y otro 30%, años por delante. El 33% de los encuestados cree que el principal obstáculo para acelerar su proceso de digitalización es la incertidumbre sobre los escenarios operativos en los que se desarrollará su actividad en el futuro.
La COVID-19 ha obligado a muchas pymes a ponerse las pilas tecnológicas y a “avanzar cuatro años en digitalización”, según revela el ‘Libro blanco de la digitalización en las pymes tras el Covid-19’ publicado por la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE). Según este estudio, la necesidad ha obligado a los pequeños negocios a adaptarse a los cambios que se han ido produciendo durante la pandemia “mucho más rápidamente que los grandes grupos empresariales”.
El tráfico en la red llegó a alcanzar picos de aumento del 80% durante los meses de confinamiento de la primera ola
Por ejemplo, los códigos QR para escanear las cartas de los bares y los restaurantes se han hecho visibles o las aplicaciones para reservas anticipadas se empiezan a usar masivamente.
La digitalización puede aumentar entre un 15% y un 20% la competitividad y la productividad de autónomos y de pequeños negocios.
Otro indicador que mide el auge del mundo digital es el tiempo de uso de internet. Un estudio de Nielsen y Dynata revela que esta cifra en España ha crecido un 7% hasta ocupar 79 horas de media a la semana en los últimos meses, el 47% de nuestro tiempo.
Banca digital
El confinamiento derivado de la crisis de la COVID-19 ha acelerado la digitalización también en los trámites financieros, según revela el último ‘Estudio de la Evolución de la Banca Europea’ de Mastercard. Así, seis de cada 10 españoles (un 63%) afirman que ya se han cambiado de la banca física a la digital, o bien que les interesa hacerlo (frente al 60% de hace un año). Estos datos están en línea con los vecinos europeos (un 62%).
Además, más de la mitad de la población del mundo (un 53%) está usando las apps bancarias con más frecuencia, desvela el informe ‘State of Pay’. Esta investigación, llevada a cabo en 14 países, entre ellos España, también descubre que la mayoría de personas están cambiando el pago en efectivo por los métodos electrónicos, una fórmula que ha llegado para quedarse, ya que el 64% de los europeos, y más de la mitad de los españoles (un 54%), afirma que usará menos dinero físico aún después de la pandemia.
Compras en la red
A priori, el e-commerce ha sido una de las actividades más beneficiadas por el uso masivo de la tecnología. Si la edición 2020 del Black Friday se posicionó como la más digital de la historia, con un crecimiento de las compras online en España del 27% respecto a las del año anterior, las Navidades irán por el mismo camino, según los expertos.
Una tendencia, la del aumento de los pedidos electrónicos, que “ya se vislumbraba en los últimos años en tradiciones que, como el Black Friday o el Cyber Monday, ya hemos hecho nuestras y vienen respaldadas por campañas de plataformas digitales potentes como Amazon. Sin embargo, hemos visto que el crecimiento no está siendo tan alto como se esperaba. No me atrevería a decir que ese incremento haya llegado para asentarse, forma parte más bien de las circunstancias de los distintos tipos de confinamientos o por la decisión de la gente de evitar sitios concurridos, como las tiendas físicas”, advierte el profesor de Esade.
“Algunos datos preliminares muestran que el canal digital no está creciendo tanto como se preveía y creo que esto puede responder a un efecto rebote. Durante la primera ola de la pandemia se produjo un aumento brutal, mucha gente se sumó a las compras digitales, pero muchas de esas personas prefieren las tiendas físicas y han vuelto o volverán a ellas, aunque no con la misma intensidad”, explica Cortés. En resumen, podemos decir que “ahora los usuarios se han vuelto más omnicanales. No creo que cuando recuperemos la normalidad las ventas online sigan creciendo al mismo ritmo”.
Redes sociales
En lo que va de año, el obligado distanciamiento social ha provocado un aumento del uso y del número de usuarios de las redes sociales para sustituir esa falta de contacto físico con los demás. Con la pandemia, las empresas han utilizado estas plataformas para comunicarse mucho más y los particulares han hecho gala de una mayor exposición pública. “En realidad lo que se está produciendo por la COVID-19 es el distanciamiento físico, pero aún con la pandemia seguimos necesitando el contacto social, de ahí el auge de las redes para compartir, para informarse, para contar a la gente lo que hacemos, etc.”, destaca Cortés.
“Cada vez más usuarios exploran las redes sociales como un escaparate de productos, para consultar información y para comprarlos, sobre todo las generaciones jóvenes (millennials y centennials), que lideran el movimiento en favor de la sostenibilidad”, afirma Neus Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La experta añade que si las marcas vinculadas a la sostenibilidad quieren conseguir ser visibles y que su comunicación llegue al público que está más interesado en esta materia tendrán que utilizar las redes, porque es aquí donde se encuentra el público objetivo.
En España hay 28 millones de usuarios de redes sociales, 24 millones acceden a través del móvil. Cada usuario tiene de media casi ocho perfiles sociales. Sólo el 19% utiliza las redes por motivos de trabajo. Las redes sociales preferidas por los españoles son YouTube (89%), WhatsApp (87%), Facebook (82%), Instagram (54%) y Twitter (49%), según los últimos datos del informe de Hootsuite y We Are Social.
Educación
Al igual que sucede con el tema del teletrabajo “en este país no teletrabajamos en realidad, sino que hemos aprendido a trabajar desde casa, y es lo mismo que sucede con la educación -precisa Cortés-. Una cosa es la educación a distancia con un profesor impartiendo una clase a través de una plataforma de videollamada y otra cosa es utilizar todas las herramientas digitales que permiten mejorar y añadir valor a la clase magistral”. En ambos casos se deben hacer los cambios necesarios. “Las reuniones corporativas online no pueden ser como son las presenciales. Hay que asistir con los deberes hechos, por ejemplo, hay que prepararlas antes para ser más eficaces”.
“Teletrabajar no es pasarse 14 horas en casa delante de la pantalla del ordenador, debe permitir una conciliación, una flexibilidad de horarios y un trabajo por objetivos”, añade el experto.
“En España somos muy presencialistas y las empresas no están acostumbradas a medir la productividad por objetivos y ese va a ser uno de los ‘talones de Aquiles’ del teletrabajo en nuestro país. Sería una pena no aprovechar esta oportunidad”, concluye Cortés.
La crisis sanitaria ha provocado cambios estructurales en las escuelas de negocios y en los métodos educativos, pero el futuro no será solo 100% digital. Los centros educativos de formación de ejecutivos más prestigiosos han encontrado una manera de integrar lo mejor de los dos ambientes: la metodología híbrida. Se trata de un sistema pedagógico en el que los alumnos pueden asistir a sus clases a través de videoconferencias, pero también se requiere de la presencialidad en el aula para favorecer el feedback directo entre profesor y alumno.
“Los trabajos y los talleres se realizan online, incluso las prácticas, pero la calidad en la metodología de una escuela de negocios está en lo que pasa en el centro, en su poder relacional entre futuros ejecutivos y empresas punteras de cada sector”, destaca Olivier Benielli, director del campus de Barcelona de la escuela de negocios TBS Business School. Según el estudio ‘Executive Academy Conversations. Preparing for the omnichannel fall 2020’, el 80% de las escuelas de negocio mundiales han apostado por un modelo en el que la digitalización tiene un rol capital pero que, al mismo tiempo, el alumno no queda desconectado del campus como centro de relaciones primordial de la comunidad educativa.
En educación no se puede trasladar el modelo presencial al aula virtual “hay que innovar y se han hecho cambios muy importantes en muy poco tiempo tal y como estamos viendo en el nuevo curso. En ambos ámbitos hay que incorporar lo mejor de cada uno, la interacción de la presencialidad y la capacitación de la tecnología, como elementos de nuestro día a día”, afirma Cortés.
Cultura
Lo digital sirve, pero no hay barra libre. No sirve para todo y quizás el sector cultural y el de los eventos deportivos son de los más afectados. Se puede ver una película online (pese a no suponer la misma experiencia que en el cine), pero sin duda, un concierto, una obra de teatro, una exposición o un acontecimiento deportivo necesita del calor del público. “Es cierto que el streaming ha conseguido hacerse un hueco entre los espectáculos en directo, en un momento determinado, pero en este tipo de espectáculos priman las experiencias y las emociones y casi todo el mundo optará, cuando se pueda, por la presencia en vivo”, señala Cortés.
“Lo digital –termina el experto– ya estaba aquí antes del estallido de la pandemia, de las crisis no surgen oportunidades, sino aprendizajes”.